Este año será recordado como uno de los más emotivos de la máxima categoría del automivlismo mundial. El domingo próximo se correrá la última carrera en Yas Marina, el circuito de Abu Dhabi y llegarán empatados en puntos, el británico Lewis Hamilton y el nederlandés Max Verstappen. Reeditando finales parejas como las de Prost y Senna entre 1985 y 1993 o, Schumacher versus Hakkinen entre 1994 y 2000, los dos europeos buscan definir en unos días, no sólo quién se quedará con el palmarés de Pilotos sino también la marca líder en Constructores.
Un podio de a dos en Jeddah. Verstappen desairó el festejo
La semana pasada, dos bandas británicas, emblemáticas de rock-pop regresaron a los escenarios, tras el declive evidente de la pandemia. Una, fue Genesis, liderada por Phil Collins, secundado como siempre por Mike Rutherford y Tony Banks y la otra fue The Rolling Stones, conducida por el interminable Mick Jagger acompañado por Keith Richards y Ron Wood.
Más allá del dolor de estas pérdidas a las que ya nos vamos habituando, queda el recuerdo de los grandes momentos vividos, que disfrutamos aquellos de mi generación, que tuvimos la fortuna de vivenciarlos en su mayor esplendor, dejando huellas imborrables. En tal sentido, me siento uno de tantos privilegiados, porque no creo que los jóvenes de hoy tengan semejantes impactos emocionales con los cantantes de la actualidad, como los tuvimos nosotros, con aquéllos.
He aquí dos grandes temas de estas icónicas bandas, grabadas precisamente, en tales circunstancias de gloria para ambas. Hay que reflejarlos así, PORQUE LA MUSICA, COMO ARTE, NO MUERE.
Más allá de que el equipo fue en parte corresponsable del ahora consumado error, porque antes decidió continuar en pista tras cambiar apenas una vez, por neumáticos duros en el giro 29, a diferencia de Mercedes Benz y el resto de los teams, lo interesante del caso es la actitud de Norris, inédita en deportes de alta competición, pero que ofrece, creo yo, un costado más que humano y honorable de esa vocación tan superprofesional del automovilismo de máximo nivel. Haber desafiado a su box y arriesgado por llegar a la bandera final a cuadros, al no parar para reemplazar sus slicks por gomas de piso mojado, como se le indicaba, nos revela una personalidad de 21 años, capaz de enfrentar la adversidad e intentar superarla. Norris hoy debe atravesar la peor noche de su corta vida, no pudiendo dormir, arrepentido de haber hecho lo que hizo, quedándose prácticamente con las manos vacías, pero debe saber que sobrevendrán otras batallas y con la actitud de hoy, las vencerá.
Gloria y honor al joven Lando Norris, habrás aprendido la lección del Mar Negro y te lloverán los triunfos.
Sissí era de origen alemán: cuarta de 10 hijos, nació un 24 de diciembre en Münich pero creció como niña, libre y feliz, en contacto con el campo y la naturaleza, en Possenhoffen, a orillas del Lago Starnberg. Sin duda, que semejante socialización, un tanto rousseauniana, la condicionaría para su futuro, que le depararía sólo encierro y presiones de todo tipo, típicas en toda monarquía.
En uno de esos múltiples excursiones europeas, mientras paseaba con una de sus damas de compañía, por la costanera de Ginebra, Sissí sería asesinada por un anarquista italiano, a dos años de finalizar el siglo XIX.
Al igual que el tenis que me encanta y el polo que le gustaba a mi padre, el rugby fue siempre un deporte de elite en Argentina. Yo lo conocí gracias a los comentarios de mis hermanas mayores, cuyos amigas o compañeras tenían conocidos varones que podían practicarlo. Lo mismo me ocurrió una vez que nos radicamos en Rosario y yo empecé a asistir al Colegio Sagrado Corazón. Este era un colegio donde el rugby era el deporte preferido de las sucesivas camadas, tenía un equipo propio, de camiseta blanquinegra de franjas horizontales y muchos de mis propios compañeros y hasta amigos lo jugaban cada sábado o domingo. Yo simplemente lo descarté por mi contextura física y apenas crucé a la etapa de mi adolescencia, me dediqué al tenis, más apropiado a mi estructura ósea y muscular, incluyendo la curación del asma que me tuvo a mal traer durante mi infancia, sobre todo en Santa Fe.
Ya en los últimos años del secundario, hasta logré jugarlo con entusiasmo, aunque como hobby y esporádicamente. En el Campo de Deportes del Colegio, sobre la Avenida Ovidio Lagos, me familiaricé con la técnica de correr y llevar la pelota ovalada y traspasarla, toda una verdadera ciencia, además de lograr eludir los tackles rivales. Finalmente, los fines de semana, ya socio del Club Gimnasia y Esgrima, en el Parque Independencia, no desaprovechaba con mi amigo Germán Lucini, incluso alguna vez mi prima Ester Festinger en Santa Fe, en asistir a algunos partidos de la Liga Rosarina o la Santafesina, pero para ver chicas agraciadas, que eran las habitués flirteando con los musculosos del deporte. En 1994, en oportunidad de asesorar al Doctor Roberto L. Villavicencio en el Ministerio de Salud de la Provincia de Santa Fe, conocí al Dr. José Luis Imhoff, el entonces jefe de la cartera, quien fue Puma y asistente técnico de “Los Pumas” en 1978 y entre 1995 y 1999.
Generalmente leemos y vemos la historia y cine tanto el período colonial como la Guerra de los Siete Años (1756-1763) entre Inglaterra, Francia, los colonos británicos e indios de América del Norte, jugando a favor de una u otra de aquellas potencias, a través de los ojos anglosajones. Por varias razones, aunque con seguridad, por no reabrir la vieja herida de haber perdido históricamente un vasto territorio tan valioso, la colonización francesa se ha invisibilizado y con ella, el conflicto citado pero también la propia aventura de cientos o miles de franceses que buscaron explorar, congeniar e intercambiar incluso integrarse con los nativos de la región.
Hay numerosas obras literarias y fílmicas sobre los exploradores colonos de origen británico pero muy pocas sobre sus equivalentes canadienses-franceses, llamados “coureurs de bois” (traducido al español, corredores de los bosques). Pero no sólo ellos eran novedosos y originales, sino particularmente su contexto. Muchas veces, las potencias suelen actuar con algunas colonias, de manera diferente a la que se plantean en el plano doméstico o respecto a otras colonias bajo su propio dominio. Concretamente, por ejemplo,Gran Bretaña no aplicó las mismas reglas de juego en Australia a la que exploró con la Marina Británica y pobló luego con presidiarios, que en la India, donde fue más concesiva en términos de tolerancia étnica y religiosa, porque sabía que podía tener mayor resistencia para terminar en las colonias de América del Norte, con quienes fue indiferente, hasta que tardíamente, valoró su relevancia estratégica pero sobre todo, fiscal.
Tal reflexión cabe también para Francia. No necesariamente, su centralismo o unitarismo además de la escasa tolerancia hacia los derechos individuales y libertades cívicas, incluyendo la religiosa, fueron exportados de modo taxativo, hacia sus territorios dependientes en América del Norte, sino muy por el contrario. Aquí en este punto, quizás, la más coherente fue la intervención de nuestra “Madre Patria”: en efecto, como lo ha demostrado acabadamente José Ignacio García Hamilton, España sí aplicó su misma visión e institucionalidad rígida en sus virreinatos centro y sudamericanos.
Volviendo a lo que luego sería llamado “Canadá”. la “Nueva Francia” (traducida al francés, La Nouvelle France), es decir, el territorio de las colonias francesas en América del Norte, fue un experimento social muy interesante como tan poco conocido.
Primero, hay que dimensionar su alcance físico, nada desdeñable. Desde el segundo viaje de Jacques Cartier en 1534, Francia reclamó para sí, el amplio territorio a lo largo del Río San Lorenzo hasta el Delta del Río Missisipi, pasando por el valle de Ohio. No sólo contenía a Quebec, la ciudad fundada por Samuel Champlain en 1608 y la más poblada de la región, sino también la Bahía de Hudson al norte, la Louisiana (con capital en Nueva Orleans, fundada en 1718) y hasta el llamado Pays d’en Haut, que abarcaba el norte de Michigan (por ejemplo, la actual Detroit) y el norte de Wiscounsin (la actual Green Bay). Es fácil de deducir, que Francia perdería todo con el resultado de la guerra antes citada y la independencia posterior de las colonias británicas.
Luego, el capítulo político y administrativo, o sea, el tipo de gobernanza que los galos aplicaron allí. Francia tenía un gobernador y un intendente llamado “la main du roi“, que eran los representantes del Rey francés en la Nueva Francia, a la manera de los Virreinatos borbónicos en América española y así, la autoridad de Quebec, incluyendo su periferia (con unos 8.000 habitantes en total) no podía intervenir en la Lousiana ni viceversa. Cada una de las cinco colonias (“Canadá” -luego denominada Quebec por los británicos-, Acadia, Bahía de Hudson, Terranova y la Louisiana), tenía su propia administración.
Finalmente, vuelvo a ciertos protagonistas de esta historia, que había mencionado al inicio de esta reflexión: los exploradores. El sueño de Champlain, un visionario de la expansión hacia el oeste, porque ambicionaba que la bandera francesa llegue hasta la costa del Océano Pacífico, algo que recién se plasmaría en el siglo XIX, pero por parte de los norteamericanos, sería continuado por otros exploradores, entre otros, curas jesuitas.
Ese fue el momento de furor para el surgimiento de los coureurs de bois, es decir, los aventureros que se animaban a surcar más allá de la civilización, bosques, montañas, ríos y lagos, en busca de una vida muy liberal, plenamente natural, en armonía con el medio ambiente. La cercanía con tanta naturaleza rica y diversa, invitaba a su exploración, incluyendo la imitación de las formas de vida de los aborígenes, sin mayores formalidades, una vida sexual sin tabúes ni reglas, etc. Cabe subrayar que al tratarse de jóvenes en su mayoría solteros, podían darse ciertos privilegios en sus relaciones con las mujeres indias, que contrastaban fuertemente con el carácter puritano y conservador de las familias de colonos religiosos de la América anglófona. Si bien el comercio de pieles fue el detonador de tal explosión de los coureurs de bois, su papel en un esquema de diálogo y fraternización de civilizaciones, buscado por Colbert, algo que no se persiguió por ejemplo, en las colonias británicas y mucho menos en las españolas, fue clave en la colonización francesa.
Es interesante subrayar que los coureurs de bois eran una especie de actores del libre mercado, porque su papel como colonos busca-fortunas, abandonando la agricultura y comerciando pieles, muchas veces a cambio de alcohol, rompía el molde administrativo diseñado por las autoridades francesas. Si bien, con el tiempo, éstas lograron regular la actividad de aquellos aventureros, Montreal debe, en gran medida, su primera gran evolución comercial, gracias a la labor de ellos.
Una película, “Battle of The Brave” (conocida en español como “Tierra de pasiones”), estrenada en 2004, con la gran actuación del francorruso Gerard Depardieu, mezcla una historia de guerra y romance, ambientada en la Quebec del siglo XVIII, atravesada por el conflicto entre británicos y franceses, donde la indiferencia de los primeros y la corrupción de los segundos, interferiría en el intenso amor entre un aventurero (Francois le Gardeur) y una joven y bella colona (Marie-Loup Carignan), no sin dejar de mencionar el perverso y triste papel de un cura católico (el Padre Thomas Blondeau) en tal situación.
Una vez más, el cine refleja como pocos artes, el drama de aquellos aventureros que se atrevieron a desafiar las reglas impuestas por la sociedad, en un contexto de disputa geopolítica entre potencias ajenas al suelo que los vio prosperar y amar. Aquí, el cierre con fragmentos de la película citada, con la banda sonora a cargo de la sublime voz de la cantante canadiense Celine Dion.
Gracias al Profesor Pierre Ostiguy, canadiense de origen, por hacerme conocer de la existencia de los coureurs de bois. El fue quien me hizo varias acotaciones respecto a este escrito, como por ejemplo, que paradójicamente, la Guerra de Siete Años fue iniciada por un oscuro oficial al servicio del Ejército británico, llamado George Washington, quien les disparó a franceses y franco-canadienses en las cercanías de Fort Duquesne, hoy Pittsburgh.
También el Profesor Ostiguy, me sugirió otra película “Manto negro” (1991), en la que se describe la vida de un cura jesuita, el Padre Laforgue, interesado en estudiar y evangelizar a los indios hurones, aunque para ello, en misión protegida por Champlain, acompañado por indios algonquinos, deberá surcar tierras, bosques y lagos dominados por los violentos y despiadados iroqueses.
La pandemia del Covid-19 detuvo el tiempo pero antes de ella, apenas estrenada en diciembre de 2019 y ya candidateada aunque injustamente perdidosa al máximo Oscar, la película de Sam Mendes,“1917”, puede ilustrarnos acerca de valores aún vigentes como el instinto de supervivencia y el sentido de lealtad.
Aunque a priori pareciera un típico film bélico, una versión inglesa de “Rescatando al soldado Ryan” o, una mirada un tanto maniqueísta, en una nueva exaltación al estilo “Dunkerque” del heroísmo inglés versus la crueldad alemana, ésta es una joya del cine por su especial sentido estético: su fotografía y recursos técnicos al servicio de ella, son admirables.
La historia está ambientada en el norte de Francia, más exactamente en los alrededores de la localidad de Écoust-Saint-Mein, en el Departamento Paso de Calais, en la Región Hauts-de-France.
Bueno, he allí la duda. Porque a poco de memorizar correcta e íntegramente los hechos, hubo una marcada participación soviética, legitimada por Roosevelt y Churchill en diferentes Cumbres, decisiva a la luz de lo ocurrido, a lo fines de quebrar el frente alemán. Esa invisibilización, para nada ya sorprendente, explica tal vez, la ausencia de Rusia de este tipo de eventos, lo cual le permite por un lado, habilitar su propio festejo cada 9 de mayo en la Plaza Roja y por el otro, ignorar la fiesta occidental, al recordar Putin con su colega chino Xi-Jinping, los 70 años de relaciones entre Moscú y Pekín.
Otra sutil manera que demuestra la propensión rusa de sentir y exhibir fastidio ante cada omisión adrede de un “Occidente” venido a menos y la apuesta a futuro al próximo hegemón mundial.
-Choque de civilizaciones
-Diario de una pasión
-Doctor Zhivago
-El Conde de Montecristo (Alejandro Dumas)
-El Señor de Ballantrae (Robert Louis Stevenson)
-La sociedad abierta y sus enemigos (Karl Popper)
-Motín a bordo
-Reflexiones sobre la Revolución Francesa (Edmund Burke)
-Robinson Crusoe (Daniel Defoe)
-Shakespeare enamorado
-The Last of The Mohicans (Fenimore Cooper)
-The silence of the lambs
-The peacemaker
-Facundo: civilización y barbarie (Domingo Faustino Sarmiento)
FRASES PARA RECORDAR
– “The only thing necessary for the triumph of evil is for good men to do nothing” (EDMUND BURKE)
-“Once we accept our limits, we go beyond them” (ALBERT EINSTEIN)
– “Rien n´est plus puissant qu´une idée dont l`heure est venue” (VICTOR HUGO)
– “No hay edad para vivir un amor intenso, así como creo que el amor es lo único que importa. Todo lo demás son plumas del pavo real, modas para seducir, como cuando un tipo se compra un auto fabuloso. Y el drama es que muchas veces el asiento de al lado va vacío, o con una mujer que no le gusta. No se necesita un Porsche para que una mujer te quiera. Hasta Adam Smith tenía esto claro: la razón por la cual la gente busca la riqueza es para salir del anonimato de la masa y ser querida” (ARTURO FONTAINE TALAVERA)
– “Our patience will achieve more than our force” (EDMUND BURKE)
– “Ahora la vida es mucho más riesgosa e incierta, aunque, al mismo tiempo, mucho más entretenida. No tengo ninguna nostalgia por el mundo de nuestras abuelas, donde las mujeres se casaban y tenían siete u ocho hijos y quedaban bastante encajonadas en una vida donde había muy poca posibilidad de cambiar De vida, porque no trabajaban” (ARTURO FONTAINE TALAVERA)
– “To read without reflecting is like eat without digesting” (EDMUND BURKE)
– “Your time is limited, so don’t waste it living someone else’s life” (STEVE JOBS)
– “Todos los hombres nacen iguales, pero es la última vez que lo son” (ABRAHAM LINCOLN)
– “Have the courage to follow your heart ad intuition” (STEVE JOBS)
– “Al final, lo que cuenta no son los años de tu vida, sino la vida de tus años” (ABRAHAM LINCOLN)
– “Si eres neutral en situaciones de injusticia, es porque estás del lado opresor” (ARZOBISPO DESMOND TUTU)
– “Casi todas las personas son tan felices como preparan sus mentes para serlo” (ABRAHAM LINCOLN)
-“In Italy, for 30 years under the Borgias, they had warfare, terror, murder and bloodshed, but they produced Michelangelo, Leonardo da Vinci and the Renaissance. In Switzerland they had brotherly love, they had 500 years of democracy and peace – and what did that produce? The cuckoo clock” (GRAHAM GREENE)
“Sólo el que ha conocido el extremo del infortunio puede sentir la felicidad suprema. Es necesario haber querido morir, para saber cuan dulce es la vida” (EL CONDE DE MONTECRISTO)