A UN AÑO DE LA “OPERACION MILITAR ESPECIAL” RUSA EN UCRANIA

Difícilmente a tantas décadas de mi ausencia en mi ciudad natal (Santa Fe) podría existir un reconocimiento, pero ya hace unos años, con mi charla sobre la Federación Rusa en la UCSF en noviembre de 2018 y ahora, este viernes 24, presente en un canal de cable, tal vez, nos hayamos acercado como nunca, a esa necesidad interior de intentar esa valoración.

Aquí les dejo entonces, ese último reportaje, aunque todavía no quede tan claro, la verdadera motivación que halló Putin para atacar Ucrania -y por ejemplo, no haberlo hecho antes-.

Una guerra que así como a muchos nos sorprendió por su origen y evolución posterior, hoy, podría prolongarse y hasta desencadenar una guerra nuclear, si los actores siguen perdiendo el control de sus actos.

NOTA PARA SPUTNIK MUNDO RESPECTO AL VIAJE DE BIDEN A UCRANIA

NOTA EN “EL HERALDO” DE BARRANQUILLA (COLOMBIA)

ENTREVISTA PARA TELESCOPIO DE SPUTNIK SOBRE LAS INTERNAS DE LA OTAN

ENTREVISTA PARA RT, SOBRE LA POLITICA DE ENGAÑOS DE EEUU

ENTREVISTA PARA RT SOBRE ACTIVISTA UCRANIANA RECONOCIDA POR EEUU

LECCIONES DE OCHO DECADAS DE HISTORIA

Para los realistas en Relaciones Internacionales, tanto la historia como “maestra de la vida y el mundo” y los “intereses nacionales” son factores clave a la hora de explicar la lógica de las vinculaciones entre Estados. Sin embargo, la misma historia demuestra en diferentes períodos, cómo esos “intereses” evolucionan y hasta cambian incluyendo un cariz diametralmente diferente del que tenían.

Dicho contraste se observa por ejemplo, comparando el momento de la II Guerra Mundial, con éste que vivimos, a partir del 24F, la fecha que detonara la “operación militar especial” de Rusia sobre Ucrania o, el recrudecimiento de la guerra en el Donbass que se iniciara en marzo de 2014.

Claramente, casi los mismos actores estatales, con diferentes gobiernos, aun cambiando las circunstancias o los contextos, también afectan o modifican los intereses de esos mismos Estados.

Mientras en la II Guerra Mundial cuya finalización inauguraría una etapa de cooperación entre las potencias victoriosas sobre el Eje, los Estados europeos (más Estados Unidos) buscarían casi desesperadamente el auxilio de la ex Unión Soviética, en estos últimos meses de 2022, se vislumbra un escenario de confrontación política y económica inédita entre la Unión Europea y Estados Unidos versus Rusia, a propósito de la cuestión ucraniana.

Por razones ideológicas había muchos más motivos, a la manera del francés Jean Francois Revel, para equiparar como totalitarismos a la ex URSS con la Alemania nazi y entonces, combatirlos a ambos por igual, que para defender por un lado, a una Ucrania actual, de una historicidad nacional frágil más valores demócraticos bastante más dudosos y por el otro, castigar a una Rusia cuya trayectoria histórica reciente es mucho mejor en términos institucionales de lo que se esperaba en 1992 y su relación con vecinos, nada comparable con los Imperios zarista y bolchevique.

Sin embargo, mientras en 1942, “Occidente” eligió aliarse con su supuesto archienemigo ideológico para derribar a Hitler, ahora elige combatir a esta Rusia, cuya cooperación no era puesta en duda en los noventa (hasta 2014) y, defender a una Ucrania, a la que se juzgaba críticamente en Bruselas y Washington también hasta ese año. Qué factores incidieron para semejante cambio de percepciones y acciones entre ambos períodos históricos, es la pregunta que se puede formular al plantearse la elaboración de este trabajo preliminar.

La II Guerra Mundial en el frente oriental

Iniciada la llamada “Operación Barbarrosa” por la cual la Alemania nazi, rompiendo el Pacto Ribbentrop-Molotov (agosto de 1939), invadió la URSS, de manera “relámpago”, Estados Unidos no necesariamente mostró mayor interés geopolítico por el suceso pero sí delegó en Inglaterra, cierto papel al respecto.

Concretamente,  como bien documentara el periodista británico Alexander Werth, Washington encomendó a Londres, la negociación diplomática para convencer a Stalin de la necesidad de sostener el frente oriental a cualquier costo, de manera de darle tiempo a la primera para planificar y organizar la “Operación Overlord”, es decir, atacar a Berlín en el frente occidental, desde el Mar del Norte, sobre las playas de Francia.

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G7 VERSUS G5?

Había una vez, un orden mundial donde, tras el fin de uno bipolar y estable basado en la amenaza de apretar el botón nuclear, se intentó estructurar un acuerdo de potencias diversas mutuamente interrelacionadas. Al ceder algunas de ellas a la voluntad de una, ese orden se resquebrajó generando uno alternativo, que lo desafía, aunque no sabemos bajo qué parámetros. Ignoramos el desenlace pero es probable que estemos transitando dicha secuencia. Precisamente, habiendo estado hace un par de meses, en el lugar donde se dirime “el gran tablero mundial”, es decir, Eurasia, me voy autoconvenciendo de que ya está gestando ese “otro mundo” a pasos agigantados.
Foreign Affairs publica hoy un artículo de Ivo Daalder y Michael Lindsay sobre la última posibilidad de que el G-7 -ya sin Rusia, en el formato ad hoc que antes la incluía como un octavo integrante-, pueda “construir un mundo mejor”. Me atrevería a decir que esa alternativa es improbable porque el G-7 ya no es lo que era, en parte por los errores de sus miembros, en parte por la voluntad de los que no están integrados allí.
Repasemos. En términos coyunturales, en función de la guerra de Ucrania, la relación ruso-europea está irremediablemente rota y tardará en recomponerse, por la obsecuencia de la UE en seguir los caprichos geopolíticos de Estados Unidos. China ha ganado liderazgo y poder y de ninguna manera, cederá en favor de quienes ha estado superando. Otros actores estatales emergentes como Turquía e India se atreven a desafiar medidas que el bloque occidentalista ha impuesto, sin acuerdos previos. En términos estructurales, la demografía y el comercio mundial han empequeñecido el mundo del G-7.
Al mismo tiempo, ha aumentado la dimensión de “otro mundo” al que desde 2013 no se le ha prestado suficiente atención, pero hoy, ha acelerado su presencia. Se trata del BRICS, el bloque que forman Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, su último integrante.
El BRICS representa el 43% de la población mundial y el 27% de la superficie terrestre del planeta; si se le suma Iberoamérica, juntos representan el 48% de la humanidad y un tercio de la superficie terrestre del globo.
En la Cumbre de estos últimos días y sus numerosas reuniones relacionadas, bilaterales y multilaterales, esa mitad de la humanidad adoptó un proyecto que se basa en el rechazo al actual sistema de casino financiero y lo reemplaza por uno que proporciona crédito para proyectos de desarrollo con alta tecnología; en educar y entrenar a la juventud para que haga frente a los crecientes retos del futuro; en el pleno respeto a la soberanía nacional, proscribiendo la política imperial de cambios de régimen y guerras; y en la promoción explícita del interés común entre las naciones.
“La historia nos dice que la ley de la selva no es el camino de la coexistencia humana”, subrayó el Presidente chino Xi Jinping. “Toda nación debería obedecer el principio de igualdad, confianza mutua, aprendizaje de los demás, cooperación y búsqueda de beneficios colectivos… para la construcción de un mundo armónico, sustentado en la paz y la prosperidad colectiva”, añadió en la Cumbre citada.
El BRICS y sus aliados están construyendo un sistema mundial basado en valor real, no en valores de papel falsos. Las naciones del BRICS están decidiendo qué es el valor real, y lo están imponiendo, que consiste en el costo de los poderes productivos del trabajo en una situación cambiante. Las mismas sanciones que “Occidente” impuso sobre Rusia ahora mismo, provocan un efecto “boomerang” sobre el valor del dólar y el rublo. Moscú se desdolariza, fortalece su propia moneda y exporta oro a terceros.
El problema subyacente con el que nos tenemos que enfrentar hoy, es la “asimetría del valor en el mundo”, que viene de dos sistemas distintos que operan con una lógica y una métrica diferentes y que son totalmente incompatibles.
De un lado, está el sistema transatlántico. Del otro, tenemos un sistema emergente, incompatible con el primero, que está construyendo un mercado basado en valor real. El valor real proviene y se mide por el desarrollo de los poderes productivos del trabajo, es decir, mediante la introducción de nuevas tecnologías creadas científicamente, poniendo en marcha procesos productivos que incrementan la densidad de flujo energético a través de la economía física de tal modo que se incrementen inmensamente los poderes productivos del trabajo. Ese nuevo sistema creará un proceso mediante el cual el incremento de la densidad de flujo energético se incrementará a sí misma a una tasa que se va acelerando.
Este rol del progreso tecnológico y avance científico es lo que la especie humana hace de manera única. Tal creatividad es realmente la fuente de valor en una economía y es el camino en el cual nuestra acción para crear el futuro define el valor presente.
Sin duda, el Nuevo Banco de Desarrollo (NDB) y el Acuerdo de Reservas de Contingencia (ARC) son la base de una arquitectura financiera internacional totalmente nueva, aunque aguarda una gran batalla política para que esta política entre en vigor, por encima de las violentas objeciones de la City de Londres y Wall Street, incluyendo sus agentes en algunos de los países del BRICS. El documento de fundación del NBD con cautela se adhiere a la idea de que el NBD y el ARC sólo se destinan a “complementar” a instituciones existentes como el FMI; pero los principios sobre los cuales se fundaron no sólo contradicen a los del FMI, sino que son mutuamente excluyentes.
Más significativo: el NBD se orienta claramente a prestar dinero para desarrollo real, sin las odiadas condiciones de austeridad y políticas ecologistas asociadas con el FMI y el Banco Mundial. Por ejemplo, la declaración conjunta CELAC-China contiene una divergencia radical con las condiciones del FMI y el BM, y llama “a hacer buen uso de los préstamos en condiciones favorables garantizados por China, de acuerdo con las necesidades y prioridades de los países receptores. Enfatizamos la importancia de la construcción y modernización de infraestructura”.
El Presidente Putin, no es ajeno a ser el blanco de la guerra económica, presentó una propuesta complementaria: “Las naciones del BRICS deberían cooperar más de cerca en los mercados de materias primas. Tenemos un recurso singular básico: nuestras naciones poseen el 30%-50% de las reservas globales de diferentes recursos. Por lo tanto, creemos que es imperativo desarrollar la cooperación en minería y procesamiento, y organizar un centro para la capacitación de expertos en industrias metalúrgicas en las naciones del BRICS”.
Tal acuerdo quebraría el control absoluto del gran enemigo de Rusia -Gran Bretaña- de las materias primas y su habilidad para especular con la subsistencia de las naciones y su misma existencia. Para hacer viabilizar estos propósitos, el NBD y el ARC tendrían que funcionar con un muro cortafuegos contra el sistema canceroso denominado “en dólares”. Es digno de atención que el NBD está autorizado en el futuro a recibir capital adicional y a otorgar préstamos al BRICS y a otras naciones, en monedas alternativas.
Una vez que tres, cuatro o más países estén involucrados en grandes proyectos recibiendo tales préstamos en monedas distintas al dólar, de hecho se habrá creado una nueva moneda, a la que también le seguirá el acuerdo de tipos de cambio fijo entre las naciones participantes. Ese sólo paso instantáneamente traería aparejado un retorno al sistema de Bretton Woods anterior a 1971, de tipos de cambio fijos (predecibles), barriendo de un plumazo, billones de dólares de especulación con monedas a futuro.
Como conclusión, ignoramos si el BRICS construirá un nuevo orden mundial. Pero lo que sí sabemos es que todo el contexto actual y las torpezas de la alianza transatlántica con sus sanciones ineficaces a Rusia y su obstinación por armar a Ucrania, para prolongar una guerra de antemano perdida, no ha hecho más que inflamar orgullos del otro lado y provocar reacciones adversas en aquellas culturas milenarias que hasta aquí, actuaban razonablemente y sacaban provecho del orden mundial actual. Ello puede ser motivador suficiente para que el BRICS, aún reconociendo posibles desacuerdos entre sus propios miembros, cobre vuelo y dinamismo, intentando al menos, erigirse en la alternativa como “el mejor mundo posible”.
Ese mundo mejor lo puede ayudar a edificar el BRICS porque se trata de países vigorosos -y no envejecidos-, que cooperan entre sí -sobreponiéndose a sus viejas rencillas- y tienen vocación de liderazgo global -pero compartido-.
A modo de despedida, les dejo el video premonitorio que realizó Jorge Lanata hace más de una década para el Canal Infinito, sobre el entonces BRIC -sin Sudáfrica en ese momento-. A veces, los cambios aparecen ante nuestras narices, pero no los vemos.

TURQUIA: ORIGINAL Y EXOTICA

Turquía es noticia en estos días de guerra en Ucrania, a propósito de su decisión de rechazar el ingreso de Finlandia y Suecia en la OTAN, a la cual también pertenece desde los tiempos de la Guerra Fría pero también por ciertas tensiones con Grecia a propósito de la cuestión chipriota.

Como es una de las dos únicas puertas abiertas a Rusia, hice escala allí en abril pasado, en ocasión de mi viaje a Moscú. Es interesante detenerse por un momento, para efectuar una semblanza acerca de la república turca de Erdogan y su actual momento.

Recorriendo la historia por ejemplo, como base para analizar el presente, hay que recordar que Turquía fue por siglos un Imperio, hasta el final de la I Guerra Mundial, que decretó el final del Imperio Turco-Otomano. Aunque con varios mitos por desterrar, podría afirmarse que los llamados “Jóvenes Turcos” primero (1908-1918) y el líder Mustafá Kemal Atatürk a partir de 1923, establecieron los pilares de una “república secular” -ya no imperial- y ese experimento está próximo a cumplir una centuria.

A la participación histórica de Turquía en la OTAN, hay que agregarle su permanente intención de formar parte de la Unión Europea (UE), sobre todo, desde los años noventa. Aunque por supuesto, tanto el prontuario que tiene Turquía en materia de DDHH como la cuestión greco-chipriota ya mencionada, bloquean la posibilidad del ingreso turco, lo cual, de lograrse algún día, convertiría al país, en el segundo en importancia detrás de su aliada histórica, Alemania, en términos de población, aunque mayoritariamente islámica.

A su posición geoestratégica relevante, como “bisagra” entre Europa y el Oriente, habiendo intentado tres veces, por ejemplo, invadir la capital austríaca (Viena), Turquía le agrega el plus de su modernización económica tan especial hacia el capitalismo, iniciada en los años ochenta por el tecnócrata de origen kurdo, Turgut Özal, Primer Ministro emergido del golpe militar de 1980 y luego Presidente electo. 

En efecto, el empresariado especialmente de la región de Anatolia, luce con un comportamiento especial, proactivo e innovador, destinado a brindar servicios y productos de calidad. Muchos de esos productos son nacionales y hasta típicos, tradicionales, fuertemente ligados a la cultura turca.Los turcos ya no son simples vendedores de alfombras. Kayseri es la ciudad modelo en cuanto a industrias del mueble y textil, exportando a cerca de un centenar de países: holdings poderosos fabrican cientos de miles de sillas y sofás-cama además de centenares de prototipos de lana vaquera, insumo para las marcas líderes a nivel mundial

Cuando uno asoma a esa infinita cantidad de negocios de especias y sabores de los más variados, incluyendo algunas hierbas para la potencia sexual masculina, se puede advertir que en Turquía, es perfectamente posible hacer converger la globalización con la identidad nacional. Es la misma sensación que tenemos cuando vemos las banderas turcas por doquier en las calles de Estambul, la proximidad de una mezquita con un rascacielos o un banco, la increíble modernidad del Aeropuerto Internacional Atatürk (en turco,  Istanbul Atatürk Havalimanı) y por qué no, el fenómeno de Turkish Airlines, omnipresente en poco tiempo, en los cielos del mundo, promocionada por nada más ni nada menos que Morgan Freeman.

Recep Tayyip Erdogan llegaría al poder en 2002, de la mano de un islamismo moderado pero pronto iniciaría un proceso orientado a desmontar la maquinaria de vigilancia institucional instaurado por los militares desde 1980. Ganaría sucesivas elecciones, incluso sufriría un golpe de Estado en 2016 pero lograría superarlo. Es un liderazgo nacionalista e islamista de indudable vigor político, comunicacional y electoral, que puede ser discutido en determinados círculos intelectuales y mediáticos de “Occidente”, pero que al igual que ocurre con el caso ruso (y Putin), no ofrece disidencia alguna en el ejemplo turco (y Erdogan).

Finalmente, el turismo es otra de las fuentes de ingreso más relevantes para la economía turca. Tanto las playas como las regiones montañosas, así como el encanto especial de Estambul y otras ciudades, le ofrecen al visitante extranjero, tanto occidental como latinoamericano, una gran diversidad, precios relativamente accesibles y una disposición especial de los habitantes locales, siempre tan adaptables al gusto e idioma de los turistas.

Entonces, si querés conocer y recorrer este destino aconsejable por su diversidad cultural y riqueza histórica, te aconsejo un bueno vuelo de Turkish Airlines con rumbo a la ex Constantinopla y adelante!!!

EN EL CORAZON DE EURASIA

Domodyedovo, uno de los tres aeropuertos más importantes de Moscú, capital de la Federación Rusa, con más de 12 millones de habitantes. Jueves 21 de abril, 21 hora local. Lleno total de pasajeros esperando en las salas contiguas a la salida del vuelo de Uzbekistán Airways, rumbo a Tashkent (2,6 millones de habitantes). Llama la atención la gran cantidad de hombres jóvenes y de mediana edad, sentados y parados o dando vueltas, en la estación aérea, pero también por contraste, el poco número de mujeres: las había más guardias rusas en Migraciones o controles aduaneros y fitosanitarios que viajeras.

Un panorama similar vería durante la escala técnica de Tashkent, la capital de Uzbekistán (36 millones de habitantes), aunque con un par de diferencias. Allí ya empiezan advertirse mujeres, incluso turistas americanas y europeas pero también diviso las primeras musulmanas con hijab y los hombres de túnicas blancas. Ahora sí estoy en pleno corazón de los Estados centroasiáticos (además del país visitado, Kazajstán, Kirguistán, Turkmenistán y, Tayikistán), incluyendo la nueva Franja y Ruta de la Ruta de la Seda. Las influencias islámicas se perciben en el aire a pesar de un “duty free” con productos autóctonos pero también globales y por supuesto, a diferencia de la Rusia sancionada por europeos y americanos, a propósito de la guerra de Ucrania, en el aeropuerto uzbeko, se pueden usar todas las tarjetas de crédito de bancos extranjeros.

Si esa mezcla de modernidad con antigüedad y tradición me resultan impactantes, mucho más lo será en Estambul, mi primera (de ida) y mi última parada (de regreso), antes de abordar el avión de Turkish Airlines que me depositaría en Ezeiza el domingo 24 a las 22 horas de Argentina. La ciudad más relevante de Turquía, aunque no su capital, Estambul, es una urbe exótica y atrapante por donde se la mire. Salvando las distancias físicas y culturales, la antigua Bizancio o Constantinopla, es una suerte de Nueva York musulmana.

Nuevamente varones sólos por doquier, bebiendo en los bares, sin presencia femenina, ni siquiera como mozas, cenando en los restaurantes, con algunas esporádicas parejas y familias, con sus integrantes hablando en voz alta en las calles. Sí, las mismas, de poco ancho, por las que circulan a altísima velocidad y de manera caótica, taxis modernos y motos. Esa anarquía en el tránsito, cualquiera la ve en diferentes arterias de la ciudad, ya sea en los barrios más céntricos, como cercanos a la costanera del Mar de Bósforo. La misma rambla donde se agolpan los turcos que gritan a viva voz para atrapar europeos o latinos en los ferries que hacen tours por el célebre Estrecho, donde entre otras, se filmaran películas de la saga de James Bond como “The World is Not Enough” (1999) y “Skyfall” (2012).

Es que los turcos, hábiles vendedores, enseguida captan al caminante desprevenido, hablándole en el idioma que sea, con tal de atraerlo hacia el punto de consumo que los concentra, por ejemplo, la venta de alfombras. La sóla referencia de Rosario, donde han proliferado estos talentosos comerciantes milenarios en la famosa Calle San Luis, ya captura la atención de este distraído transeúnte, mientras regresaba al hotel. Una hora y media o dos, le llevó al vendedor (Nadine), junto a su hermano, casado con una rosarina de Funes, intentar convencerme de las bondades y precios de las alfombras que ofrecía, con todo tipo de artilugios.

Así es Turquía. Así es Uzbekistán. Apenas horas o días, me permitieron adentrarme por primera vez, en este otro mundo al que nunca pensé en conocer. Países que buscan su inserción internacional, ya sea, el primero en la Unión Europea -además de integrar la OTAN- y el segundo, en la Unión Económica Euroasiática (UEEA), de la mano de Rusia, aunque es dable reconocer también su sólido vínculo con China y la propia Turquía. Una región donde a diferencia de Europa o el mundo anglosajón-germánico, uno de cada tres habitantes, es menor de 14 años.

Son países que me enseñaron que el dinamismo demográfico y comercial está allí, en esa parte del mundo, el mismo que nos dimos el lujo de desconocer, incluso en la academia, durante décadas. Donde pueden ondear banderas nacionales por doquier, pero que al mismo tiempo, no trepidan en globalizarse mostrando a los turistas internacionales, las bondades de sus aerolíneas y sus comidas típicas, con un packaging ejemplar.

Me demostraron que es absolutamente compatible preservar la identidad nacional con la adaptación global, sin resignar el núcleo cultural propio. Esa ya es un interesante lección que me traje de aquellas lejanas regiones.

DEBATE CON LIBERALES SOBRE LA GUERRA EN UCRANIA

Jóvenes liberales y libertarios de Fiscales Por La Libertad (Córdoba), me invitaron a participar en un debate por zoom con otros divulgadores de ideas, el martes 15 de marzo a las 22 horas. Aquí está la presentación grabada en You Tube.

GUERRA EN UCRANIA: ALGUNAS APARICIONES PUBLICAS

TEMORES POR LA INVASION RUSA

EN AMBITO FINANCIERO EL 24 DE FEBRERO

NOTA A TELAM DEL JUEVES 24 DE FEBRERO

NOTA EN EL CANCILLER.COM DEL JUEVES 24 DE FEBRERO

EN REPUBLICA.DE.CORRIENTES.COM, EL 25 DE FEBRERO

EN EL NOTICIERO DE RT EN ESPAÑOL DEL 8 DE MARZO DE 2022

CONVERSATORIO DEL JUEVES 3 DE MARZO

LECCIONES DE LA GUERRA UCRANIANA PARA ABYA YALA (“TIERRA VIVA”)

El interés por la guerra en Ucrania, ya no tiene fronteras. Desde nuestra hermana latinoamericana, Guatemala, Ollantay Itzamná de la CODECA, me entrevistó el sábado 5 de marzo pasado por la mañana. Asistieron dirigentes sociales de México, El Salvador, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, etc.