HOMENAJE AL “FLACO”

Se nos fue César Luis Menotti, luego de algunos meses de sufrimiento por razones no aclaradas.

Estaba al frente de la coordinación de las Selecciones Nacionales y su último gran hallazgo fue haber avalado a Lionel Scaloni como técnico de la escuadra que luego sería campeona mundial en Qatar 2022, además de lograr la Copa América 2021.

Bohemio como pocos, respecto al fútbol, a contramano de esta época donde todo es negocio y apuestas, Menotti fue campeón como técnico en el recordado Huracán de 1973, primer título mundial de mayores para Argentina en 1978 y mundial juvenil de 1979 en Japón. Es decir, le cambió el rostro y la organización al deporte más popular del país, prestigió y federalizó al Seleccionado, le dio una identidad propia y lo llevó a alcanzar los máximos logros.

Ni siquiera en sus últimos años de su vida de 85, dejó de estar inquieto. Además del apoyo a la “Scaloneta”, puso su escuela de entrenadores, donde formó grandes DTs como Pep Guardiola, aunque ya había forjado a Angel Cappa (subcampeón con Huracán), Rubén Rossi (ex formador de juveniles en mi querido Colón) y tantos otros que se socializaron y perfeccionaron con las enseñanzas de vida y fútbol con el “Flaco”.

Te vamos a extrañar Maestro, como le llamara ayer en el velorio, “Chiqui” Tapia.

LA EDITORIAL DE ENRIQUE CRUZ SOBRE EL DECESO DE MENOTTI

FRASES DE MENOTTI

“EL MUERTO SE ASUSTA DEL DEGOLLADO”

Este fin de semana, una noticia sacudió al mundo empresario nacional en esta era Milei. Un conglomerado de 40 bancos que operan con la billetera electrónica MODO, denunció a la empresa MERCADO LIBRE de Marcos Galperín, uno de los empresarios “mimados” por el Presidente, por prácticas abusivas de “posición dominante”. Esta puja en realidad, es novedosa en este país pero no lo es en el mundo. La guerra ya declarada entre el sector financiero y la industria de las tecnológicas -hoy conocidas como “”fintech”-, por quien dominará el manejo y/o circulación del dinero en las próximas décadas, empezó en la propia Estados Unidos, ya hace algunos años, agudizándose durante y tras la pandemia.

Paradójico que Milei considere como aliados a ambos subsectores, cuando  tal vez tenga que definirse por uno de los dos, más temprano de lo previsto.

Es la nueva dinámica del capitalismo global. No hay lugar para los dos bajo el sol. Sólo uno podrá imponerse.

UNO MAS (Y VAN…)

Esta semana, Javier Milei viajó nuevamente al exterior, particularmente Estados Unidos, pronto lo hará a España, aunque con finalidades que poco o nada tienen relación con su gestión de gobierno. Volvieron así las hipótesis periodísticas en torno a cuan cómodo o comprometido se halla con su gobierno. Ya sea porque puntualmente la marcha universitaria del martes 23 de abril le puso un límite, o porque las presiones y locura que supone gobernar un país tan bipolar y ciclotímico como la Argentina, terminan siendo insoportables, el flamante Presidente no parece encontrar el sosiego que ansía tener por ejemplo, cuando se retire: “estar con sus seres de cuatro patas”. Al mismo tiempo, sí parece “estar en su salsa” cuando da conferencias anodinas sobre sus formas (abstractas) de entender la economía o aspectos morales como la bondad o la virtud empresaria, que le preocupan tanto. Mientras tanto, el 63 % de los cargos estatales no han sido ocupados, las reuniones de gabinete las preside su hermana Karina y el consenso pragmático logrado con vocación artesanal por su Ministro del Interior, el “todoterreno” Guillermo Francos. Es decir, Milei no gobierna. Tampoco le interesa.

Podría decirse que su propia filosofía anarco-capitalista, en contra de esa “organización criminal” -como él mismo la denomina- que es el Estado, influye para respaldar aquel comportamiento. Pero si fuera así, hubiera actuado desde el primer día en tal sentido. Quien tiene la vocación y convicción verdaderas para aniquilar al Estado lo hace desde el primer día, actuando en consecuencia, no sólo para destruir o bloquear sino para forjar algo nuevo o inédito. No alguien que se convierte en “pragmático” tras 4 meses, ni siquiera cuenta con una sóla ley en ese período o quien se dedica obsesivamente a multiplicar “likes” en la red social “X” o busca con desenfreno, “reconocimiento internacional”, aún a costa de papelones por sus balbuceos en sus entrevistas con periodistas no guionados.

Pero mirando hacia atrás, Milei no es la excepción y eso es lo preocupante. A la hora de revisar el pasado, la lista de Presidentes que no se sienten a gusto, “presidiendo”, termina siendo larga. Alberto Fernández estuvo en la Casa Rosada, porque lo instaló tal vez, contra su voluntad, Cristina Fernández. Macri pasó por allí empujado por su propio desafío a Franco, su padre. CFK le dio el gusto a su marido Néstor y éste a Duhalde, siendo tal vez el último Presidente que realmente “disfrutó el poder”, aunque éste lo llevó a su propia muerte.

En un régimen presidencialista, Presidentes que no quieren presidir sinceramente, afecta el propio pilar básico de aquél. Para una sociedad que necesita ser gobernada, como solía decir Manuel Mora y Araujo, es un gran detalle. Sobre todo, si no se pretende seguir perdiendo tiempo valioso que consuma generaciones enteras y se elucubren las más varias teorías o estrategias para sacárnoslos de encima antes de que terminen sus respectivos mandatos (sin pena ni gloria).