MI LUGAR (ARGENTINO) EN EL MUNDO

Así como tengo una canción que me representa cabalmente, tengo mi lugar ARGENTINO en este mundo. Cariló, al ladito de Ostende y Valeria del Mar, con esos bosques singulares, muy cerca del mar.

Ese mix me fascina, mucho más incluso que la conjunción de la montaña y el mar, como suele haber en algunos lugares de Chile, Brasil (con sus sierras o morros) y el Mar Mediterráneo. Sólo el Báltico ruso con sus dunas y bosques, incluyendo animales salvajes, puede ofrecerme un paisaje a lo Cariló.

Cada vez que puedo, me escapo a esas bellezas y el fin del verano en el Hemisferio Sur, me ofrecía tal posibilidad: no la desaproveché. Desde que en 1974, mi curioso y aventurero padre nos hiciera conocer a toda la familia, la belleza de aquellos médanos, cuando Pinamar era virgen y no por lo tanto, carecía de la urbanización actual, con una frecuencia de diez años, generalmente en pareja, voy allí y me quedo algunos días. Lo suficiente como para volver a la rutina laboral, con la mayor energía.

Continúe leyendo

FEROZ, CLANDESTINA Y COBARDE

Así fue la respuesta de la última dictadura militar argentina (1976-1983), a la historia de la violencia argentina. Feroz, porque el Estado lo hizo con sadismo, es decir, una clara perversión moral. Clandestina, porque recurrió a la arbitrariedad, la delación, el secuestro y la tortura, siempre al margen de toda ley. Cobarde, porque atacó, en lugar de proteger, a civiles, muchos de ellos, inocentes, por ejemplo, mujeres embarazadas a punto de parir, que no tenían relación alguna con la llamada “subversión”.

Estas frases y calificativos son propias de la gran película “1985, Argentina”, recientemente estrenada y candidata al Oscar como mejor película y film extranjero, el domingo próximo en Los Angeles, protagonizada entre otros por Ricardo Darín, Peter Lanzani y el genial Norman Briski y dirigida por Santiago Mitre. Son parte del gran alegato del Fiscal Strassera, el día de la acusación contra los responsables de las Juntas Militares, en el inédito y ejemplar juicio público, tanto a nivel latinoamericano como global, el más importante post Nüremberg contra los criminales nazis.

Argentina aprendió varias lecciones de aquellos juicios. Contribuyeron a la reconstrucción del valor “justicia”, algo que sigue pendiente, aunque ya no en los términos que teníamos de ella, en los inicios de los ochenta. Fue un juicio civil, imponiéndose sobre la posibilidad de un fuero específicamente militar, por lo que implica el triunfo del sentido genuinamente democrático de impartir justicia, por encima de cualquier casta o privilegio. Fue también la cabal demostración de que aún con protagonistas de un pasado ominoso, como el propio Fiscal Strassera, ex funcionario judicial de la dictadura, como Moreno Ocampo, de familia patricia y militar, pero al frente de un equipo joven y sin intereses o compromisos previos, pueden encararse cambios institucionales “bisagra”, especialmente cuando un país todo pretende dejar atrás una historia de pesadilla regada con sangre.

La película, sin ser brillante, tiene sus dosis de emotividad elevada, combinada con un buen guión y una apropiada documentación, recordándome en lo personal, uno de los mejores años de aquella hermosa década que fueron los ochenta, musicalizada de manera acorde a ello.

RECUERDOS DE ADOLESCENCIA EN EL RIO

Febrero es un mes que suele ser corto y excepto los Carnavales, no tiene ningún aditamento especial para quienes trabajamos todo el año y ya no viajamos al exterior como antes. No es absolutamente laborable porque no tengo clases aunque sí turnos de exámenes y tampoco es comparable a enero, que suele ser el mes clave para vacacionar. Tampoco lo ayuda el clima. Suele ser más lluvioso en zonas cálidas como la costa atlántica o las sierras, cuando no frío, como resultó ser la semana pasada, la más otoñal en seis décadas.

En ese contexto, motivando a un amigo a viajar una vez más, al menos a nivel “cabotaje” (turismo interno), dado que dados los impuestos, es aún caro viajar al exterior, a diferencia de 2016-2019, tomamos el auto y nos encaminamos a recorrer la llanura argentina, en las Provincias de Córdoba y Santa Fe, por el interior de su interior. Pueblitos pequeños, algunos insignificantes, otros más destacados y hasta pujantes. Partimos de Villa María a las 10 hs. de la mañana y al llegar a Cintra (1.200 habitantes), doblamos hacia la izquierda con rumbo noroeste, alcanzando San Antonio de Litín (algo más de 1.200 hab.) primero y Alicia (3.600 hab.), después.

A continuación, cruzamos la frontera interprovincial y adentrándonos en Santa Fe, conocimos Landeta, donde nos llamó la atención una mansión que alcanza una manzana, con parque incluido, que están aún sin terminar, en un pueblo realmente fantasmal. Me propuse averiguar qué político o empresario puede ser el dueño de semejante inmueble equivalente a una pirámide egipcia en medio de la nada misma, del tipo de los edificios exóticos de los megalomaníacos Rodríguez Saá que solemos ver a la vera del camino en San Luis, pero en el interín prosigo con el relato. Por el estilo albañilesco a secas de la casona, me inclino a pensar que su propietario es un político, por qué no el propio Presidente Comunal, dado el mal gusto evidente en la construcción.

Nos esperaba Carlos Pellegrini (6.700 hab.) en la misma ruta provincial que Las Rosas, Las Parejas y Armstrong, ciudades industriales del oeste santafesino. Allí nos tomamos un café en la Estación de Servicio de Axion.

Continúe leyendo

DE CRIMENES GRUPALES Y RACISMO

Fue, junto al terremoto en Turquía y Siria, la novedad del día. Por fin, se conoció la sentencia contra los ocho jóvenes rugbiers de Zárate por el crimen de Fernando Báez Sosa en el verano de 2020, antes de la pandemia de Covid-19: cinco fueron condenados a cadena perpetua y tres a 15 años de prisión, acusados de homicidio doloso por un tribunal de la ciudad de Dolores.

Más allá de la cuasi normalidad de las peleas nocturnas, a la salida de los boliches en numerosos lugares del país, los fines de semana, por parte de banditas de adolescentes, influidos en gran medida por exceso de alcohol y en algunos casos, drogas, el caso del asesinato del joven argentino de ascendencia paraguaya Báez Sosa, remite a discusiones interminables y hasta banales en torno a la supuesta violencia del rugby como deporte, la psicología violenta de los grupos juveniles, más allá de la responsabilidad individual o, la crianza familiar de los protagonistas.

En mi caso, apenas me enteré del hecho, estando en ese momento en Mar del Plata, antes de quedar varado por la cuarentena de entonces, recordé los dos casos de “bullying” que sufrí en mi adolescencia. Una, en el colegio, por parte de un ex compañero, proveniente de una familia adinerada, dueña del Diario La Capital de Rosario, quien me salivaba en los recreos, con total desparpajo, despreciándome por el color de mi piel mestiza. La otra, un poco antes, cuando cursaba el séptimo grado en el colegio pero en la instancia de mi aprendizaje del idioma inglés en un instituto privado (IATEL), por parte de alumnos del Colegio Maristas de Rosario, socios del Jockey Club de la misma ciudad y también, al igual que el joven Lagos,  precoces jugadores de rugby.

La vida fue poniendo justicia, jamás me caí anímicamente por aquellos episodios, tuve la defensa de mis padres, sobre todo, mi madre, pero además, me fui fortaleciendo hasta incluso perdonarlos con el transcurso del tiempo. Sin duda, que ayudó mi sobreesfuerzo para convertirme en abanderado y superar el nepotismo histórico premiando a hijos de profesionales o ex alumnos del propio colegio. De hecho, en tal sentido, hubo un protagonista clave, el Padre Reverendo Bruno Ierullo, quien arbitró justicia, como el tribunal de Dolores, hoy. No quiero dejar de mencionar a mis amigos de entonces -y ahora- quienes desconociendo aquel “bullying” me apoyaron siempre, sin condiciones.

Pero siempre me pregunté si ese “bullying” hubiera pasado al ámbito de la violencia, de los golpes de puño, si yo mismo hubiera reaccionado, con toda razón, como pudo haber intentado, sin éxito el propio Fernando en aquella noche fatídica de Villa Gesell. Probablemente, hubiera terminado de la misma manera que él, en soledad, con la indiferencia o el famoso “no te metás” de los demás testigos, porque nadie en esta cobarde Argentina, enfrenta en su sano juicio a una banda de 7 u 8 jóvenes irracionales. Afortunademente, las cámaras de video instaladas en las calles del Municipio pero también las propias filmaciones de los rugbiers, permitieron desentrañar la siniestra madeja del crimen. Los condenó su propia vanidad.

El trasfondo de todo es el racismo implícito, del que no hablan los grandes medios, hace décadas latente, en buena parte de la sociedad argentina, que se autopercibe “venida en los barcos” desde Europa. Donde probablemente, algunos, lamentablemente, por status social o lo que sea, se autoperciben más que otros, en esa caracterización. Mientras no se combata ese flagelo en el sistema educativo y se castigue ese tipo de conductas, de manera institucional, habrá más Fernandos desgraciados y más Máximos Thomsen, seres absolutamente despreciables.

Ojalá el fallo de hoy obre como una suerte de bisagra al respecto. No pierdo la esperanza.

AMOR EN TIEMPOS DE TINDER?

Entré experimentalmente hace 10 días a la red social de citas y “matches”, lanzada el 15 de noviembre de 2011. Motivar a un querido amigo en tránsito -eterno- de separación, fue el gran detonador de mi ingreso ya que desde mi entrada y salida de Badoo en 2011, no creo demasiado en hallar parejas serias -y mucho menos, amor- a través de estas redes sociales.

Confieso que me entretengo y hasta divierto a diario -aunque pagando-. Buena cantidad de “matches” para aumentar mi ego, que seguramente ya estaba elevado, interesantes cortes o rupturas, producidas por el “desgaste” de no tolerar ni siquiera la demora de “algunas” en aceptar un café cara a cara, aunque en sus perfiles demanden “seriedad”, “relaciones a largo plazo”, “madurez”, etc. y exijan todo tipo de requisitos en los hombres supuestamente tramposos y mentirosos: “fotos reales”, “cero chamuyo”, bla bla bla bla…..

Realmente, mientras el mundo está al borde de una III Guerra Mundial, las mujeres de Tinder, en su gran mayoría, al menos las que yo conocí, se hallan en un estado calamitoso: no estético, sino mental. Disonancia cognoscitiva por doquier, fotos en las que exaltan “soy positiva y simpática” y muestran espaldas, colas o rostros que espantarían a la misma Morticia Adams.  Para colmo, ya no dependen de la “caja boba”: lo son del más sofisticado pero peor, Sr. Netflix. Además, la misma autenticidad que le piden a los hombres, la adeudan, cuando muestran fotos antiguas, con hijos o mascotas, incluso de éstos en soledad. Algunas salen haciendo piruetas en la pared, cuando no, ocultan totalmente su físico y/o rostro, poniendo flyers con lecciones morales. Lo mismo dirán de sus hombres “tan ansiados” -o como se decía antiguamente, “solteros codiciados”?

Ni hablar de los chats. Dan para todos los gustos. Con excepciones, son para el mejor estudio psicológico que quepa en este tipo de ocasiones. Aunque justo es reconocerlo, hay una enorme distancia cultural entre las argentinas y las no-argentinas. Estas últimas reclaman presencialidad física, “talkers” en vez de “texters”, pero al poco tiempo, se nota que tienen más claro, todo. Llama la atención que las argentinas ni siquiera leen los mensajes ni se enteran de quienes las siguen. Pero claro, insisto, “buscan relaciones serias y de largo plazo”. Seguramente, en su favor, tendrán razones para quejarse de no pocos argentinos. Pero nuevamente, se impone la “ley de atracción”: atraen poco y malo porque ofrecen no mucho más que eso.

Ahora, desde el punto de vista estructural, evaluando la misma herramienta tecnológica, puede decirse que Tinder adolece de fallas. El pago escalonado, es decir, la posibilidad de mejorar la dimensión de los contactos, sólo a partir de nuevos pagos (Tinder Gold y Platinum), desalienta a las mujeres, que acumulan pretendientes y chats que no conocen a menos que eroguen pero también a los hombres, que suelen pagar pero tampoco encuentran lo que buscan. Es un problema de expectativas. El mero atractivo visual inicial no garantiza para nada, el desarrollo de nuevas relaciones y mucho menos, duraderas, si no hay entusiasmo, no hay admiración, no hay contagio alguno, mucho menos continuidad en el lazo online, excepto alguna afinidad a manera de espejismo inicial.

Es que resulta difícil recuperar el tiempo perdido. Difícil atraer o conquistar un gran amor así. Difícil disfrutar momentos jubilosos, duraderos, de esta manera. Lo peor, difícil encontrarse a sí mismas, quererse sin necesidad de selfies o leer libros de autoestima o hacer yoga, si no es teniendo claras sus identidades que no pueden nunca construirse solo desde la otredad o desde el supuesto enemigo deseable, el masculino.

En verdad, tampoco les creo mucho, por mi propia experiencia. La más independiente y liberal, se termina transformando en una madre perfecta, cocinera orgullosa y “mantenida” de por vida, por el ex marido o el Estado. Me ha pasado tal vivencia, apenas me separé de mi ex esposa.

Punto. “Tinder” deconstruido. Por fortuna, en unos días más, huyo despavorido de allí.  El algoritmo tendrá que hallar otros inocentes manipulables. Seguiré feliz destrozando a mis rivales ideológicos, en Twitter.

DE CALCHIN AL MUNDO

Extraído del Twitter de @DiegoFonsecaDF.
“En la Universidad, no teníamos dinero. Viajábamos haciendo dedo, esperando que un alma caritativa nos levantase en la ruta y nos dejase en casa. O cerca. Ese *cerca* era todo un asunto. Convenía que te dejen en Villa del Rosario o en Sacanta o El Arañado.
Villa era una ciudad mediana, con tráfico: hay autos. Hay más chance de que te levanten. Los otros dos son más pequeños pero cercanos a mi ciudad, Las Varillas. (Yo prefería Sacanta: me gustaba una chica de ahí y soñaba con la probabilidad de que pasara en bici, auto o a pie.)

Imagen

Anyway, en ese trayecto, había una máxima: no aceptes que te dejen en Calchín. Calchín es un pueblo de pocas calles montado sobre un lado de la ruta provincial 13, que es una línea de asfalto recto e interminable. Eso jodía a Calchín: todos pasaban por Calchín huyendo de Calchín.

Imagen

Años A, la Municipalidad montó *bumps* en la ruta para que los autos no le matasen vecinos. Pero eso no evitaba la idea general: Calchín es de paso, nadie va a Calchín. Para todos era un pueblo muerto. Muy chico, sin autos: sin vida. En Calchín no pasaba nada.
Pero igual sucedía: si nadie te levantaba temprano a la salida de Córdoba, pasaban las horas y querías escapar de allí como sea. Entonces, sí, un alma generosa se estacionaba, corrías hasta el auto y preguntabas “¿hasta dónde?” “Calchín”, se oía. Y ya, te entregabas.
Lo único que podías hacer en Calchín era escuchar los ruidos del campo. Pájaros, una vaca lejos, quizá los cascos de un caballo repiqueteando sobre el asfalto. Tenía una terminal de buses chiquitona, aburrida. A favor: su buen sánguche de salame con queso mataba el hambre.
Las horas eran incómodas. Te hundías en el banco de una plaza o pateabas piedras al lado de la ruta. Si era invierno, te jodías: el frío pampeano es existencial: ocupa tus células. Si era verano, te jodías: tu única compañía eran las cigarras: su chirrido cantaba tu sentencia.
Era muy difícil salir de Calchín porque pasaban todos a alta velocidad. Eras un condenado. Como si la vida, y no un auto, las posibilidades y no un camión, te hubieran dejado atrás sin siquiera disminuir el paso o echarte una mirada. Pero al final lo lograbas: salías de Calchín”.
Esta introducción que elegí de un twittero oriundo de Las Varillas, ciudad cercana a Calchín, me permite ilustrarles más facilmente acerca del pueblo de donde es originario Julián Alvarez, ex jugador de River (campeón en el 2021 contra mi Colón) y hoy player del Manchester City y campeón mundial con la Selección Argentina en Qatar 2022, con apenas 22 años.
Muchos sociólogos podrán explicar acerca de las condiciones o contextos en los que se cría un jugador talentoso y exitoso, desde su familia, pasando por la escuela y su vecindario y si todo ello influye o no y cuánto en su logro deportivo. Alvarez cuenta con una familia que lo contuvo, tiene 2 hermanos más futbolistas ya en el fútbol inglés como él y hasta fue abanderado en su colegio. Pero claro, todo ello en Calchín, un pueblo aislado del mundo, como dice Fonseca, con 2.500 habitantes, la gran mayoría descendientes de piamonteses tercos y donde lo único que puede aspirar un chico es a mirar el horizonte para ver la oportunidad de salir de allí. O, como la gran mayoría, resignarse a su condición de calchinense. El antecedente de Alvarez fue Germán “Tato” Martelotto, quien jugara de mediapunta en Belgrano de Córdoba y llegara a la Selección de Basile en 1991.
Hasta Calchín entonces me movilicé ayer para ser testigo directo de la fiesta de bienvenida de su pueblo a Julián, tras haberse consagrado en Qatar. Salí de Villa María , en el centro del país, a las 17.20, tomé la Ruta 158, pasé por Las Mojarras, Arroyo Algodón, La Playosa, Pozo del Molle y allí desvié hacia el oeste, a Carrilobo, Calchín Oeste para finalmente llegar a Calchín a las 18.35.
Tras descender de un helicóptero, Alvarez se subió a una autobomba y recorrió el pueblo de 45 manzanas, escoltado por familiares, hinchas y amigos, hasta llegar a su club de origen, el Club Atlético Calchín, donde no cabía un alfiler. Decenas de miles  de simpatizantes, venidos hasta de Catamarca y Santiago del Estero, le dieron la bienvenida, matizada por la música de Los Caligaris.
El pueblo por fin salió de su letargo gracias a su hijo pródigo. Enhorabuena.

Continúe leyendo

DE FESTEJOS, “GARCAS” E INCOMPETENTES

El pueblo argentino vive hoy uno de los días más felices de toda su historia. Unas 5 millones de personas, más del 10 % de la población pudo disfrutar -a medias- el regreso y paseo -con la Copa del Mundo ganada el domingo en Qatar-, de parte de todo el equipo subido a un bus, en caravana desde Ezeiza. Júbilo desbordante, canciones futboleras entonadas a lo largo de los trayectos pero también un desorden generalizado, debido a las múltiples versiones respecto a los lugares por donde pasaría el equipo de héroes.

Es que claro, esa pasión y alegría tan comunes por estas tierras, ciertamente admiradas en otras latitudes aunque no seamos concientes de ello, debió convivir con una actitud muy deleznable, de parte de no poca parte de nuestra clase dirigente.

Por un lado, en su mayoría opositores, que especulaban incluso con una nueva frustración deportiva del equipo para caerle encima mediática y moralmente al gobierno, criticando la decisión de éste de fijar un nuevo feriado para que todos puedan disfrutar de los festejos. Por el otro, las propias autoridades que demostraron una enorme incompetencia para organizar con cierta racionalidad el acto festivo.

Ya en la madrugada, en el corto recorrido del Aeropuerto Internacional al predio de la AFA, los propios jugadores estuvieron al borde de una tragedia por pasar debajo de unos cables y ahora por la tarde, un par de hinchas se arrojaron desde un puente al micro del seleccionado, cayendo uno de ellos al vacío.

Por especulación o ineficacia, se terminó así con una celebración que debía ser digna de un pueblo con una carga emocional gigantesca pero que lamentablemente vota inútiles o insensibles para que lo gobiernen y he aquí las consecuencias.

Las fotos de un día épico, otro más en nuestras vidas, como argentinos, que demuestran que “el amor con amor” se paga.

REYES DE QATAR

El fútbol siempre da revancha y este domingo 18 de diciembre de 2022, disputada la final de la Copa del Mundo jugada en Qatar, demostró no ser la excepción. Como en Rusia 2018, Francia y Argentina volvieron a jugar, protagonizando una de las mejores definiciones que yo recuerde, por su ritmo cambiante y alta emotividad, pero a diferencia de cuatro años atrás, esta vez, el resultado, por penales, favorecería a nuestra Selección Argentina, que lograría así su tercera Copa en la historia de Mundiales.

Messi en la final perdida de Brasil 2014

Messi besando la Copa 2022

el camino a la gloria

la 3era. estrella ya bordada arriba del escudo nacional

Había razones para soñar como dije hace unas semanas atrás, sobre todo, en el peor momento de la Selección en este certamen, es decir, el inicial, luego de su derrota contra Arabia Saudita. pero aquellos motivos se fueron cimentando paso a paso, en cada uno de los 6 partidos hasta la final tan esperada, sobre todo, por y para Lionel Messi, para quien, éste era supuestamente, su último Mundial y por lo tanto, su última oportunidad (biológica) de ganarlo.

Continúe leyendo

TIEMPO Y RAZONES PARA SOÑAR

Cae la noche del sábado 26 de noviembre de 2022 en Argentina y seguramente, una sensación de alivio trasunta los hogares donde esta tarde toda la atención estaba fijada en el partido Argentina-México, en el Mundial de Qatar, ya que un resultado adverso a la Albiceleste, la hubiera dejado prácticamente al borde de su eliminación en primera ronda, como ocurriera hace exactamente 20 años en el certamen global de Japón-Corea del Sur.

Una actuación no muy convincente pero a la que le bastaron dos jugadas aisladas definitorias en favor del elenco de Messi, pudo darle vida extra a un equipo que había generado enormes expectativas para campeonar pero cuyo debut fatídico contra Arabia Saudita (1-2) el martes pasado, las había derrumbado como un castillo de naipes.

Habrá habido analogías circunstanciales entre aquel éxito de 1986 para ilusionar a muchos pero también hay quienes remitían al gran fracaso de 2002 y su cadena de eventos previos, similares a los de estas semanas anteriores a la inauguración del domingo 20. En cualquier caso, el de hoy pudo ser -o no- el partido bisagra para que la Selección halle su propio camino, reconstruya su mística y a partir de allí, encuentre el equipo para sustentar sobre bases sólidas, las expectativas desbordantes que genera. Quedan 5 finales si quiere alzar la Copa.

Hay algo muy importante que este grupo ha contagiado: unidad y sentido de pertenencia. En las lágrimas del DT Scaloni y su ayudante Aimar, quienes conocen de cerca las vivencias del fracaso, podemos vislumbrar el gran amor que le tienen a la Albiceleste. Harán lo imposible para tomar las decisiones más acordes a la consagración.

Eso espero en esta noche especial, en la que por primera vez, en 48 años, podré acostarme en mi cama, sin preocuparme por sacarme las lentes de contacto o siquiera las gafas. Puedo ver ahora sí, con mis ojos, al natural. Miren si no hay razones para tener fe en que podremos campeonar como en 1986. Todo es posible.

En el “Fan Fest” del Anfiteatro de la Ciudad de Villa María (Córdoba)

Ah, gran detalle: tanto Ayala, como Samuel y Aimar estuvieron en aquella Selección de 2002. Scaloni fue citado en la de 2006. Ellos quieren su revancha, ahora estando sentados en la banca.

450 AÑOS DE SANTA FE -POR MUCHOS MAS Y GRACIAS-

Se hayan cumplido 449 o se estén por cumplir 450, según los usos políticos que se le den, no importa. Fue un nuevo aniversario de una de las ciudades más emblemáticas y antiguas del país, aunque claramente no de las más populosas, pero sobre todo, la que me recibió a este mundo por primera y única vez. Mi Santa Fe de la Vera Cruz.

Tenía otra de mis varias cuentas pendientes con ella y por lo tanto, saldé una más: estar allí en sus festejos, con Los Palmeras, celebrando sus cinco décadas de carrera musical, llevando a un par de alumnos cordobeses avanzados míos de confianza, como Lucio Piatti Borello y Alvaro Oliva y siendo agasajado allá por una pareja amiga, Gastón y Cayena, dos grandes hinchas de mi Colón querido.

El mural de Los Palmeras

Como corolario, degustamos pescado de río, en todas sus variedades, en el popular Quincho de Chiquito, cuyo dueño falleciera hace algunos años pero nos dejara el permanente recuerdo de “La Vuelta del Pirata” y éste, su nuevo legado, donde hay fotos y recuerdos históricos por doquier, como los de boxeo, fútbol y sus grandes campeones nacionales e internacionales.

Agustín Uleriche

Dedicado al “Chino”Maidana

Dedicado al “Zurdo” Vázquez

Carlos Monzón, Diego Maradona, Carlos Reutemann, entre tantas estrellas del deporte y el espectáculo, pasaron por allí y posaron junto a “Chiquito”. Buena parte de mis recuerdos emocionantes de mi infancia y adolescencia se concentraron allí la noche del martes 15N.

el recuerdo de Carlos Monzón

la imponente estatua que lo recuerda en la calle aledaña al restaurante