DOS REGRESOS CON LAGRIMAS

La semana pasada, dos bandas británicas, emblemáticas de rock-pop regresaron a los escenarios, tras el declive evidente de la pandemia. Una, fue Genesis, liderada por Phil Collins, secundado como siempre por Mike Rutherford y Tony Banks y la otra fue The Rolling Stones, conducida por el interminable Mick Jagger acompañado por Keith Richards y Ron Wood. 

Genesis dio su concierto el miércoles 22 de setiembre pasado, en el Utilita Arena de la ciudad inglesa de Birmingham, donde lamentablemente, se vio a ese eximio baterista que es Phil Collins, muy deteriorado en su condición física, sin poder llegar a ciertas notas musicales y hasta para moverse, habiendo estado sentado la mayor parte del recital en un taburete.

En el caso de los Rolling, que dieron un concierto privado unos días antes que Genesis, el lunes 20, en una carpa montada en un estadio de la ciudad de Boston, ante unas 300 personas, la nota siginicativa de la jornada fue la ausencia física de Charlie Watts, el legendario baterista de la banda, fallecido en agosto pasado.

Más allá del dolor de estas pérdidas a las que ya nos vamos habituando, queda el recuerdo de los grandes momentos vividos, que disfrutamos aquellos de mi generación, que tuvimos la fortuna de vivenciarlos en su mayor esplendor, dejando huellas imborrables. En tal sentido, me siento uno de tantos privilegiados, porque no creo que los jóvenes de hoy tengan semejantes impactos emocionales con los cantantes de la actualidad, como los tuvimos nosotros, con aquéllos.

He aquí dos grandes temas de estas icónicas bandas, grabadas precisamente, en tales circunstancias de gloria para ambas. Hay que reflejarlos así, PORQUE LA MUSICA, COMO ARTE, NO MUERE.

EL DIA QUE LA F1 NOS HIZO EMOCIONAR

Desde 2018 que la F1 no nos daba espectáculos más o menos dignos. El dominio de Mercedes Benz y Lewsi Hamilton era abrumador y Ferrari se hunde en el fondo. Salvo el holandés Max Verstappen, nadie les daba pelea. Hoy en una Monza semivacía, con Vettel más filántropo que piloto, regalando sus ingresos para financiar a 200 médicos y paramédicos del Servicio de Salud del Ejército italiano, homenajeados por su encomiable labor en la lucha contra la pandemia, ganó por primera vez el francés Pierre Gasly, en un AlphaTauri (ex Toro Rosso), una marca del final del pelotón, que no triunfaba desde 2008, también con Vettel.

La carrera fue tremenda porque tras el accidente de Leclerc, Hamilton fue sancionado con 10 segundos por lo que quedó fuera de competencia por el primer lugar ya a la mitad. Eso facilitó una pelea más pareja entre Gasly, Bottas y los Mc Laren de Sainz (hijo) y Norris, con un buen tercer lugar a cargo del canadiense Stroll. El español también ilusionó a todos en la Península Ibérica con su primer triunfo pero tuvo que contentarse con el segundo lugar, llegando a pocos metros de Gasly, en un Mc Laren que no gana desde 2012.

Así, la F1 nos regaló hoy, una mañana (o tarde) de grandes emociones, con un podio joven que anticipa recambio de pilotos, donde por fin, se volvió a escuchar la Marsellesa, luego de muchos años sin un francés ganador y donde se despidió el equipo Williams, una empresa familiar donde Claire, sustituyó a su padre Frank, hacedor de tantos éxitos, campeones y subcampeones, como nuestro “Lole” Reutemann. Ojalá se repita más a menudo hasta el fin de este año tan anormal por el Covid19.

MI HOMENAJE DE HOY: A LA MILANESA

Apenas con 5 años, mi primer contacto con mi comida preferida, típicamente argentina -y nada delicada ni compleja, fue en el Restaurant y Cervecería La Recova, en mi ciudad natal, Santa Fe. Los mozos de aquel entonces, la ofrecían acompañada por el puré o las papas fritas, pero siempre cortada en cientos de pedazos para pinchar con el escarbadientes individual. Pero el tiempo pasó y lejos de olvidar ese momento inicial de placer gastronómico, se profundizó esa pasión por la milanesa. Aprendí a comerla con arroz (mi predilecto), huevos fritos, pero también en forma de sandwich, en los picnics estudiantiles y por supuesto, a medida que entraba en la fase adulta, con ensaladas mixtas. Empecé a verificar que no sólo yo mantenía ese particular gusto, por una comida que no es claramente, fina.

Es que la milanesa, que hoy cumple su día conmemorativo especial, en la tribu de las redes sociales, es una de las comidas típicas del país, incluso más que el asado, porque la consumen ricos y pobres, jóvenes y viejos, hombres y mujeres y obviamente, niños. Lo paradójico es que nunca aprendí a cocinarla. Para los extranjeros que la desconocen y lo viví especialmente cuando viví en Chile, donde se la confunde mal con el llamado escalope, se trata de un filete fino, preferente -aunque no únicamente- de carne vacuna, sobre todo, de nalga, pasado por huevo batido y luego por pan rallado, que se cocina fritada aunque más raramente, horneada. Además pueden haber milanesas de pescado, de pollo, de soja, de berenjena y hasta de queso mozzarella.

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