Todos recordamos -y criticamos- el optimismo ingenuo de Fukuyama cuando anticipó el “fin de la historia” en “The National Interest” en 1989. Pero al mismo tiempo, en esa ocasión, el célebre pensador también pronosticó algunos de los flagelos que podrían difundirse de la mano de la globalización, entre otras, las pandemias, ocasionadas precisamente por la libre circulación de personas (viajes por todo el mundo).
Cualquiera sea la duración del problema, el impacto económico global es notorio: caída de bolsas, depreciación de activos. Pero más allá de ello, lo que cuenta, a la hora de evaluar conductas morales, es el efecto psicológico. Quizás estemos en el momento bisagra de la pandemia: o se detiene o se agudiza aún más, con consecuencias impredecibles.
Pero el miedo, por las lecciones que recogemos de la historia, no trae buenas noticias. Por el contrario, cuando las sociedades son atacadas por ese “otro mal”, se exageran los costos y el problema original, lejos de acotarse, se expande. La desconfianza se espiraliza y se sobrecarga la labor estatal, sin alcance ni margen suficientes para resolverlo. Como en muchos otros órdenes, por ejemplo, la guerra contra el terrorismo, a partir de 2001, el pánico no fue buen consejero. Algunos demonios novedosos aparecieron y aún es muy dificultoso extirparlos.
Tampoco creer que apelando al llamado a la solidaridad o la “conciencia social”, utilizando recomendaciones de políticas compulsivas sobre la población, como si todos fuéramos orientales, podrá ganarse en eficacia, es caer en otra ingenuidad. El “yo me quedo en casa” puede generar problemas adicionales, como los contagios intrafamiliares o mayor debilidad inmunizatoria.
Es que a diferencia de hace un siglo atrás, la viralización de la información gracias a las nuevas tecnologías, nos permite estar mucho más atentos y ágiles para reaccionar ante un “enemigo invisible” para el cual todavía no hay vacuna. Mientras tal difusión no se convierta en psicosis contraproducente, el equilibrio en materia de prevención, sin caer en sobreactuación, puede tener externalidades más positivas.
A muchos en el interior en Argentina, les cuesta entender que en la Ciudad de Buenos Aires pueda vivirse sin stress, contaminación sonora o sencillamente locura: con sólo ver algunas personas en la calle, hablando sólas o mal vestidas, uno podría también recoger esa imagen. Pero a la gran cantidad de barrios de la propia urbe, verdaderas “miniciudades” con plenitud de servicios, donde puede vivirse apaciblemente, aún con alguna inseguridad, existe un lugar al que sólo lo perturban -o acompañan placenteramente-, el ruido de las turbinas de los aviones o el motor de los trenes chinos.
Es que cerca del Aeroparque Jorge Newbery y de las líneas del Ferrocarril Belgrano, se levanta el Parque 3 de Febrero, uno de los que conforman los llamados “bosques de Palermo”. Con más de 80 hectáreas, es uno de los espacios verdes más importantes de Buenos Aires, después de la Reserva Ecológica Costanera Sur.
Unas 200.000 personas, entre vecinos de la ciudad y turistas, lo visitan cada semana para hacer picnics, sentarse en bancos para tomar mates o para practicar deportes o simplemente “running”. Fue creado en 1874, por orden del Presidente Domingo F. Sarmiento, se inauguró en 1875 y su diseñador fue el gran paisajista Charles Thays. Incluye lagos artificiales que pueden recorrerse en bote o en bicicletas de agua.
En el ecosistema del parque, se han avistado 197 especies de aves, entre autóctonas, introducidas, liberadas y/o escapadas del tráfico de fauna. De estas especies, 34 hacen uso intensivo de los lagos.
Se han calculado 11 especies acuáticas: 8 de peces, 2 de bivalvos, un camarón y una anguila. Hay más de 5.500 especies vegetales. Viven en los lagos, dos especies de tortugas acuáticas y una especie de nutrias.
Hoy, los judíos están en retirada en Villa Crespo (81.000 habitantes), conservan pocos negocios debido al avance chino pero nadie podrá negar cómo esta comunidad llegó y creció en ese barrio porteño como “Lío” y Berta y tantos otros de clase media, con su casa propia, con su seguro médico, jubilación, auto, veraneo, etc.
Villa Crespo también alberga un club de fútbol, como Atlanta. Allí, actores como Osvaldo Miranda o más recientemente Sebastián Wainrach, profesores universitarios como Eduardo Slomiansky, economistas ligados a la “city” y la banca como Miguel Angel Broda, cada 15 días, concurren los sábados a ver a su equipo favorito sufrir en las categorías de ascenso. Tuvo su época de gloria en los setenta, cuando se codeaba en la “A” con Boca y River -y mi Colón-, con jugadores de jerarquía como Gómez Voglino, el “Turco” Ribolzi, Omar Atondo y un goleador de raza, como Delio Onnis, célebre en Francia, en la misma época donde la clase media “bohemia” tenía un buen nivel de vida.
El mismo que tenían los habitantes de La Paternal (20.000 hab.), con su famoso Asociación Atlética Argentinos Juniors, donde nació Maradona y vivieran entre otros célebres como el ucraniano “César Tiempo”, el actor Pedro Quartucci y los músicos, el tanguero Osvaldo Fresedo y el rockero “Pappo” ; Caballito (176.000 hab.), con su Ferro Carril Oeste; Floresta (38.000 hab.) con All Boys; Mataderos (64.000 hab.) con Nueva Chicago y Villa Luro (33.000 hab.) con su Vélez Sarsfield. Todos disfrutaron de la misma época de progreso y bienestar. Careciendo de clubes de fútbol tan populares y ganadores, otros barrios como Villa Ortúzar (22.000 hab.), Colegiales (53.000 hab.) y Chacarita (28.000 hab.), este último archirrival de Villa Crespo y al que Borges le dedicara mucha atención en sus libros, muestran fisonomías e historias semejantes. Con sus bares, bazares, panaderías, talleres, librerías, gomerías, mercados, ferias, pescaderías, negocios de quiniela, lavaderos, inmobiliarias, mercerías, etc., acrecentaron sus patrimonios aún en un contexto macroeconómico tremendamente adverso como el argentino, pletórico en inflación alta persistente, devaluaciones y confiscaciones.
Claro, a mí no me satisfacen las explicaciones que se precian de científicas intentando enrostrarle al menemismo globalizador, el deterioro social que vivió a partir de los años noventa, dicha clase media otrora tan pujante. Para ser justos, no hay que olvidar tampoco que los porteños tuvieron servicios públicos durante décadas hasta alcanzar la autonomía como Ciudad tardíamente en los noventa y de modo gradual, como la justicia (federal), policía (ídem), transporte (subte, colectivos, trenes), que fueron financiados subsidiariamente por el resto de los argentinos, por el sólo mérito de albergar la capital del país.
Hoy, en favor de ella, el distrito más rico de la Argentina, por ser la sede o matriz de muchas empresas poderosas, ya ha logrado una gran autosuficiencia que depara un enorme debate en torno a sus recursos propios y beneficiarios de sus políticas públicas. Cabe recordar que la ciudad recibe día a día, millones de personas provenientes del conurbano bonaerense, que trabajan en ella, se atienden en sus hospitales, usan su transporte, etc. sin aportar un peso, lo cual genera otra inequidad.
Algunos subsectores de ella pudieron haber sufrido algún traspié, incluyendo los jubilados aunque ello no es atribuible por supuesto sólo a esta barriada porteña, pero el grueso pudo evitar la caída, lo cual es fácil de percibir hoy con sólo pasear por dichos barrios. La creciente marginalidad, con villas al interior de algunos de ellos, como la Villa Fraga; la delincuencia al estilo “punguismo”; el avance cartonero; el cierre de comercios, etc., no ha sido mayor en estos barrios que en otros. Hoy, el Parque Centenario refleja en parte, esa decadencia, con la presencia de muchas parejas jóvenes con niños, con un lenguaje, vestimenta y códigos que distan mucho del que uno está habituado a escuchar o ver en zonas como Palermo, Recoleta o Belgrano.
Ese mismo Parque en los alrededores, presenta a diario, una buena cantidad de puestos de vendedores de libros usados, el cual es un indicador más de la impronta cultural y artística de estos barrios porteños. Alberto Fernández, el actual Presidente argentino, es un vecino connotado de La Paternal y como él, hay muchos académicos, intelectuales, creativos, etc. que terminan generando un contraste enorme -uno más- con algunas ciudades del interior del país, donde puede existir cierto vigor productivo e industrial pero ambientes carentes de vida cultural.
Tampoco el Estado ha retrocedido. Hay una sucursal del Banco Nación cada 10 cuadras, hay policía de la Ciudad más la Federal patrullando calles y veredas, el Gobierno de Rodríguez Larreta ha embellecido parques y paseos, construido viaductos, limpiando áreas abandonadas como los alrededores del Cementerio de la Chacarita, aunque siga viviendo una familia entera allí, al lado de los muertos célebres allí (Gardel, Vandor, Rucci, Calabró, Pugliese, “Tita” Merello, Guy Williams “El Zorro”, Ariel Ramírez, Quinquela Martín, Sandrini, Troilo, Olmedo, Porcel, Gilda, Cerati, Bonavena, etc.) y “fantasmas”.
Incluso el mercado no les dio la espalda. El “boom” de Palermo derramó hacia estos barrios citados, sobre todo los más cercanos. Hubo negocios tradicionales que se reciclaron o especializaron. La Avenida Warnes, célebre en el país por su enorme oferta repuestera para autos y camionetas, continúa con vida y hasta parece revitalizada de la mano de Toyota y otras marcas extranjeras. Pudieron venderse casas o edificios para que se instalen allí gigantes de los medios como Fox Sports, radios como la de Luis Majul, empresas discográficas que crecieron después de 2001 y hasta Universidades privadas.
De acuerdo a la fría estadística, la ciudad de Buenos Aires tiene un ritmo inmobiliario cambiante, fluctuante, incesante pero demográficamente estable. En las últimas siete décadas, su población se mantiene incólume en 3 millones de habitantes. Una muy baja tasa de natalidad, una inmigración que se mantiene alrededor de 15 % de la población -mucho menor que la de inicios del siglo XX- y una esperanza de vida muy elevada lo cual revela un profundo envejecimiento, explican aquella estabilidad. Barrios enteros como Puerto Madero se han sumado pero están dedicados a la inversión inmobiliaria, hotelería y alquiler selectivo para turistas. Muchos porteños de clase alta han emigrado hacia la zona norte (Vicente López, Olivos, Tigre, Pilar, etc.). Lo que ha crecido enormemente es el primer cordón del conurbano (Avellaneda, Lanús, La Matanza, Quilmes): ello explica la duplicación poblacional diurna de la Capital Federal, fácilmente visible en estaciones de trenes y buses como Retiro y Constitución. El corazón de la vieja Buenos Aires todavía permanece vigente en los barrios que hemos citado y descrito aquí: donde hay paz por las tardes, se baldean veredas y los vecinos toman mate en las veredas.
Los barrios citados con su medio millón de habitantes, son otra cara más de la diversa pero excitante Ciudad de Buenos Aires y por ende, del también variopinto país en el que nací. Ningún estereotipo ni tampoco explicación fácil sirven para describir su realidad. Pertenecen a una realidad nacional y urbana con una baja productividad pero al mismo tiempo, con una increíble vitalidad y hasta capacidad de reacción. La misma que me transmitían Lío y Berta cada vez que los veía. Ellos también son ejemplo de supervivencia en esta Argentina tan especial, a su manera.
El tenis es mi deporte favorito y no podía dejar de estar en la inauguración del Abierto argentino, luego de nuestro paso por Hamburgo 2019.
En pleno corazón de Palermo, el Lawn Tenis Club, donde yo mismo jugara con mi ex profesor de tenis y diplomático retirado Darío Mengucci en 2017, es el escenario de este tradicional torneo.
Aquí ganaron Nadal, Ferrer, Moyá y Almagro, entre otros españoles, además del brasileño “Guga” Kuerten.
En algún momento, triunfó Fontanarrosay se hizo “normal” el vocabulario con “malas palabras” o insultos sin ninguna necesidad, incluyendo los medios de comunicación. Hacerlo es sinónimo de creer que uno se identifica con la gente común y por lo tanto, tal popularidad garantiza ayor audiencia o “rating“.
En algún momento, el desapego a la palabra empeñada se transformó en habitual y entonces hasta fue festejada la transgresión. La conducta honorable ya no fue ejemplaridad y por el contrario, empezó a verse como objeto de burla.
En algún momento, la vulgaridad ganó espacio como nunca. En los videographs de los noticieros se visualizan errores groseros de ortografía. Los panelistas no convocados por sus experticias o saberes en un tema sin por otros atributos no necesariamente meritocráticos, gritan sin escucharse los unos y los otros. Pero también lo hacen las conductoras, como si estuvieran en su propio ámbito privado. Lo chabacano es ley porque no existe la mesura ni el autocontrol. El crimen de Villa Gesell ha ilustrado como nunca antes, esa hegemonía del exceso (atroz): tal vez estremezca, porque se trata de jóvenes de clase media.
Podría seguir con un listado de conductas o acciones que veo y analizo a diario, en la calle, en el trabajo, en los diferentes ámbitos públicos en los que nos movemos. Tal vez, al igual que el cine, la música rock nacional de los años dos mil, refleje mejor que nada, ese ocaso al que nos referíamos. Estos dos videos pueden ser ilustrativos de él, con la tolerancia a la indisciplina laboral y el culto a la apropiación de lo ajeno.
Algunos dirán que mi reflexión es la de un conservador nostálgico de tiempos que tampoco eran lo que “imagino” o que el cambio tecnológico o el reino de lo políticamente incorrecto, han ganado terreno no sólo en Argentina sino en el mundo, por lo que esta vulgarización que describo es generalizada.
También podría decirse que esta Argentina anómica, violenta y -paradójicamente- sin reacción, está encontrándose a sí misma, al desnudo, mostrando tras 36 años de democracia, lo que realmente es o, ha sabido construir, sin tutelajes de ningún tipo, a diferencia de otras sociedades. Esa es su originalidad, aunque duela.
El viento es diario, con mayor o menor intensidad, incluyendo ráfagas de 60 a 80 km. por hora. El sol, especial por el agujero en la capa de ozono, impacta de lleno en la piel humana, resecándola de manera anormal. El frío nocturno completa la agresividad del clima patagónico.
Ese viento pone a prueba la potencialidad del aprovechamiento de energía eólica, por ejemplo, cerca de la santacruceña Caleta Olivia (CO) y la chubutense Comodoro Rivadavia (CR). Es que la Patagonia, está toda atravesada por la tensión entre energías renovables y no renovables. Al lado del furor por Vaca Muerta en Neuquén, que elimina cualquier grieta entre kirchneristas y anti K, el petróleo y la minería, no así insólitamente la pesca, forman parte de la historia de incentivos naturales innegables que ofrece la Patagonia. El primero de ellos en CO y CR pero también la propia Tierra del Fuego.
No dejé nunca en este largo viaje, con el que coroné el fin del 2019 y el inicio del 2020, de valorar el esfuerzo de argentinos, chilenos y hasta peruanos que viven en estas alejadísimas latitudes, en poblaciones minúsculas, casi insignificantes, comparables a ciudades o pueblos de envergadura media o pequeña de la “Pampa Gringa” argentina. Gente que a lo largo de décadas, ha emigrado de las regiones más pobres pero también de las más prósperas del propio país y vecinos, en aras de construir futuros más venturosos o con el fin de dejar atrás historias negativas.
La diferencia es que aquí no venden en las calles o rutas: ya ciudadanos argentinos o residentes, son empleados públicos provinciales o municipales, regentean hoteles o trabajan como personal doméstico. Ya no emigran con el ritmo o la intensidad de los años sesenta o setenta, cuando Argentina era un paraíso al lado de Chile o Perú. Hoy, la situación se ha emparejado a favor de ellos pero igualmente, cuando se suscitan nuestras ya habituales crisis cambiarias, ellos se vienen. Es sintomático que haya una delegación nacional de Migraciones en Río Gallegos, ciudad cercana a los dos pasos limítrofes con Chile en dicha Provincia tan cara a los afectos kirchneristas.
CR es una ciudad progresista pero desigual por el petróleo. Ofrece una renta per cápita elevada pero mucha gente vive en sus alrededores en barrios más bien periféricos. Forma parte de la costa chubutense, marcadamente diferente del Parque Nacional Los Alerces (Futalaufquen, Verde, Rivadavia, Menéndez, Krugger, etc.) que allende a la cordillera, resguarda a ciudades como Esquel y Trevelín. A esa zona, la recorrí embelesado por sus paisajes “suizos” hace 3 décadas, como mochilero, con el hoy médico residente en Badajoz (España) Germán Lucini, su hermano profesor de educación física, Raúl, el también galeno (santafesino) Ignacio “Nacho” López Candioti, el traumátólogo rosarino Javier Sosa Escalada, que nos dejó sin una carpa a mitad del viaje y otros compañeros.
Vinieron a estas tierras cuando el General Julio Argentino Roca buscaba expulsar a los indios, de una manera mucho más eficaz que lo intentado décadas atrás por el gobernador bonaerense Juan Manuel de Rosas. Criticado en Córdoba por genocida y demás, Roca aquí llevó y llegó la civilización de su mano, expulsando a los indios (yámanas, onas y patagones), entregando a los campos extensos a militares y familias allegadas, etc. No fue el patrón civilizatorio del Lejano Oeste norteamericano. Aquí no hay que dejar de mencionar la intención chilena de ocupar y poblar la Patagonia. Lo que hizo Roca fue un ejercicio pleno de soberanía, más allá de las teorías conspiracionistas con las que nos hemos habituado los argentinos desde la infancia y que alguna vez citó Carlos Escudé creyendo que son nuestros vecinos los expansionistas cuando tal vez en la realidad, sea exactamente al revés.
Los habitantes patagónicos han gozado de subsidios varios (consumo de gas o naftas) o la promoción industrial de la electrónica y electrodomésticos, que financian el resto del país, pero resulta claro que el crecimiento de la población ha sido mínimo: Argentina en las 3 últimas décadas de democracia, jamás ha promovido ninguna política eficaz y de largo plazo que le diera al lejano sur, la importancia estratégica que merece. Todo lo cual por supuesto, descompromiría el enorme desequilibrio estructural regional que hoy favorece tanto al conurbano bonaerense.
La infraestructura argentina es mínima, siendo cada vez más reemplazada por el clientelismo de intendentes y gobernadores. Los funcionarios nacionales de Obras Públicas, dependientes de Mario Meoni, ahora serán los interlocutores de los “zares” patagónicos: polideportivos, asfaltado de calles, alumbrado de calles, gas natural y agua potable, autovías provinciales. Claro, con poca transparencia, con desigualdad ante la ley (intendentes y gobernadores amigos versus rivales), con montos per cápita absolutamente desproporcionados. Esa “película” ya la vimos con De Vido y su favoritismo a Leones en desmedro de Marcos Juárez en Córdoba: ahora con Martín Gill, viviremos una historia parecida, pero con miles de intendencias a nivel nacional.
Mientras tanto, el debate de qué hacer con la Patagonia, por qué y para qué tenerla, qué hacer con sus poblaciones famélicas mientras seguimos poblando el conurbano bonaerense para favorecer al peronismo, podrá continuar ad infinitum, mientras se consolida la tendencia unitarista del país.
Párrafo final para los Kirchner. Ellos vivieron e hicieron política en el sur, sobre todo por su demagógica campaña por los Hielos Continentales en los noventa y dos mil y obviamente, en el feudo de la Provincia de Santa Cruz. No fui testigo de una sóla obra pública ni siquiera en Río Gallegos que demuestre o justifique tantos años de gestión tanto de Néstor como Intendente y Gobernador como de CFK como senadora nacional en la etapa previa a ellos en la Presidencia de la Nación. Algo que realmente confirma mi hipótesis de que en Argentina, no es la eficiencia o responsabilidad en la gestión pública la que legitima gobiernos o reelecciones de políticos en los máximos cargos, sino el liderazgo de las redes clientelares financiadas con recursos nacionales (por ejemplo, en la Patagonia, regalías petroleras). Esa fue la “virtud” de la familia Kirchner para lograr el poder, mantenerse en él y acrecentarlo hasta arribar al corazón federal, Buenos Aires en 2003, de la mano del antimenemismo de la familia Duhalde.
He aquí el mausoleo de Néstor Kirchner en la ciudad de Río Gallegos.
A modo de despedida, luego de mi quinto viaje a la Patagonia, recordando el patrimonio universal de estas tierras majestuosas del “fin del mundo”, le recomendaría a Greta Thunberg que se haga una escapada a esta región tan lejana, incluso que se llegue a la Isla de los Estados como lo hizo Mario Markic “En el camino” y redescubra in situ, el sentido de su lucha ecologista, en lugar de elegir el altar mediático de sus combates a los líderes mundiales.
PD: la mención a la Isla de los Estados y a Julio Verne tiene un gusto especial para mí, porque la primera, gran y única referencia de la existencia de Argentina que tenía mi novia Ekaterina cuando la conocí hace 9 años, era simplemente ésa, referida a su lectura infantil de “Los hijos del Capitán Grant”.
Cuando hoy leía la noticia de que, luego de una década, los integrantes de “Carta Abierta” decidían cerrarla, porque se había acabado la “resistencia” al gobierno de Macri que mañana termina, no dudé en recordar el papel de otros dos intelectuales de otro tiempo y lugar, que contrastan notoriamente con la actitud de aquéllos. Mientras los argentinos citados, adoptan antes que nada, el rol de “militantes”, los dos que mencionaré, cada uno bajo las circunstancias que les tocó vivir, asumieron compromisos manifiestos, con sus convicciones o saberes primero, con sus sociedades o sus países o el mismo mundo después, aunque no necesariamente con sus gobiernos. Es más, hasta podría decirse que tuvieron una enorme valentía, porque además de enemistarse o ser incomprendidos por muchos de sus pares, también se convirtieron en enemigos de esos gobiernos que alguna vez dijeron cobijarlos.
Los casos que quiero recordar, son los de Alan Turing (1912-1954) y Hannah Arendt (1906-1975).
No fue el nacionalismo hoy tan de moda en el Reino Unido del “Brexit” de Johnson ni la retribución a Churchill, quien lo apoyaría incondicionalmente, sino la vanidad, el orgullo y en todo caso, el amor a su precoz pareja masculina (Christopher Morcom), los que motivaron a Turing para tal hazaña. Precisamente, enterado el gobierno británico de tal condición de homosexual, lo castigó con dureza, a la castración química y en tal circunstancia de humillación y desamparo, Turing, con apenas 41 años cumplidos, podría haberse suicidado, algo que no resulta totalmente claro aún.
Por ello, Arendt fue denostada por los lectores del New Yorker, pero también por la mayoría de los cuerpos académicos de la Universidad de Princeton (1959-1963), la Universidad de Chicago (1963-1967) y la New School of Social Research de New York (1967-1975) donde trabajó y sobre todo, por sus amigos, muchos de ellos judíos sobrevivientes e intelectuales como ella. Incluso el propio Estado de Israel la atacó y agravió, a ella que había sido una sionista desde el inicio. Apenas fue defendida por el editor William Shawn y sobre todo, su tercer marido, el profesor de Filosofía, Heinrich Blücher-como antes con Turing, su “esposa por contrato”, Joan Clarke-.
Arendt creía firmemente en la relevancia de la voluntad individual, incluso para elegir en situaciones extremas como las que impone un régimen totalitario. Por eso, no escatimó críticas a los “consejos judíos” que colaboraron con los nazis, en los campos de concentración, escogiendo previamente a los prisioneros, para salvarlos o no en las cámaras de gas, aunque fuera “políticamente incorrecto” para su época. Justificar el juicio y la condena a Eichmann, no significaba que no se pudiera entender la lógica de su accionar pero a su vez, también, desnudar la conducta cómplice de los líderes de su propio credo, tan aberrante en términos morales, como la de aquel burócrata que todas las noches dormía con su familia, después de jornadas criminales enteras.
Los casos citados demuestran que cuando un intelectual descubre, racionaliza o simplemente piensa, porque ésa es su principal razón de ser (o pasión), sin terceras intenciones, llegando a conclusiones no necesariamente complacientes con alguien, una catarata de diatribas seguramente recibirá, al extremo de terminar con las vidas de los involucrados. Turing no soportó la presión o tal vez, la soledad sin su amado; Arendt siguió viviendo pero en una suerte de ostracismo o vacío del establishment académico, aún cuando ella siguió defendiendo sus posturas con hidalguía pero sobre todo, valentía. Pero ambos, tildados injustamente de soberbios o vanidosos, eran espíritus inquietos, a quienes les llamaba la atención lo que al común de los mortales, no les atrae: en el caso de Turing, con una enorme dificultad desde pequeño para comunicarse oralmente, con los demás, la criptografía era una fórmula adecuada para disimular tal carencia.
Quizás esos valores escaseen hoy en todo el mundo. Hay demasiada complacencia con el poder de turno, demasiado interés profesional, demasiada vocación de arribismo, cero convicción, cero compromiso con la verdad, cero principismo. El mejor homenaje que les podemos hacer a los Turing y a los Arendt y a tantos “incómodos”, “curiosos”, “locos” o “anormales”que se jugaron la vida por el arte de pensar muy diferente, tanto en sociedades “libres” -en el caso de ambos- como en totalitarias o autoritarias -muchos otros-, es no renunciar jamás a nuestras convicciones, a nuestras ideas, a nuestras presunciones, a nuestros descubrimientos, incluso aunque parezcan caprichos. Es la única manera de sacudir la modorra, el letargo, la levedad en los que se mueven las nuevas generaciones, sólo habituadas a la pasividad y comodidad que le imponen las tecnologías en continua evolución, lo cual las convierte en fáciles presas para el poder.
Algunos, como los ex “Carta Abierta” ya han renunciado a tales propósitos.
De bajo perfil mediático, a menudo hermético, lo cual le granjeó pocos amigos en un país como Argentina, donde hay que abrir la boca hasta cuando redunda, Riquelme era un jugador algo cuestionado por su frialdad y hasta “lagunas mentales” en el juego, especialmente por su forma displicente de desplegar su fútbol. Pero nadie jamás pudo dudar de su inteligencia extraordinaria para mirar la dinámica del partido, colocar preciosas asistencias de gol y cuando no, potentes y precisos remates al arco desde media distancia o tiros libres. Era muy difícil -o imposible- arrebatarle la pelota: sacaba de quicio a sus marcadores, dejándolos siempre al borde de la tarjeta amarilla o la expulsión. Con un físico muy particular -y raro para un “enganche” de su categoría-, aunque tampoco fuera un 10 normal, Riquelme sabía como pocos, esconder el balón y sacar pases filtrados, que descolocaban a los defensores rivales.Como si tales talentos no le alcanzaran, dominaba mentalmente el juego, supliendo la disciplina táctico-física con su dominio mental.
Aquí lo vemos lucirse jugando para la selección argentina dirigido por Peckerman y Bielsa contra el Brasil campeón mundial de 2002, en 2005 y el Chile de Bielsa en 2007, respectivamente. En ambos partidos, Riquelme sería la figura central, marcando hermosos goles contra sendos rivales poderosos.
A nivel de clubes, Riquelme jugó también en el Barcelona (2002) pero sin destellar como lo haría en el pequeño Villarreal de España (2003-2006), llegando a una semifinal de la Champions League, cobrándose revancha de su experiencia anterior. Volvió a Boca Juniors (2007-2013), su verdadero lugar en el mundo aunque se retiró donde había comenzado: en Argentinos Juniors (2014).
Admirado y respetado por los hinchas de River, me despido con los goles que Riquelme le marcó a mi Colón: lo tuve que padecer pero al mismo tiempo, disfrutar y envidiar sanamente, a menudo, jugando en contra.
Pero también los propios anglosajones han rendido homenaje a Franciay París. Russell Crowe (neozelandés) en 2006, Michael Caine en 2013, pero sobre todo, Kristin Scott Thomas, Kevin Kline y la nonagenaria Maggie Smith, estos tres últimos con “Mi vieja y querida dama” (2014), han expuesto como nadie, el sufrimiento discreto de los franceses, siempre sutil, -a menudo exageradamente sutil-, por ejemplo, a través de una situación que hoy se ha hecho común pero que hace décadas no lo era tanto: la infidelidad de dos parejas y la desolación de sus hijos que sufrieron tales amoríos sin saberlo o en silencio. De paso, a través de dicha película, los que no somos franceses, conocimos el viager, esa institución milenaria gala, por la cual se alquila con opción a compra hasta que la persona muera, o, como en la misma película se cita sarcásticamente: “si la persona muere pronto, es el destino reemplazarla y si no, pagarle para que pueda vivir”.
También Argentina tiene vínculos con Francia. Desde la Revolución de Mayo, nacida bajo el influjo de la invasión napoleónica a España, pasando por Carlos Gardel, el comercio mutuo y la enseñanza del idioma francés a generaciones enteras a través de la Alianza Francesa. Pero el mayor shock lo tuvimos avec Ekaterine cuando al caminar por las calles parisinas, nos pareció estar haciéndolo por algunas aceras de Buenos Aires, como los barrios de Recoleta y Palermo. Resulta algo trillado esto de la semejanza entre París y Buenos Aires, porque además se ha escrito bastante acerca de ello, en materia arquitectónica pero el impacto me resultó llamativo considerando la lejanía o enorme distancia física e histórica entre ambas urbes.
Claro, hoy, también hay que relativizar lo francés y lo parisino, en un mundo con tanta globalización y por ende, inmigración-. Ver la Torre Eiffel blindada contra atentados terroristas y con una enorme fila de turistas chinos pretendiendo subir a ella por ascensor gigantesco como “ganado” -la misma sensación que tuve en el ascenso al Empire State en New York en 1990, también es shockeante. Máxime cuando en la gran fuente que mira a la Torre, un mediodía de pleno verano, era significativa la cantidad de africanos e iraníes con sus burkas, los que se bañaban con sus niños, con la sola excepción de una par de danesas y nosotros dos.
Así como en cada lugar del mundo, hay un rinconcito argentino, también los hay rusos. Ellos llegaron por primera vez a la capital parisina de la mano del ejército victorioso del Zar Alejandro I sobre Napoleón y mientras algunos de sus oficiales regresaron y protagonizaron -sin éxito- la única revolución liberal en el viejo Imperio, la “decembrista”, otros se quedaron y aprendieron a respirar la libertad individual, discutiendo en los bares sobre asuntos públicos, como nunca antes lo habían hecho. Tuvieron descendientes y éstos, como buenos rusos, se dedicaron a la alta gastronomía, en lugares coquetos de París.
Idem la música rusa, con Rachmaninoff a la cabeza, también presente en París.
Otros lugares bellos de la capital francesa, dignos de fotografiar.
La despedida es con un video alusivo a la romántica grand chanson de Pierre Bachelet, “Emmanuelle” (1974).
Como refleja el video en clara consonancia con la canción, llena de amor, belleza, deseo, corazón pero también decepción, o sea, vida humana plena, ésta en París asoma por completo placentera, una sensación parecida a la experimentada en Viena. Quizás se trate de ciudades bendecidas por la “buena vida”, que es claramente, la guiada por la pasión.
Hasta hace algún tiempo atrás, el Puerto de Rotterdam en Países Bajos, era el más grande del mundo. Pero los profundos cambios del comercio global, han provocado que haya sido superado por algunos puertos asiáticos y hoy, el que fuera el verdadero “rey de la industria marítima”, ocupe el puesto 10 en importancia portuaria.
Aun así, sus estadísticas son impresionantes. En el año 2017, se movilizaron por él, 467,4 millones de toneladas de carga y 13.734.334 contenedores. Allí trabajan 180.000 personas (entre operarios y administrativos) y su infraestructura ha sido destacada por el Foro Económico Mundial como la mejor del mundo, por sexta vez consecutiva.
Lo pudimos conocer con Ekaterina, gracias a un idea original de ella: realizar el célebre Spido Harbor Tour, en los emblemáticos barcos o catamaranes de la centenaria empresa holandesa Spido.
Rotterdam desde el Río.
Aquí, a partir de esta foto, empieza a visualizarse el Puerto como tal, por la mayor presencia de cargueros.
Ubicado en un punto de confluencia de los ríos Rin y Mosa, el Puerto de Rotterdam, que incluye 80 terminales y un complejo industrial dentro de sus instalaciones, se extiende por una superficie aproximada de 12.426 hectáreas a lo largo de los 57 Kms. del canal de navegación.
Gestionado por la Port of Rotterdam Authority (PoRA), es el único Puerto en el noroeste de Europa que ofrece un acceso sin restricciones a los buques más grandes del mundo conocidos hasta la fecha, con calados de hasta 24 metros, y sin ningún tipo de restricciones en cuanto a eslora o manga, como los petroleros, los mineraleros y buques porta-contenedores.
Como curiosidad, llegan anualmente al Puerto, unos 30.000 buques de ultramar y unas 110.000 barcazas, haciendo uso de sus instalaciones, es decir, una media de 383 barcos por día, unos 80 cargados o descargados de mercadería, cada 24 horas. Aproximadamente, las autoridades del Puerto deben guiar un barco cada 6 minutos por jornada. Hace una década, se calculó que a un ritmo de casi 10 millones de contenedores con un peso aproximado de 387 millones de toneladas que pasaron por el Puerto, si todos ellos se pusieran en linea recta, se podría dar la vuelta al mundo.
En el año 2018, el Puerto de Rotterdam tuvo un tráfico total de 469 millones de toneladas, lo que representa la mejor marca histórica del primer enclave europeo.
El transbordo de contenedores, volvió a ser el motor de tal crecimiento, con un aumento del 4,5% en tonelaje. En números absolutos, el aumento fue del 5,7%, hasta un total de 14,5 millones de unidades, lo que representa también otro récord para el puerto holandés. Esto refuerza la posición del puerto número uno de contenedores de Europa en un segmento de mercado de una importancia estratégica.
Uno de los aspectos más destacados de 2018 fue la evolución del tráfico de GNL, que se dispara un 163,6%, debido principalmente a los transbordos procedentes del yacimiento ruso de Yamal, con destino final principalmente, a Asia.
El balance económico del puerto registró una facturación de 707,2 millones de euros en 2018, casi cinco millones menos que en el año anterior, debido a los descuentos aplicados por la autoridad portuaria. Por su parte, el resultado neto sin impuestos ascendió a 254,1 millones de euros, unos siete más que en 2017, «debido principalmente a la reducción de los intereses». El año 2018 se caracterizó por un alto nivel de inversión, cerrando el curso con un desembolso de 408,1 millones de euros (91% de incremento). La mayor parte de esta inversión se corresponde al proyecto de accesibilidad logística del Puerto de Rotterdam y a la reubicación de líneas ferroviarias.
A nivel comparado, el Puerto de Rotterdam recibe más toneladas de mercancías al año que entre todos los puertos españoles. Es la puerta de entrada al mercado europeo más utilizada y desde donde llegan la mayoría de los productos que utilizan y consumen 350 millones de consumidores.
La región ofrece una gama completa de empresas especializadas
en el almacenamiento y el transbordo, transporte, transformación industrial y
de servicios auxiliares. En Rotterdam también hay muchos proveedores de
servicios de negocios tales como bancos, compañías de seguros y casas comerciales.
La concentración excepcional de las instalaciones, el know-how y experiencia en un único ámbito ofrecen la mejor garantía
posible de los niveles de servicio óptimos y soluciones personalizadas.
En definitiva, el Puerto de Rotterdam constituye un verdadero hub global que obtiene el 60 por ciento de su carga contenerizada gracias a las conexiones terrestres con muchos países del norte de Europa y del Mediterráneo. Su hinterland se ha expandido considerablemente debido a la formación de una sólida red intermodal, donde los operadores de transporte multimodal han integrado de manera eficaz los ferrocarriles y el autotransporte con el Puerto.
Pero esto no es suficiente para el Puerto holandés, que quiere convertirse en el más inteligente y limpio del planeta. Para conseguirlo, requiere de otra gran transformación. Por eso, la terminal adopta la innovación y ha invertido en tecnologías disruptivas.
Por ejemplo: ¿qué pasaría si las piezas de repuesto industriales estuvieran disponibles justo en los lugares y las ciudades donde son requeridas? La fabricación aditiva (impresión 3D) tiene el potencial para permitir esa disponibilidad, a gran escala, de piezas de metal certificadas a pedido. Hace un año, la compañía Ramlab dio a conocer la primera hélice de barco impresa en 3D aprobada en el mundo. Este es el primer paso hacia un nuevo y atractivo futuro para las piezas de repuesto. Pero existe un paso adicional: Blocklab. Hace tan sólo un año, el Puerto de Rotterdam, la Alcaldía de la ciudad e InnovationQuarter lanzaron esta iniciativa de blockchain para energía y logística. Esta tecnología tiene un considerable potencial para cambiar el manejo de las cadenas de abastecimiento.
Al mismo tiempo, la transición de energía es uno de los
grandes desafíos del Puerto de Rotterdam y del mundo. Los especialistas afirman
que en un futuro el mercado de energía sostenible dependerá del intercambio
descentralizado, y esa flexibilidad será un elemento clave para el nuevo
sistema. La tecnología blockchain
puede cumplir un papel fundamental en esta transición. Con alianzas de
ingenieros, desarrolladores, y usuarios finales, BlockLab realiza casos de uso de múltiples partes interesadas en
ambos dominios y ya ha despertado un gran interés internacional.
Es más, en 2015 se fundó PortXL, el primer acelerador portuario y marítimo en el mundo. Más de 1.000 startups a nivel mundial han sido encontradas, 36 ya arrancaron y se han firmado alrededor de 100 contratos para realizar pruebas piloto con socios industriales. El año pasado, PortXL abrió sus filiales en Singapur y Amberes.
Dentro de este esfuerzo por impulsar la innovación y convertirse en el puerto más inteligente del mundo, no hay que dejar de mencionar el papel del Fondo del Puerto de Rotterdam. Es un fondo de capital de riesgo que comenzó esta organización portuaria, el Banco NIBC, InnovationQuarter y algunos emprendedores locales, que se concentran en invertir directamente en promesas innovadoras del sector. El eslogan de la ciudad es “Haz que suceda” o Make it Happen: seguramente, el Puerto de Rotterdam será el más inteligente del mundo.
Qué relevancia tiene Rotterdam para América Latina? Incluso para la Rusia de Ekaterina, dentro de la misma Europa? Muchísima. Por ejemplo, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sostiene que nuestra región se ha convertido en el mayor exportador neto de alimentos del mundo, tanto que para 2024 el comercio neto de productos agrícolas de Latinoamérica alcanzaría los US$ 60.000 millones, tres veces el valor registrado en 2000. Uno de sus principales destinos de estos productos es Europa. Precisamente, un reporte del Centro de Promoción de las Importaciones desde Países en Desarrollo (CBI), de Holanda, señala que América Latina es uno de los principales proveedores de frutas y vegetales frescos del Viejo Continente, al representar casi el 20% de todos los alimentos que importó de países en vías de desarrollo en 2014, seguida de países como Sudáfrica (4%), Turquía (1%) y Costa de Marfil (1%). Holanda es un hub clave para las exportaciones de América Latina y de Rusia y el espacio postsoviético, ya que se encuentra en un lugar estratégico –logísticamente hablando– de Alemania, Francia y el Reino Unido, las tres principales economías de la región.
En Holanda existen varias localidades con importantes centros de distribución, siendo Barendrecht –ubicada apenas a 20 kilómetros al sur de Rotterdam– y Venlo, cerca de la frontera con Alemania y a solo 167 kilómetros de Rotterdam, las más relevantes en estos momentos para el comercio de productos perecibles. Esto hace que Alemania sea el principal mercado atendido desde el Puerto de Rotterdam.
El Puerto también se conecta por el Mar del Norte con países como el Reino Unido, Finlandia, Suecia y Noruega mediante barcos que sirven de alimentadores. Por ejemplo, desde el Puerto de Rotterdam hacia el Reino Unido, hay tres servicios diarios.
Esto explica por qué más del 60% de la carga que llega a Holanda tiene como destino final los países de la Unión Europea, pero también justifica la inversión extranjera que hay en el rubro logístico en este país. Dicha inversión procede de diversas compañías del mundo, como las estadounidenses y japonesas, por citar algunas, para manejar su carga de una manera eficiente. Incluso, muchos productores latinoamericanos con sus cámaras respectivas, se han instalado en Rotterdam.
Además, el Puerto de Rotterdam ha firmado un joint venture con la compañía brasileña TPK Logística para desarrollar en el Estado de Espíritu Santo, en el centro de la costa brasileña, un complejo de aguas profundas que pueda captar la carga agrícola, petróleo, gas y minería, y así servir a las rutas comerciales con el mundo. Este tipo de alianzas estratégicas ya han sido establecidas por el Puerto de Rotterdam en otras latitudes del planeta, tal como el puerto de Mundra, en la India; el de Kuala Tanjung, en Indonesia, y el de Chemport, en Turquía.
Enviar un contenedor desde el puerto peruano del Callao hacia Rotterdam puede tomar unos 19 o 20 días. Luego de ello, a la carga le tomará entre uno y dos días adicionales para llegar a su destino final, en caso que éste sea un país distinto a Holanda. En tanto, desde el aeropuerto limeño Jorge Chávez, la aerolínea franco-holandesa KLM Cargo opera un vuelo diario directo hacia Ámsterdam en el que transporta 15 toneladas de vegetales frescos a esta ciudad holandesa, desde donde los consignatarios retiran su embarque y lo llevan a distintos países de Europa.
Aquí, ya estamos volviendo al embarcadero del catamarán.
Continúo con la importancia del Puerto, ahora, para la propia economía holandesa. Un nuevo estudio, realizado por la Universidad Erasmus de Rotterdam (EUR), reveló que el 6.2% del valor agregado de los Países Bajos se debe al Puerto de Rotterdam.
Según el mismo, el Puerto citado, contribuye dos veces más al PBI que el calculado previamente: la importancia económica del Puerto es el doble de lo calculado anteriormente. Tradicionalmente, al determinar la importancia económica del Puerto, solo se medía el empleo directo y el valor agregado, incluidos los llamados efectos indirectos hacia atrás. Estos efectos atrasados son el valor agregado que es una consecuencia de las inversiones que realizan las empresas portuarias al comprar en otros lugares de la economía holandesa.
Además de esto, el estudio EUR también analizó los efectos
indirectos del Puerto de Rotterdam, que son las actividades económicas que se
hacen posibles en los Países Bajos debido a la presencia del Puerto de
Rotterdam, como la reexportación a través de la logística y la distribución.
El informe también encontró que la capacidad de ingresos futuros del Puerto es saludable, con grandes posibilidades de crecimiento para la industria de fabricación marítima y los servicios comerciales marítimos en Rotterdam, considerando el contexto de la digitalización y la transición energética. También se demuestra las sólidas oportunidades de crecimiento de la futura capacidad de ingresos del puerto. Ambos de los principales resultados de la investigación subrayan la relevancia de Mainport Rotterdam.
Un video de despedida del Puerto más grande de Europa.
-Choque de civilizaciones
-Diario de una pasión
-Doctor Zhivago
-El Conde de Montecristo (Alejandro Dumas)
-El Señor de Ballantrae (Robert Louis Stevenson)
-La sociedad abierta y sus enemigos (Karl Popper)
-Motín a bordo
-Reflexiones sobre la Revolución Francesa (Edmund Burke)
-Robinson Crusoe (Daniel Defoe)
-Shakespeare enamorado
-The Last of The Mohicans (Fenimore Cooper)
-The silence of the lambs
-The peacemaker
-Facundo: civilización y barbarie (Domingo Faustino Sarmiento)
FRASES PARA RECORDAR
– “The only thing necessary for the triumph of evil is for good men to do nothing” (EDMUND BURKE)
-“Once we accept our limits, we go beyond them” (ALBERT EINSTEIN)
– “Rien n´est plus puissant qu´une idée dont l`heure est venue” (VICTOR HUGO)
– “No hay edad para vivir un amor intenso, así como creo que el amor es lo único que importa. Todo lo demás son plumas del pavo real, modas para seducir, como cuando un tipo se compra un auto fabuloso. Y el drama es que muchas veces el asiento de al lado va vacío, o con una mujer que no le gusta. No se necesita un Porsche para que una mujer te quiera. Hasta Adam Smith tenía esto claro: la razón por la cual la gente busca la riqueza es para salir del anonimato de la masa y ser querida” (ARTURO FONTAINE TALAVERA)
– “Our patience will achieve more than our force” (EDMUND BURKE)
– “Ahora la vida es mucho más riesgosa e incierta, aunque, al mismo tiempo, mucho más entretenida. No tengo ninguna nostalgia por el mundo de nuestras abuelas, donde las mujeres se casaban y tenían siete u ocho hijos y quedaban bastante encajonadas en una vida donde había muy poca posibilidad de cambiar De vida, porque no trabajaban” (ARTURO FONTAINE TALAVERA)
– “To read without reflecting is like eat without digesting” (EDMUND BURKE)
– “Your time is limited, so don’t waste it living someone else’s life” (STEVE JOBS)
– “Todos los hombres nacen iguales, pero es la última vez que lo son” (ABRAHAM LINCOLN)
– “Have the courage to follow your heart ad intuition” (STEVE JOBS)
– “Al final, lo que cuenta no son los años de tu vida, sino la vida de tus años” (ABRAHAM LINCOLN)
– “Si eres neutral en situaciones de injusticia, es porque estás del lado opresor” (ARZOBISPO DESMOND TUTU)
– “Casi todas las personas son tan felices como preparan sus mentes para serlo” (ABRAHAM LINCOLN)
-“In Italy, for 30 years under the Borgias, they had warfare, terror, murder and bloodshed, but they produced Michelangelo, Leonardo da Vinci and the Renaissance. In Switzerland they had brotherly love, they had 500 years of democracy and peace – and what did that produce? The cuckoo clock” (GRAHAM GREENE)
“Sólo el que ha conocido el extremo del infortunio puede sentir la felicidad suprema. Es necesario haber querido morir, para saber cuan dulce es la vida” (EL CONDE DE MONTECRISTO)