Varios intentos en tal sentido, provocaron marinos de la talla de Willem Barents y Jacob Van Heemskerk, quienes se aventuraron a proyectar más allá de lo conocido, sus ambiciones marítimas. Obraba como un factor estimulante, la prédica de reverendos protestantes como Petrus Plancius, quien además, era cartógrafo y astrónomo. Sobre las postrimerías del siglo XVI, un siglo después que el gran descubrimiento de América por parte del genovés Cristóbal Colón, entre 1596 y 1597, Jan Cornelius Rijp y el citado Van Heemskerk -llevando a Barents- se aventuraron a navegar hacia el norte de Holanda, para descubrir “la ruta del noreste” a las Indias Orientales, acortando la distancia a China.
La expedición de dos barcos fracasó, pues terminó con uno de ellos, el conducido por Van Heemskerk, enterrado en el hielo y por ello, los marinos debieron soportar un muy crudo invierno en Nueva Zembla (en ruso, “Novaya Zemlya“), en una caseta de madera que ellos mismos, con el mismo material del barco, improvisaron y calefaccionaron a su manera, llamándola “El hogar seguro” (en nederlandés, “Het Behouden Huys”).
Pudimos conocer dicha azarosa aventura, gracias a las memorias escritas y publicadas en 1598, por el carpintero de uno de los dos barcos, Gerrit de Veer, quien pudo sobrevivir a tales peripecias. Era uno de los -apenas- doce que pudieron regresar a Amsterdam y el primer testigo reconocido en ver el efecto llamado Nueva Zembla, es decir, una suerte de anomalía de la atmósfera, en forma de espejismo polar, causado por la refracción de la luz solar entre las termoclinas atmosféricas. El libro de De Veer fue el primer best-seller mundial y elevó la autoestima y orgullo de ese pueblo productor de quesos y tulipanes, a niveles insospechados.
El pasado martes cuando estuve varias horas en el majestuoso Aeropuerto Internacional de Schiphol, en Amsterdam, mientras esperaba mi vuelo de KLM de regreso a Buenos Aires, recordé esa experiencia. Como la ley de atracción existe, mientras retornaba por los aires, me puse a ver la película “Nova Zembla”, estrenada en 2011, que narra la historia de esa última expedición de Barents.
Schiphol, Barents, KLM y Nueva Zembla son sinónimos de mirada global, de empuje y tesón, de vocación para traspasar límites. Enhorabuena que este osado pueblo nederlandés todavía se arriesgue a ello, como hace siglos y por eso, es digno de mi gran admiración.
Hay jugadores de fútbol que quedan en la memoria pero mejor, si hacen felices a muchos equipos, sin egoísmos. Mucho mejor aún si hacen feliz a un país. Si tienen una vida ordenada y ejemplar para las jóvenes generaciones, aún con contratiempos como le tocó afrontar en Argentina -donde no pudo concretar su sueño de dirigir- o en Albania -donde dirigió pero perdió todos sus ahorros-, muchísimo más admirable. Se trata de Mario Alberto Kempes.
El gran cordobés, nacido en Bell Ville, que hizo gozar a los de Instituto (78 goles en 81 partidos), Rosario Central (97 goles, máximo goleador de la historia del club, sobre 123 partidos), River Plate (16 goles en 33 partidos) y Valencia de España (189 goles en 311 partidos).
Aún no siendo hincha de Central, tuve la suerte de cenar con él, cuando era muy chico: mi papá, como buen “burrero” era muy amigo de Don Angel Baratucci, el jockey campeón de los setenta y allí fuimos los dos, una noche, para sentarnos a la misma mesa que Kempes y otros jugadores de Rosario Central en 1975. Yo tenía apenas 11 años y él 21. No sabía que unos pocos más tarde, seríamos muy felices con aquel joven, que era pura potencia en el área.
A principios de los años setenta, Kempes había formado parte de una monstruosa delantera en Instituto Atlético Central Córdoba de Córdoba, con Ardiles, Beltrán, Saldaño y Ceballos. Se cansó de hacer goles en la “Gloria” en la Liga Cordobesa y logró clasificarla al Nacional de 1973. Pero fue vendido en cifra multimillonaria al club rosarino, donde encontró su primera cima. Allí estuvo hasta 1976, sin poder salir campeón, aunque fue transferido por un récord de 5 millones de dólares, previa votación afirmativa de los socios, al Valencia de España.
Ya había jugado para la Selección Argentina (20 goles en 43 partidos), donde se cansó de hacer goles y salvar nuestro orgullo nacional en el Mundial de 1974, donde tuvimos una pobre labor pero gracias a él, pudimos clasificarnos a segunda ronda. También en un recordado partido amistoso en Wembley, sus dos tantos nos permitieron empatar sobre la hora con Inglaterra.
En 1981, en una competencia virtual que se vislumbraba con Maradona, que lo sacó campeón a Boca antes, se convirtió en el referente del River Plate campeón del Nacional. Luego, volvió a Valencia y empezó a deambular por Austria, Chile e Indonesia, donde cerró su carrera como futbolista. Como técnico, no tuvo mayor suerte pero desde hace años, se desempeña como un feliz comentarista deportivo en la cadena ESPN.
Espero haber contribuido a difundir su figura, no tan conocida como las de Messi, Maradona y Riquelme, sobre todo entre los “Millennials”.
Hasta hace algún tiempo atrás, el Puerto de Rotterdam en Países Bajos, era el más grande del mundo. Pero los profundos cambios del comercio global, han provocado que haya sido superado por algunos puertos asiáticos y hoy, el que fuera el verdadero “rey de la industria marítima”, ocupe el puesto 10 en importancia portuaria.
Aun así, sus estadísticas son impresionantes. En el año 2017, se movilizaron por él, 467,4 millones de toneladas de carga y 13.734.334 contenedores. Allí trabajan 180.000 personas (entre operarios y administrativos) y su infraestructura ha sido destacada por el Foro Económico Mundial como la mejor del mundo, por sexta vez consecutiva.
Lo pudimos conocer con Ekaterina, gracias a un idea original de ella: realizar el célebre Spido Harbor Tour, en los emblemáticos barcos o catamaranes de la centenaria empresa holandesa Spido.
Rotterdam desde el Río.
Aquí, a partir de esta foto, empieza a visualizarse el Puerto como tal, por la mayor presencia de cargueros.
Ubicado en un punto de confluencia de los ríos Rin y Mosa, el Puerto de Rotterdam, que incluye 80 terminales y un complejo industrial dentro de sus instalaciones, se extiende por una superficie aproximada de 12.426 hectáreas a lo largo de los 57 Kms. del canal de navegación.
Gestionado por la Port of Rotterdam Authority (PoRA), es el único Puerto en el noroeste de Europa que ofrece un acceso sin restricciones a los buques más grandes del mundo conocidos hasta la fecha, con calados de hasta 24 metros, y sin ningún tipo de restricciones en cuanto a eslora o manga, como los petroleros, los mineraleros y buques porta-contenedores.
Como curiosidad, llegan anualmente al Puerto, unos 30.000 buques de ultramar y unas 110.000 barcazas, haciendo uso de sus instalaciones, es decir, una media de 383 barcos por día, unos 80 cargados o descargados de mercadería, cada 24 horas. Aproximadamente, las autoridades del Puerto deben guiar un barco cada 6 minutos por jornada. Hace una década, se calculó que a un ritmo de casi 10 millones de contenedores con un peso aproximado de 387 millones de toneladas que pasaron por el Puerto, si todos ellos se pusieran en linea recta, se podría dar la vuelta al mundo.
En el año 2018, el Puerto de Rotterdam tuvo un tráfico total de 469 millones de toneladas, lo que representa la mejor marca histórica del primer enclave europeo.
El transbordo de contenedores, volvió a ser el motor de tal crecimiento, con un aumento del 4,5% en tonelaje. En números absolutos, el aumento fue del 5,7%, hasta un total de 14,5 millones de unidades, lo que representa también otro récord para el puerto holandés. Esto refuerza la posición del puerto número uno de contenedores de Europa en un segmento de mercado de una importancia estratégica.
Uno de los aspectos más destacados de 2018 fue la evolución del tráfico de GNL, que se dispara un 163,6%, debido principalmente a los transbordos procedentes del yacimiento ruso de Yamal, con destino final principalmente, a Asia.
El balance económico del puerto registró una facturación de 707,2 millones de euros en 2018, casi cinco millones menos que en el año anterior, debido a los descuentos aplicados por la autoridad portuaria. Por su parte, el resultado neto sin impuestos ascendió a 254,1 millones de euros, unos siete más que en 2017, «debido principalmente a la reducción de los intereses». El año 2018 se caracterizó por un alto nivel de inversión, cerrando el curso con un desembolso de 408,1 millones de euros (91% de incremento). La mayor parte de esta inversión se corresponde al proyecto de accesibilidad logística del Puerto de Rotterdam y a la reubicación de líneas ferroviarias.
A nivel comparado, el Puerto de Rotterdam recibe más toneladas de mercancías al año que entre todos los puertos españoles. Es la puerta de entrada al mercado europeo más utilizada y desde donde llegan la mayoría de los productos que utilizan y consumen 350 millones de consumidores.
La región ofrece una gama completa de empresas especializadas
en el almacenamiento y el transbordo, transporte, transformación industrial y
de servicios auxiliares. En Rotterdam también hay muchos proveedores de
servicios de negocios tales como bancos, compañías de seguros y casas comerciales.
La concentración excepcional de las instalaciones, el know-how y experiencia en un único ámbito ofrecen la mejor garantía
posible de los niveles de servicio óptimos y soluciones personalizadas.
En definitiva, el Puerto de Rotterdam constituye un verdadero hub global que obtiene el 60 por ciento de su carga contenerizada gracias a las conexiones terrestres con muchos países del norte de Europa y del Mediterráneo. Su hinterland se ha expandido considerablemente debido a la formación de una sólida red intermodal, donde los operadores de transporte multimodal han integrado de manera eficaz los ferrocarriles y el autotransporte con el Puerto.
Pero esto no es suficiente para el Puerto holandés, que quiere convertirse en el más inteligente y limpio del planeta. Para conseguirlo, requiere de otra gran transformación. Por eso, la terminal adopta la innovación y ha invertido en tecnologías disruptivas.
Por ejemplo: ¿qué pasaría si las piezas de repuesto industriales estuvieran disponibles justo en los lugares y las ciudades donde son requeridas? La fabricación aditiva (impresión 3D) tiene el potencial para permitir esa disponibilidad, a gran escala, de piezas de metal certificadas a pedido. Hace un año, la compañía Ramlab dio a conocer la primera hélice de barco impresa en 3D aprobada en el mundo. Este es el primer paso hacia un nuevo y atractivo futuro para las piezas de repuesto. Pero existe un paso adicional: Blocklab. Hace tan sólo un año, el Puerto de Rotterdam, la Alcaldía de la ciudad e InnovationQuarter lanzaron esta iniciativa de blockchain para energía y logística. Esta tecnología tiene un considerable potencial para cambiar el manejo de las cadenas de abastecimiento.
Al mismo tiempo, la transición de energía es uno de los
grandes desafíos del Puerto de Rotterdam y del mundo. Los especialistas afirman
que en un futuro el mercado de energía sostenible dependerá del intercambio
descentralizado, y esa flexibilidad será un elemento clave para el nuevo
sistema. La tecnología blockchain
puede cumplir un papel fundamental en esta transición. Con alianzas de
ingenieros, desarrolladores, y usuarios finales, BlockLab realiza casos de uso de múltiples partes interesadas en
ambos dominios y ya ha despertado un gran interés internacional.
Es más, en 2015 se fundó PortXL, el primer acelerador portuario y marítimo en el mundo. Más de 1.000 startups a nivel mundial han sido encontradas, 36 ya arrancaron y se han firmado alrededor de 100 contratos para realizar pruebas piloto con socios industriales. El año pasado, PortXL abrió sus filiales en Singapur y Amberes.
Dentro de este esfuerzo por impulsar la innovación y convertirse en el puerto más inteligente del mundo, no hay que dejar de mencionar el papel del Fondo del Puerto de Rotterdam. Es un fondo de capital de riesgo que comenzó esta organización portuaria, el Banco NIBC, InnovationQuarter y algunos emprendedores locales, que se concentran en invertir directamente en promesas innovadoras del sector. El eslogan de la ciudad es “Haz que suceda” o Make it Happen: seguramente, el Puerto de Rotterdam será el más inteligente del mundo.
Qué relevancia tiene Rotterdam para América Latina? Incluso para la Rusia de Ekaterina, dentro de la misma Europa? Muchísima. Por ejemplo, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sostiene que nuestra región se ha convertido en el mayor exportador neto de alimentos del mundo, tanto que para 2024 el comercio neto de productos agrícolas de Latinoamérica alcanzaría los US$ 60.000 millones, tres veces el valor registrado en 2000. Uno de sus principales destinos de estos productos es Europa. Precisamente, un reporte del Centro de Promoción de las Importaciones desde Países en Desarrollo (CBI), de Holanda, señala que América Latina es uno de los principales proveedores de frutas y vegetales frescos del Viejo Continente, al representar casi el 20% de todos los alimentos que importó de países en vías de desarrollo en 2014, seguida de países como Sudáfrica (4%), Turquía (1%) y Costa de Marfil (1%). Holanda es un hub clave para las exportaciones de América Latina y de Rusia y el espacio postsoviético, ya que se encuentra en un lugar estratégico –logísticamente hablando– de Alemania, Francia y el Reino Unido, las tres principales economías de la región.
En Holanda existen varias localidades con importantes centros de distribución, siendo Barendrecht –ubicada apenas a 20 kilómetros al sur de Rotterdam– y Venlo, cerca de la frontera con Alemania y a solo 167 kilómetros de Rotterdam, las más relevantes en estos momentos para el comercio de productos perecibles. Esto hace que Alemania sea el principal mercado atendido desde el Puerto de Rotterdam.
El Puerto también se conecta por el Mar del Norte con países como el Reino Unido, Finlandia, Suecia y Noruega mediante barcos que sirven de alimentadores. Por ejemplo, desde el Puerto de Rotterdam hacia el Reino Unido, hay tres servicios diarios.
Esto explica por qué más del 60% de la carga que llega a Holanda tiene como destino final los países de la Unión Europea, pero también justifica la inversión extranjera que hay en el rubro logístico en este país. Dicha inversión procede de diversas compañías del mundo, como las estadounidenses y japonesas, por citar algunas, para manejar su carga de una manera eficiente. Incluso, muchos productores latinoamericanos con sus cámaras respectivas, se han instalado en Rotterdam.
Además, el Puerto de Rotterdam ha firmado un joint venture con la compañía brasileña TPK Logística para desarrollar en el Estado de Espíritu Santo, en el centro de la costa brasileña, un complejo de aguas profundas que pueda captar la carga agrícola, petróleo, gas y minería, y así servir a las rutas comerciales con el mundo. Este tipo de alianzas estratégicas ya han sido establecidas por el Puerto de Rotterdam en otras latitudes del planeta, tal como el puerto de Mundra, en la India; el de Kuala Tanjung, en Indonesia, y el de Chemport, en Turquía.
Enviar un contenedor desde el puerto peruano del Callao hacia Rotterdam puede tomar unos 19 o 20 días. Luego de ello, a la carga le tomará entre uno y dos días adicionales para llegar a su destino final, en caso que éste sea un país distinto a Holanda. En tanto, desde el aeropuerto limeño Jorge Chávez, la aerolínea franco-holandesa KLM Cargo opera un vuelo diario directo hacia Ámsterdam en el que transporta 15 toneladas de vegetales frescos a esta ciudad holandesa, desde donde los consignatarios retiran su embarque y lo llevan a distintos países de Europa.
Aquí, ya estamos volviendo al embarcadero del catamarán.
Continúo con la importancia del Puerto, ahora, para la propia economía holandesa. Un nuevo estudio, realizado por la Universidad Erasmus de Rotterdam (EUR), reveló que el 6.2% del valor agregado de los Países Bajos se debe al Puerto de Rotterdam.
Según el mismo, el Puerto citado, contribuye dos veces más al PBI que el calculado previamente: la importancia económica del Puerto es el doble de lo calculado anteriormente. Tradicionalmente, al determinar la importancia económica del Puerto, solo se medía el empleo directo y el valor agregado, incluidos los llamados efectos indirectos hacia atrás. Estos efectos atrasados son el valor agregado que es una consecuencia de las inversiones que realizan las empresas portuarias al comprar en otros lugares de la economía holandesa.
Además de esto, el estudio EUR también analizó los efectos
indirectos del Puerto de Rotterdam, que son las actividades económicas que se
hacen posibles en los Países Bajos debido a la presencia del Puerto de
Rotterdam, como la reexportación a través de la logística y la distribución.
El informe también encontró que la capacidad de ingresos futuros del Puerto es saludable, con grandes posibilidades de crecimiento para la industria de fabricación marítima y los servicios comerciales marítimos en Rotterdam, considerando el contexto de la digitalización y la transición energética. También se demuestra las sólidas oportunidades de crecimiento de la futura capacidad de ingresos del puerto. Ambos de los principales resultados de la investigación subrayan la relevancia de Mainport Rotterdam.
Un video de despedida del Puerto más grande de Europa.
A cualquier desprevenido, le costaría reconocer otra fisonomía para Holanda, que no sea la de una nación homogénea, que habla un idioma dialecto del alemán, que es el flamenco, tan inentendible como su lengua materna y una conformación étnica, muy singular: una población blanca, con mayoría de rubios de ojos claros. Podría incluirse una religión protestante (ya sea en su versión calvinista o luterana). Claro, ya tenemos un problema inicial. Holanda no es un país como tal, sino una Provincia más de siete, los mismos que conforman los llamados Países Bajos, el Reino de los Países Bajos, recordando que alguna vez, en su historia, durante una fase muy breve, fue una república.
Provincias que entre otros, fueron dominadas por los Duques de Borgoña, luego sometidas por el Imperio español de los Habsburgo (Carlos I o V y Felipe II), mucho más tarde por Napoleón Bonaparte ya en el siglo XIX y finalmente, sí podrían independizarse hasta volver a ser conquistadas por la Alemania nazi en 1941 hasta 1945.
Esa voracidad de potencias extranjeras vecinas y no tanto, explica que desde sus orígenes vikingos del norte de Europa, este pueblo marcadamente marítimo, se haya mantenido neutral históricamente a fin de evitar invasiones o involucramiento en guerras innecesarias que la hubieran borrado del mapa. El camino que eligieron las Provincias nederlandesas, fue el de salir a los mares diversos para abastecer de comida a su población y de ese modo, intercambiar bienes incluso con tierras recónditas. Los inquietos “mendigos del mar”, ésta sí es su marca identitaria clave y por eso, hoy cuentan con el segundo puerto más importante del mundo y primero de Europa (Rotterdam -700.000 hab.), se animaron a llegar a lugares tan diversos, como Indonesia, en el Lejano Oriente, a Africa meridional, a Ceylán, al Caribe americano y hasta la hoy isla de Manhattan.El Almirante De Ruyter fue un ícono de la Marina nederlandesa y aquí ya le hemos dedicado un espacio especial.
Por empezar, como país desarrollado, siempre se halla en el ranking de los 9 o 10 países del mundo, en términos de calidad de vida, felicidad o reputación, codeándose con los escandinavos y superando largamente a su vecina Bélgica.
La felicidad deriva de que en Países Bajos, por ejemplo, los niños se crían en holgura y con alegría. Están mucho tiempo pasando sus primeros años de vida en familia. No tienen tanta exigencia horaria escolar, excepto desde los 10 años y la vida en familia, favorecida por el Estado, donde el ocio y los paseos o la contención del padre o la madre, son habituales, les permiten criarse en un contexto de cierta relajación. Eso explica la valoración de la mujer argentina del hombre holandés. Los adultos son relajados, muchos practican deportes preferentemente grupales desde pequeños, sin disciplinas rígidas a lo que debemos sumar su vocación mercantil: desde niños, aprenden a vender, ahorrar y ser autosuficientes. El hecho de que la mayoría de la población use la bicicleta como medio de transporte tan generalizadamente, revela cuan vitales y cerca de la naturaleza se sienten los nederlandeses. Ellos no entienden cómo en América Latina, en verano, con tanto sol, nos encerramos con el aire acondicionado en lugar de disfrutarlo a pleno. La influencia judía pero también la calvinista seguramente, juegan aquí positivamente en todas estas actitudes y hábitos.
Hay que recordar que estas Provincias fueron históricamente receptoras y tolerantes a la emigración. Todos los judíos y protestantes expulsados o perseguidos por los países católicos, llegaban a tierra nederlandesa para poder escribir, desarrollar sus artes, predicar, trabajar, invertir. Erasmo de Rotterdam con su filosofía humanista y Baruch Spinoza han sido los grandes ejemplos de esa tolerancia que se practicaba en el siglo XVI pero también en el XVII en este rincón de Europa mientras en el resto se mataban los unos con los otros por su credos religiosos. Producto de esa libertad civil, pronto llegarían a estas tierras, la propiedad privada, antes que en el resto del continente.
La tolerancia se practica de la mano de esa vida relajada. El nederlandés valora la honestidad y la franqueza: decir lo que uno piensa, sin rodeos, puede verificarse en los encuentros de amigos y allegados. Allí se habla de todo menos dinero o bolsillo propio, sí de los temas que les preocupan: familia, sexo, religión. Abiertamente, sin tapujos, se empatiza así. La responsabilidad individual es un atributo que permite socializar a los holandeses por lo que no hay nada que ocultar: nadie los juzgará ni acusará. Jamás hubo Inquisición alguna en esas tierras rodeadas de agua. Luego, en su ámbito privado buscará su salvación, si cree en ello. En realidad, hoy cerca del 48 % de la población se declara atea o agnóstica. Ningún Papa o Dios les dice a ellos cómo o cuándo uno debe morir. La eutanasia está legalizada hace tiempo ya.
Muy tolerantes son pero también muy igualitarios, a pesar de que hay pocas mujeres que trabajen fuera del hogar. El feminismo no equivale automáticamente a mujer laboriosa fuera del hogar. En todo caso, se percibe en términos de equiparación o reducción de la brecha salarial o compartir tareas del hombre con la mujer en el hogar.
El ascetismo intramundano a lo Peter Berger, funciona a la perfección allí en la moral nederlandesa. Hay que ganarse el cielo aquí en la Tierra y punto. Hay que ser laborioso, esforzado, sacrificado pero valorar la vida, el placer, el sol -que sale dos a tres días apenas en la semana, el resto está nublado o llueve-. En tal sentido, hay que ganar tierras al mar. Los holandeses son expertos en hacerlo: pólders. Canalizar ríos, dragarlos para hacerlos operables, navegarlos, no tenerlos de simple adornos estéticos para la vista turística. Me acuerdo de la obsesión permanente de mi viejo Profesor de Geografía Económica Mundial, el desarrollista Juan Carlos Aguilar en la UNR, hace 30 años, porque los argentinos convirtamos en navegables no sólo la Hidrovía Paraná-Uruguay-Paraguay, sino todos los ríos interiores. Hasta el hartazgo, abogaba por imitarlos aquí. En Rótterdam, vi como los ciudadanos, usan taxis o buses fluviales. Cada barcaza además de transportar carga o mercadería, lleva el auto del señor o la señora, desde su barrio alejado separado por agua, hasta el centro de la ciudad donde trabajan.
Es que la gente vive rodeada de agua (canales y ríos). Desde la gran inundación de 1953, la construcción de diques ha evitado males peores pero el riesgo siempre existe y máxime ahora, con el gran cambio climático. Experiencialmente, uno sólo puede disfrutar el viento cuando va dejando el Río Mosa y se empieza a adentrar en barco en el Mar del Norte.
Encendemos la TV y vemos una programación muy especial, revelando el rol de pueblo campesino que también asume Holanda. Desfilan imágenes y reportajes a gente común en sus granjas (con importante tecnología) pero granjas al fin, ordeñando la leche de las vacas, cultivando y exhibiendo orgullosos sus flores. También aparece un entrenamiento de niños vestidos prolijamente con sus casacas coloridas, jugando al rugby. Claro, uno se pregunta desde cuándo a los holandeses les gusta el rugby. Bueno, no son muy profesionales seguramente, pero a sus niños les agrada jugar este deporte colectivo donde más allá de la rivalidad en el campo de juego, luego se fomenta la camaradería, el famoso “tercer tiempo”. La ancianidad también tiene su espacio en los medios. La vida cotidiana, simple, en paz. En los noticieros, primera gran preocupación es el clima, del día y de mañana y toda la semana, dónde lloverá y cuánto. Luego, Europa y el mundo. Quizás la inmigración musulmana (la prohibición o no, de usar el burka) o el tránsito. No hay noticias ni imágenes de delitos o crímenes.
Los programas de debates en paneles nocturnos, tratan sobre Putin y Rusia. Les llama la atención la represión a las protestas, sobre todo de los más jóvenes en Moscú. Periodistas y algún analista que algo conoce del tema ruso, se hallan presentes discutiendo y analizando el tema, al cual le sucede el accidente nuclear en el Artico. Igualmente, Rusia aparece como el “Otro” europeo que no forma parte de la “civilizada” Unión Europea.
Más allá del poderoso capitalismo nederlandés, que excede por lejos tal pequeño país, desde aquella primera gran multinacional que tuvo, como La Compañía Holandesa de las Indias Orientales, pasando por las actuales megaempresas y holdings como Shell (petróleo), ING (finanzas y seguros), ABN Amro (banca), Maersk (servicios portuarios), KLM (aviación), Heineken (cerveza), Erven Lucas Bols (ginebra), Philips (lámparas eléctricas y electrodomésticos), entre otras, hay otras dimensiones morales interesantes que exceden la cuestión macroeconómica.
Hablando de DDHH, Países Bajos tiene una historia particular en la II Guerra Mundial. Cuando creían que no serían atacados por los nazis, en función de su neutralidad, se equivocaron pero su rol en el conflicto, es digno de cuestionamiento. Ana Frank, la chica germano-judía encerrada en un departamento camuflado, dos años y medio, para evitar ser descubierta por la Gestapo, es un buen ejemplo que suele dejar bien parados a los holandeses de bien. Idem la Resistencia, quer recibía apoyo aéreo de la RAF y con ello, mantenía en jaque a los alemanes en su tierra. No obstante ello, también hubo mucho colaboracionismo pronazi, como bien revela el director de cine emblemático de Holanda, Paul Verhoeven, quien cansado de la crítica nacional a sus películas de denuncia social, probó y logró mucha fortuna en Hollywood con películas de la talla de “Robocop” (1987) y “Bajos instintos” (1992). En “El libro negro” (2006), Verhoeven revela cómo la propia Resistencia “jugó su propio pellejo jugando a dos puntas”, con los nazis, a expensas de los judíos. los holandeses entonces, no tienen per se, ninguna moral superior al resto de los humanos.
Que por lo visto, se suman a otros dramas existenciales. Los holandeses ríen a menudo, saben hacerlo pero no por ello, no ocultan traumas o pesares realmente pesados. En la película “Borgman” (2013), se puede observar la frialdad sádica de un verdadero “equipo” de vagabundos que viven en los interminables bosques y que operan, con la complicidad tácita de una niñera danesa, sin gestos ampulosos, hasta destruir literalmente la vida anodina de una familia burguesa de clase alta, donde la pasión sexual era cero.
En “Luz del día” (en flamenco, “Daglicht”), film también estrenado en 2013, una joven abogada, madre soltera con un hijo autista en conflicto escolar y un hermanastro que desconoce, en la cárcel, por un crimen que no cometió, se enfrenta sóla a una familia empresaria, que está ligada a su vida, mucho más de lo que ella misma cree. Una abuela negadora, un holding que incluye una empresa dedicada a la pornografía infantil pero sobre todo, una historia familiar que revela un silencio atroz por décadas. Así, como en las calles, sin bocinas, sin gritos, sin histerias, sin siquiera llantos, sin puestas en escena, pueden guardar reserva durante años enteros, hasta que algún día, la verdad se sabe y se desnuda pero se resuelve, cueste a quien le cueste. Muy diferente de la cultura latina y católica.
Algunas imágenes del viaje (lluvioso, nublado y soleado) a Breda (180.000 hab.) y Eindhoven (223.000 hab.), la cuna de la Philips y el PSV, el famoso club de fútbol, gran campeón holandés y de Europa.
Para despedirnos, pemsaban que Argentina no tiene alguna foto también en Holanda?
A los primeros planos del fútbol europeo. Mis dos Selecciones favoritas, por diferentes historias pero con un denominador común: el buen trato del fútbol.
Holanda o Países Bajos es famosa por el color naranja de la bandera de la familia Orange-Nassau, por la argentina Máxima Zorreguieta que se incorporó a la realeza europea al casarse con el monarca Guillermo Alejandro, su selección nacional tres veces subcampeona del mundo y una vez campeona de Europa, sus grandes equipos de hockey femenino sobre césped, sus bicicletas gratuitas para recorrer sus ciudades con canales, el “Barrio Rojo” de Amsterdam, los tulipanes, los polders,el apoyo de la Iglesia Protestante a las Madres de Plaza de Mayo, etc. Esa misma experiencia para ganarle tierras al mar, les valió una gran sabiduría técnica para replicarlo en otro países y contar con los capitales en dinero necesarios para ayudar a otros países, como el proyecto que desarrollan con la Hidrovía en el nuestro. Pero para llegar a esa realidad actual tan benigna, positiva y admirada en el mundo, hubo que recorrer un largo y arduo camino.
Es cierto que en algún momento de la historia, Holanda fue potencia marítima mundial, mediando entre España que había llegado a América en el siglo XV e Inglaterra que lo sería a partir del siglo XVIII. Holanda tendría su era de gloria, en el siglo XVII. Una flota con una gran cantidad de barcos y geniales marinos, le permitió explorar nuevas tierras y abrir la rutas comerciales para colocar sus productos. Según el historiador económico Douglass North, Holanda descubrió tempranamente los derechos de propiedad privada y ello incentivó a una mayor productividad de la tierra y el trabajo. Sumado a la gran tolerancia religiosa, el país disfrutó de libertades civiles desconocidas para el resto de uan Europa regada en sangre por las guerras entre católicos y protestantes.
Mayo de 1940. El Primer Ministro británico Chamberlain, un pacifista e idealista a ultranza, dimite, aquejado de cáncer pero sobre todo, exhausto al no poder frenar el avance veloz, sorpresivo y devastador de las tropas alemanas de Hitler por el norte y centro de Europa. Habiendo caído Bélgica y Holanda, con una Francia casi al borde de su rendición y, con Berlín preparando un inminente ataque al archipiélago, a los británicos, desde el Rey, pasando por la mitad del Partido Conservador, al que pertenecía Chamberlain, les seducía la idea de una vez más, como buenos isleños, jugar mezquinamente y hacer la paz con Alemania, vía la mediación italiana, salvando su pequeño territorio sin importarle el destino del continente a merced de los nazis. El destino quiso que el hombre destinado a evitarlo fuera un tal Winston Leonard Spencer Churchill. Hijo de un político aristócrata -descendiente de los duques de Marlborough-, Churchill, quien había peleado contra los bóers en Sudáfrica y los alemanes en la I Guerra Mundial y había traicionado a liberales y conservadores por igual, fue ungido a regañadientes por su propio Partido, a partir de las dudas del cuarto hijo del Vizconde de Halifax y del propio Rey Jorge VI, que tampoco le perdonaba haber desaprobado la abdicación de su hermano Eduardo VIII para casarse con la plebeya americana Wallis Simpson en 1936.
Nadie confiaba en Churchill. Era un alcohólico empedernido, desayunaba y se iba a dormir con whisky, almorzaba y cenaba con champagne y fumaba tantos habanos que su fiel y suave esposa apenas soportaba financiar sus cuantiosas deudas causadas por los vicios. Todos dudaban de su sano juicio y temían por las consecuencias funestas de sus actos. Con alguna razonabilidad, porque había tomado decisiones insensatas en más de una ocasión cuando tuvo responsabilidades políticas en el pasado, particularmente, como Primer Lord del Almirantazgo, en el desastre de Gallípoli a manos de las fuerzas turcas en 1915. Indómito, irascible, hasta inicialmente maltratador de sus cercanos, sin el don de la templanza, Churchill reconocía la herencia de un padre abandónico (Lord Randolph Churchill) y una madre glamorosa y “demasiado amada”: había sido un niño criado en internados escolares elitistas donde ya se destacaba por ser díscolo e independiente. Pero claro, en una situación así, como la que vivía Inglaterra ante el acoso de Hitler, sólo alguien con tales rasgos de personalidad, ya sea, un loco, un insensato o un audaz, era capaz de tomar el poder y enfrentar al maniático germánico: Churchill reunía los tres “atributos”. Había cumplido con su sueño de toda la vida: ser Primer Ministro. Tal vez, tarde, a una edad no prevista, en el momento más oscuro de la historia de su nación, al borde de la capitulación, aunque no estaba dispuesto a desaprovechar la ocasión.
Estuvieron presentes en todos los Mundiales, menos en (1930 en Uruguay y 1958 en Suecia). Ahora se sumará en este pequeño trío de fracasos, Rusia 2018. Fueron campeones en cuatro de ellos -antes de la II Guerra, en 1934, como locales; 1938 en Francia y ya, en períodos recientes en España en 1982 y, en Alemania en 2006-.
Sin embargo, a pesar de este importante historial a favor, no recuerdo una sóla vez que haya vivido un sólo equipo italiano jugando más o menos vistosamente al fútbol. Tras el religioso “catenaccio” que impusieron sus seleccionadores en los años sesenta y setenta, incluso los ochenta, aún cuando ganaron el Mundial de España, con una marca férrea, como la de Gentile sobre Maradona y los contraataques de Paolo Rossi, más alguna pincelada de Antognoni, lo de Italia nunca desentonó con semejante forma de entender este deporte.
Siempre pressing, siempre marca asfixiante, siempre pelotazo, siempre especulación, siempre apostar todo a definición a penales, siempre contraataques bien urdidos, ésa fue siempre la manera de jugar de Italia, pudiendo -y ésta es una hipótesis que nunca pude corroborar-, hacerlo de otra manera. Pasaron los Bearzot, los Vicini, los Maldini, los Lippi, los Donadoni, los Prandelli, los Conte y los Ventura, pero la filosofía del antifútbol se impuso en Italia y no pudieron hacer nada los Baggio, los Pirlo, los Totti, los Montella, sus grandes jugadores históricos talentosos para superar esa imagen de una “Nazionale” fuerte en defensa y pobre en ataque, a pesar de tener grandes diez como los nombrados y hasta centrodelanteros goleadores, como Serena, Altobelli, Bettega, Inzaghi, etc.
Por eso, cuando hoy, más allá de lamentar la ausencia de ese gran arquero legendario y veterano de tantas lides, que es Gianluigi Buffon, Suecia eliminó a Italia, en el propio y mítico Estadio de San Siro de Milán, mi sentimiento fue el opuesto al vivido con la eliminación holandesa.Si Holanda representa el fútbol en estado puro, Italia es la antítesis y su ausencia en Rusia 2018, estimo, nadie la echará de menos. Tal vez, este mazazo futbolístico, haga recapacitar a los “azzurri” que al fútbol se juega jugando y no, defenestrándolo o maltratando a la pelota. Ojalá sea el inicio de otro ciclo histórico, muy diferente al anterior.
Esta semana, debía convertir siete goles para aspirar al repechaje (o repesca, como suelen decir los españoles) y clasificar al Mundial 2018 en Rusia, un país con el que ellos tienen una larga amistad a lo largo de siglos desde los viajes del Zar Pedro El Grande a Amsterdam, para copiar, disfrazado como un civil mundano, los barcos de la poderosa flota mercante de la bandera de la familia real Orange. Enfrente estaba Suecia, ya sin los Larsson, los Svensson, los Edstrom, los Limpar, los Ravelli de otras épocas pero tampoco sin Zlatan Ibrahimovic, retirado de las canchas y las redes. Pudo hacer sólo dos y eso marcó el fin de un sueño que en realidad, nunca a lo largo de una floja eliminatoria, había merecido. Pero juro que, de inmediato cuando me enteré del requisito de una goleada así, pensé en aquél equipo de los setenta, que sí era capaz de las tres “g”: gustar, ganar y golear.
Es que aquella Holanda de 1974, la famosa “Naranja Mecánica”, en honor a la película, pero sobre todo, porque era un equipo de toda la cancha, una especie de “caos organizado”, sin posiciones fijas para jugadores relajados pero dinámicos, era imbatible e hipergoleadora.Una orquesta de claridad, potencia, velocidad y manejo técnico: la pura perfección. Cuando hoy uno ve e investiga el fenómeno de Islandia, también podría volver hacia atrás e indagar cómo un país tan pequeño, ex colonia española, pero con idioma flamenco, con tierras ganadas al mar, pudo haber hecho historia con ése y otros equipos posteriores, haber llegado tan lejos en el fútbol y a pesar de ello, no haber ganado nunca un Mundial, máxime cuando fue subcampeón en un par de ocasiones y campeón europeo, en una ocasión. Esa Holanda de 1974, tenía la friolera de 800.000 jugadores federados sobre un total de 13 millones de habitantes, o sea, 22 jugadores por kilómetro cuadrado.
El sexto mes del año tiene un significado particular para los argentinos. no porque sea el de su independencia, que es en cada julio o el de su tan especial “revolución” que no lo fue, en cada mayo. En cambio, junio es el mes de su Bandera celeste y blanca, la misma del color del cielo, aunque no porque haya sido izada en algún junio del siglo XIX, si no, en honor a su creador, Manuel Belgrano. Este fue un versátil político, abogado y militar, quien murió un día 20, de este mes, pero del año 1820, en una jornada muy especial, donde llegaron a coexistir tres gobernadores en la región más importante del país, que se acababa de independizar de España pero que ya empezaba a mostrar un desorden crónico.
No obstante, junio también es un mes de Mundiales de fútbol, cada cuatro años, y desde 1974, ininterrumpidamente, casi como si fuera una liturgia más importante que la católica, los argentinos se ubican en las pantallas de sus televisores y ven los partidos de su Selección clasificada a los 11 que han habido en diferentes países del mundo desde aquél año. También cientos de miles, los que pueden, por sus ingresos económicos, suelen viajar a las diferentes sedes de cada Mundial, en cualquiera de los continentes donde se haya jugado. Es que en 4 (cuatro) de esos 11 (once) torneos ecuménicos, Argentina fue protagonista especial: ganó en 2 (1978 en su casa y 1986 en México) y fue subcampeona en otros 2 (1990 en Italia y 2014 en Brasil).
-Choque de civilizaciones
-Diario de una pasión
-Doctor Zhivago
-El Conde de Montecristo (Alejandro Dumas)
-El Señor de Ballantrae (Robert Louis Stevenson)
-La sociedad abierta y sus enemigos (Karl Popper)
-Motín a bordo
-Reflexiones sobre la Revolución Francesa (Edmund Burke)
-Robinson Crusoe (Daniel Defoe)
-Shakespeare enamorado
-The Last of The Mohicans (Fenimore Cooper)
-The silence of the lambs
-The peacemaker
-Facundo: civilización y barbarie (Domingo Faustino Sarmiento)
FRASES PARA RECORDAR
– “The only thing necessary for the triumph of evil is for good men to do nothing” (EDMUND BURKE)
-“Once we accept our limits, we go beyond them” (ALBERT EINSTEIN)
– “Rien n´est plus puissant qu´une idée dont l`heure est venue” (VICTOR HUGO)
– “No hay edad para vivir un amor intenso, así como creo que el amor es lo único que importa. Todo lo demás son plumas del pavo real, modas para seducir, como cuando un tipo se compra un auto fabuloso. Y el drama es que muchas veces el asiento de al lado va vacío, o con una mujer que no le gusta. No se necesita un Porsche para que una mujer te quiera. Hasta Adam Smith tenía esto claro: la razón por la cual la gente busca la riqueza es para salir del anonimato de la masa y ser querida” (ARTURO FONTAINE TALAVERA)
– “Our patience will achieve more than our force” (EDMUND BURKE)
– “Ahora la vida es mucho más riesgosa e incierta, aunque, al mismo tiempo, mucho más entretenida. No tengo ninguna nostalgia por el mundo de nuestras abuelas, donde las mujeres se casaban y tenían siete u ocho hijos y quedaban bastante encajonadas en una vida donde había muy poca posibilidad de cambiar De vida, porque no trabajaban” (ARTURO FONTAINE TALAVERA)
– “To read without reflecting is like eat without digesting” (EDMUND BURKE)
– “Your time is limited, so don’t waste it living someone else’s life” (STEVE JOBS)
– “Todos los hombres nacen iguales, pero es la última vez que lo son” (ABRAHAM LINCOLN)
– “Have the courage to follow your heart ad intuition” (STEVE JOBS)
– “Al final, lo que cuenta no son los años de tu vida, sino la vida de tus años” (ABRAHAM LINCOLN)
– “Si eres neutral en situaciones de injusticia, es porque estás del lado opresor” (ARZOBISPO DESMOND TUTU)
– “Casi todas las personas son tan felices como preparan sus mentes para serlo” (ABRAHAM LINCOLN)
-“In Italy, for 30 years under the Borgias, they had warfare, terror, murder and bloodshed, but they produced Michelangelo, Leonardo da Vinci and the Renaissance. In Switzerland they had brotherly love, they had 500 years of democracy and peace – and what did that produce? The cuckoo clock” (GRAHAM GREENE)
“Sólo el que ha conocido el extremo del infortunio puede sentir la felicidad suprema. Es necesario haber querido morir, para saber cuan dulce es la vida” (EL CONDE DE MONTECRISTO)