LIMA, LA OTRORA CAPITAL DE UN IMPERIO

Cada vez que viajo a Lima -lo hice 3 veces en los últimos cinco años-, no dejo de recordar que fue la capital del Imperio español en América. Todo ese peso histórico, se palpa en sus calles, parte de sus edificios tradicionales, hasta su planificación urbana. La añoranza por las guerras libertadoras de nuestro San Martín y Bolívar, junto al marino escocés Lord Cochrane, también están siempre presentes en cada ocasión que piso suelo limeño. Imagino la noches sin vela tanto de colonizadores españoles como de liberadores latinoamericanos, para convertir a Lima, en un bastión inexpugnable -los primeros- y en una presa dorada por recuperar -los segundos-. Claro, todo eso le importa poco a los millones de limeños que surcan hoy sus calles.

Hoy, Lima es la modernidad en Perú: donde se ven las grandes superficies comerciales, los malls, las avenidas, el movimiento de las grandes urbes, sus ruidos, incluyendo la manía peruana por esa suerte de ordenador natural del tránsito, el bocinazo -tan castigado en la diferenciada Miraflores-, etc. Como ya se sabe, tanto las mototaxis como la bocina son ordenadores -o desordenadores- del tránsito peruano, constituyéndose en verdaderas novedades que llamarán la atención de los turistas que vayan en auto al Perú.

Los supermercados más importantes y los shoppings más reconocidos, están en Lima. Las marcas más famosas, se hallan ubicadas en la capital. El mayor número de establecimientos educativos, incluyendo las Universidades, muchas de carácter privado, se han instalado allí.

Las vistas más interesantes, con una amplia y larga avenida costanera, llamada el “Malecón” de Lima, donde ahora empieza a notarse cierta mejora edilicia, con venta de lotes para construcción de edificios, también están presentes en Lima. Por supuesto, el riesgo de tsunami y las advertencias contra ese fenómeno catastrófico, son notorias.

Finalmente, la zona histórica tradicional, que compite con el centro, el puerto de El Callao, construido sobre la base de la mítica fortaleza, desde donde los españoles dominaban la costa estratégica sobre el Pacífico. Hoy, es la cabecera de la Marina peruana. Pero, como suele suceder con los puertos latinoamericanos, lo más pintoresco se mezcla con lo más feo estéticamente, en términos de comercio ambulante, redes de prostitución, abandono edilicio, inseguridad callejera.

Acerca de Marcelo Montes

Doctor y Magister en Relaciones Internacionales. Politólogo. Profesor universitario, área Política Internacional. Analista de la política exterior de la Federación Rusa. Investigador. Columnista de medios de comunicación escrita, radial y televisiva. http://consultoriayanalisisrrii.blogspot.com.ar/ https://twitter.com/marceloomontes
Marcar como favorito enlace permanente.

Un comentario

Deja una respuesta