JAMES BOND: YES, TIME TO DIE

James Bond ha sido y todavía es para muchos, el prototipo de espía con licencia para matar, implacable, frío, seductor -cada vez que lo requiriese su tarea encomendada-, leal a la Corona británica, aún cuando ésta a veces, lo abandonase. A lo largo de décadas, el cine se ha encargado de difundir y exaltar a este personaje de la novela escrita por Ian Fleming en Jamaica, creando una suerte de realidad paralela, en la que los actores que encarnarían a aquél, serían casi tanto o más relevantes que el mito. Tanto el escocés Sean Connery -que nos dejara este año-, como Roger Moore, el galés Timothy Dalton, el irlandés Pierce Brosnan y desde 2005, el también escocés Daniel Craig, fueron rodeados y rodeando de un aura especial al caballero que debía enfrentarse y vencer a villanos de diferente brutalidad.

Así, fuimos pasando de un James Bond, atlético, fino, hasta glamoroso, con poca humanidad salvo su carácter mujeriego y cierto sentido del humor, contextualizado en la Guerra Fría, luchando contra enemigos al servicio de los soviéticos aquí y allá, a un James Bond, sobre todo, el personificado por Craig, sinceramente enamoradizo -dos veces-, leal pero a su jefa “M” -con quien mostraba cierto complejo de Edipo-, amigo de colegas como el agente americano de la CIA, Félix Leiter, manipulable por villanos como Blofeld y hasta débil con los niños. Como si todo ello fuera poco, referido a este último capítulo, padre de una nena y dispuesto a morir por esa familia en ciernes, cuando una y otra vez, había desafiado el más allá, haciendo de ello, su profesión.

No era novedad que hacía rato a Bond lo estaban raleando y hasta jubilando. En Spectre (2015), MI6 estaba en plena reconversión, no sólo arquitectónica, tras la destrucción de su edificio central en Skyfall (2012), sino sobre todo organizacional (eliminación de todos los programas “00”) y humana (reemplazo de la red de espías por drones, haciendo el “trabajo sucio”). Todo ello, con la excusa de una mayor “transparencia”, eliminado todo vestigio del “oscurantismo” de la era anterior -a la que pertenecía Bond-. Este empezaba a quedarse sólo en el mundo, con apenas la complicidad de su fiel secretaria (negra) Moneypenny y el joven talentoso “Q”, convirtiéndose en uan reliquia del pasado olvidable, para el nuevo jefe de la inteligencia británica, el burócrata de Whitehall, “C”. Para tipos como Bond -y quien suscribe-, de la jubilación a la muerte, hay un paso demasiado breve.

Tras la estrenada esta semana, “No Time to Die“, no hay certeza acerca de quién protagonizará el próximo James Bond, ante el retiro de Craig, pero lo peor, es que no se sabe, cómo seguirá el hilo guionístico de la saga. Habrá que esperar si la tendencia reciente, incluyendo la posibilidad de que 007 -como se acaba de ver-, sea encarnado por una mujer negra, se mantiene y consolida o, si se vuelve al formato original con otro actor -o actriz- que de alguna forma, intente representarlo.

Tengo mis serias dudas de que esta segunda opción se concrete porque “tout change, tout se transforme”. El contexto en que vivimos , el cambio de época que atravesamos a nivel global, incluso la Gran Bretaña del Brexit que hoy nos acompaña, marcan multiculturalidad, feminismo, sentimentalismo superficial y por lo tanto, un guión con los rasgos históricos señalados precedentemente, difícilmente encuentre siquiera guionistas que se sientan interpretados, halagados y sobre todo, difundidos.

Tal vez, éste sea el tiempo apropiado para que aquél James Bond nos deje definitivamente, aunque quedaremos a la expectativa para ver quién, de nacionalidad británica, sea hombre o mujer, el o la elegida respectivamente, por la productora Bárbara Brócoli, nos alegrará -o no- la vida, viajando en el Aston Martin DB5 o frases como “vodka Martini, agitado no revuelto”.

Mientras tanto, la espera se hace menos incómoda, al escuchar la voz (especial) de la adolescente Billie Eillish, a quien, sin embargo, el propio Craig resistió para darle su aprobación para la banda sonora del último film.

REVOLUTION IN THE MUSIC: ABBA’S COMEBACK

Later than expected, from the lands near my loved Baltic Sea, the pop music Swedish group ABBA has come back. During an special show with digital avatars (holograms), broadcasted in London last Thursday, the two men of the band (Benny Andersson and Björn Ulvaeus) announced a new concert named “Voyage” in May 2022 in London. Tickets for the concert go on general sale tomorrow.

Why I said “later than expected”? Basically, because of the pandemics, but the planification of the new album had been mtud for some time. In effect, the avatar concept was announced in 2016 by music manager Simon Fuller. Two years more passed and a TV show coproduced by NBC and BBC, has not yet been aired.

So, 39 years had passed since ABBA 1981’s last album “The Visitors”. In the world, a lot of events and situations occured: third global wave of democracy, Gorbachov and his Perestroika, the end of Berlin Wall and Soviet Union, the war against terrorism, several financial crisis, the Arab Spring, the Brexit, Trump, the delusion with peace and liberalism and, on the contrary, this particular moment of expectations with populism and conservatism around the planet.

But ABBA still have a loyal fans base and countless tribute acts. Because, despite itw own unpopular language, the four Swedish built a so strong cultural phenomenon through the time. New generations know them through other groups and then they rediscovered its music. Lyrics are emotional and influential, no matter if you are feeling happy or sad. We know that music lived, lives and will live beyond the times.

So, welcome ABBA in this new technological (and revolutionary) format and let us dance all of our negative energy out: enjoy them.

LA DEMOCRACIA ALEMANA DESDE LA SOCIOLOGIA: WEBER Y DAHRENDORF

BREXIT SIN ACUERDO: EL FIN DE LA GRAN BRETAÑA CONOCIDA?

Todavía queda margen para evitar el infierno. Ayer, lunes 21, la Premier Theresa May -cuyo contraste con Margaret Thatcher es elocuente-, presentó apenas un esbozo de nueva propuesta de acuerdo de Brexit o salida ordenada de Reino Unido de la Unión Europea (UE). Lo hizo demostrando escaso liderazgo -ya es superada en popularidad por el Speaker de los Comunes, John Bercow-, pero también una enorme capacidad de resiliencia.

Fue derrotada estruendosamente en el Parlamento el martes pasado, algo histórico que no ocurría desde 1924 para un Primer Ministro en ejercicio y ayer apenas superó una moción de censura del laborista Jeremy Corbyn. Acorralada por sus propias incoherencias -la más importante: ser euroescéptica, pero no apoyar el Brexit en 2016 y luego conducir su Partido Conservador y su gobierno hacia tal desenlace-, May se halla en una situación parecida a la de Gorbachov en los meses finales de la ex URSS: salvar el barco, intentar enderezarlo o hundirlo definitivamente.

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PAISITOS: HAY UNO EN EUROPA Y SE LLAMA SUIZA

Cuando llegamos a la Car Terminal de Berna, luego de un ameno viaje nocturno desde Milano, en un Flixbus conducido por un divertido chofer llamado Martin, junto a mi novia Ekaterina, no podíamos creer el espectáculo de una parada de buses -llamarle estación o terminal es un despropósito y una vergüenza para aquéllas en el mundo que sí lo son-.

Cuando luego en el transcurso del día, me trasladé al centro de Berna, para efectuar el cambio de euros por francos suizos, tampoco podía caer de mi asombro. Esa pequeña ciudad era la capital de un país tan famoso y rico, que acaba de levantar el secreto bancario, la piedra angular de su idiosincracia, además de la relojería fina, Guillermo Tell y ahora Yan Sommer, el gran modelo (perdón, arquero) de la Selección Suiza?

Más nos gustó Zúrich, con su fisonomía típicamente europea central -allí residieron entre otros, Albert Einstein, Carl Jung, Richard Wagner, Thomas Mann, James Joyce, Vladimir Lenin, Tina Turner y Kimi Raikkonen- y mucho más aún, Ginebra, “la capital de la paz”, con su lago famoso, su Avenida Presidente Wilson (en honor al fundador de la Liga de las Naciones, que funcionara allí, además de los numerosos organismos de la ONU que aún alberga y la Cruz Roja Internacional) y habiendo sido el lugar de natalicio del gran filósofo iluminista Jean Jacques Rousseau -cuyo padre también era relojero-. Gran centro financiero europeo y cuna del calvinismo, Ginebra es la tercera ciudad en calidad de vida y la cuarta más cara del mundo.

En la Estación de Trenes en Zúrich

Ginebra (1)

Ginebra (2)

Ginebra (3)

Ginebra (4)

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INGLATERRA HACE HISTORIA EN RUSIA 2018

Cuatro de los catorce jugadores de la Selección de Inglaterra que le acaba de ganar a Suecia en Samara, la lejana Rusia, apenas habían nacido cuando en el Mundial de Italia en 1990, los “Three Lions” lograron su último pase a semifinales de una Copa ecuménica. Como condenada por el destino, desde el único y último campeonato jugado en su casa en 1966, la trayectoria inglesa en Eurocopas y Mundiales, no conocía otro destino que penurias. Incluso aquel logro de hace 28 años, fue menospreciado por una triste eliminación por penales, a manos del luego campeón, la Alemania de Beckenbauer.

Getty Images, UK.

Hoy, estos jóvenes jugadores emularon a los Peter Shilton, Stuart Pearce, Mark Wright, Chris Waddle, Paul Gascoigne, Trevor Steven, David Platt, Peter Beardsley y Gary Lineker de aquel lejano 1990 y volvieron a obtener el segundo pase de semifinales en un Mundial en 28 años. Hay que recordar que esta generación de los Jordan Pickford, Jordan Henderson, John Stones, Kieran Trippier, Dele Alli, Raheem Sterling, el gran goleador Harry Kane y el veterano Ashley Young, conducidos por el elegante Gareth Southgate como técnico, se forjó en seleccionados juveniles con copas mundiales Sub 17 y Sub 20 más buenas actuaciones en torneos europeos Sub 21 pero que en mayores, tuvo que hacerse cargo de una pesada herencia, reemplazando a dos generaciones sucesivas de la “vieja guardia” como David Seaman, John Terry, Tony Adams, Rio Ferdinand, Steven Gerrard, Frank Lampard, Paul Ince, David Beckham, Alan Shearer, Michael Owen, Wayne Rooney y tantos otros brillantes que no lo obtuvieron ningún triunfo significativo, soliendo quedar eliminados en instancias definitorias, casi siempre por penales. Como si “la nueva generación”, aún practicando un fútbol más ordenado y apegado a jugar el balón contra el piso pero convirtiendo sus goles a la vieja usanza -pelota parada y cabezazos-, continuara signada por el infortunio, Inglaterra ganó su grupo en la eliminatoria sobre Eslovaquia y el archirrival Escocia aunque penó empatando con ésta en el último minuto en  el Hampden Park de Glasgow, el mismo donde Maradona hiciera su primer gol para la Selección Argentina hace 39 años atrás.

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MACRI ET MACRON OU “ICI IL N’Y A PAS DE PLACE POUR LES FAIBLES”

Ils ont non seulement des noms similaires. Ils sont les leaders les plus proches des idées libérales qui existent encore dans le monde hégémonisé par Trump, Poutine et le Brexit. Ils montrent leaderships différentes et opposés au courant patron premoderne: charismatique, nationaliste et populiste. Maurice Macri et Emmanuel Macron sont tout le contraire: ouvertés a le monde, pluralistes, modernes et postmodernes, parce que par example, ils voient qu’il est possible de discuter ou d’être d’accord avec l’avortement, les unions gays, etc. Ils aussi sont pacifistes comme le dernier President americain Barack Obama et comme vous pouvez voir ici en ces videos.

Mais ils vivent aussi dans des societés très conservateurs, avec trop d’emplois publics et de nombreuses subventions dans toute la société: industriels, paysans, pauvres, migrants, etc. La France est le pays d’Europe qui compte le plus grand nombre de fonctionnaires: 5,64 millions d’agents de la fonction publique, fin 2014. Selon les dernières données comparatives disponibles sur le site du Ministère de la Fonction Publique, ils étaient 5,2 millions en 2011. Juste derrière vient l’Allemagne et ses 4,9 millions d’agents publics. Mais l’ Argentine, est aussi le champion de l’ emploi public dans Latin Amerique: 3,9 millions d’ agents dans l’ Etat (Nation, Provinces et les administrations municipales). Et tous les gouvernements de France et l’ Argentine ont échoué à changer cela dans le passé.

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TWO MIRRORS WHERE ARGENTINA DOES NOT WANT TO LOOK ITSELF

In few days, “Cambiemos” Front´s government wasted much of the whole political capital accumulated since December 2015 when Mauricio Macri won the presidential election in second round and especially October 2017, in occasion of his victory in parliamentary ballots. Last weeks, from the end of April and during the beginning of this current May, lots of capitals escaped from our country, provoking an abrupt devaluation of peso,  from 20 pesos = 1 dollar to more than 25 pesos = 1 dollar. Inflation, the second in the world, behind Venezuela, has hit 25 per cent, when the initial targeting rates were 15 per cent for this year. This financial situation, in a country with chronic inflation of two digits and three hyperinflations during more than seven decades, complicates once again the macroeconomic context and surely, the political arena. If last November Macri appeared with great possibilities to be re-elected in October  2019, these chances now, seem distant due to the growing generalized criticism and deception, because of expectations of higher inflation and recession. In Argentina, every government, peronist or non peronist, which does not control inflation, is condenmed to lost the next election.

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CHURCHILL: EL LIDER HACE LA DIFERENCIA

Mayo de 1940. El Primer Ministro británico Chamberlain, un pacifista e idealista a ultranza, dimite, aquejado de cáncer pero sobre todo, exhausto al no poder frenar el avance veloz, sorpresivo y devastador de las tropas alemanas de Hitler por el norte y centro de Europa. Habiendo caído Bélgica y Holanda, con una Francia casi al borde de su rendición y, con Berlín preparando un inminente ataque al archipiélago, a los británicos, desde el Rey, pasando por la mitad del Partido Conservador, al que pertenecía Chamberlain, les seducía la idea de una vez más, como buenos isleños, jugar mezquinamente y hacer la paz con Alemania, vía la mediación italiana, salvando su pequeño territorio sin importarle el destino del continente a merced de los nazis. El destino quiso que el hombre destinado a evitarlo fuera un tal Winston Leonard Spencer Churchill. Hijo de un político aristócrata -descendiente de los duques de Marlborough-, Churchill, quien había peleado contra los bóers en Sudáfrica y los alemanes en la I Guerra Mundial y había traicionado a liberales y conservadores por igual, fue ungido a regañadientes por su propio Partido, a partir de las dudas del cuarto hijo del Vizconde de Halifax y del propio Rey Jorge VI, que tampoco le perdonaba haber desaprobado la abdicación de su hermano Eduardo VIII para casarse con la plebeya americana Wallis Simpson en 1936.

Nadie confiaba en Churchill. Era un alcohólico empedernido, desayunaba y se iba a dormir con whisky, almorzaba y cenaba con champagne y fumaba tantos habanos que su fiel y suave esposa apenas soportaba financiar sus cuantiosas deudas causadas por los vicios. Todos dudaban de su sano juicio y temían por las consecuencias funestas de sus actos. Con alguna razonabilidad, porque había tomado decisiones insensatas en más de una ocasión cuando tuvo responsabilidades políticas en el pasado, particularmente, como Primer Lord del Almirantazgo, en el desastre de Gallípoli a manos de las fuerzas turcas en 1915. Indómito, irascible, hasta inicialmente maltratador de sus cercanos, sin el don de la templanza, Churchill reconocía la herencia de un padre abandónico (Lord Randolph Churchill) y una madre glamorosa y “demasiado amada”: había sido un niño criado en internados escolares elitistas donde ya se destacaba por ser díscolo e independiente. Pero claro, en una situación así, como la que vivía Inglaterra ante el acoso de Hitler, sólo alguien con tales rasgos de personalidad, ya sea, un loco, un insensato o un audaz, era capaz de tomar el poder y enfrentar al maniático germánico: Churchill reunía los tres “atributos”. Había cumplido con su sueño de toda la vida: ser Primer Ministro. Tal vez, tarde, a una edad no prevista, en el momento más oscuro de la historia de su nación, al borde de la capitulación, aunque no estaba dispuesto a desaprovechar la ocasión.

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