TREINTA AÑOS DESPUES

Se acaban de cumplir 30 años de la caída del Imperio Soviético aunque también ayer, por ejemplo, se cumplió un nuevo aniversario de su nacimiento: el 30 de diciembre del año 1922, se creó la URSS.

Cabe recordar que, al nacer, la URSS sóla, poseía cuatro repúblicas socialistas soviéticas, formadas directamente tras la Revolución de Octubre. Siguió expandiéndose hasta tener 15 repúblicas en 1940, ocupando una superficie de 22.402.200 kilómetros cuadrados. Contaría con más de 150 etnias y una población total de 293 millones de habitantes hasta 1991, siendo superada únicamente por China e India.

La URSS dejó de existir en 1991, cuando Rusia, Bielorrusia y Ucrania declararon su disolución y fue reemplazada por la Coalición de Estados Independientes (CEI), de efímero protagonismo.

Esa caida merece una serie de reflexiones, que podemos clasificar en términos psicosociales de “tragedia”, filosóficos de “reflexión identitaria” y finalmente proyectivos, de “balance y perspectivas”.

La caída como tragedia

En efecto, para la población rusa, la caída de la URSS primeramente, fue un “shock”, dado su carácter imprevisto y tumultuoso, rompiendo abruptamente con una socialización que permeó a generaciones enteras. Quien haya visto la película alemana “Goodbye Lenin” podrá imaginar la magnitud de ese golpe letal en la cabeza de millones de rusos.

Segundo, transmitió una evidente sensación de “fracaso”, dado que se percibió como nunca antes, la colosal magnitud de un esfuerzo colectivo, ya sin destino alguno. El regreso masivo de un humillado Ejército Rojo, aunque sin perder batalla alguna y la orfandad rusa entre las ex repúblicas que una tras otra se irían desbandando de la vieja unión, fueron los indicadores más evidentes de tal frustración.

En tercer lugar, un sentimiento de “traición”. Precisamente, el colapso soviético fue visto en diferentes planos, por ejemplo, “hacia afuera”, como el corolario de promesas incumplidas por parte de “Occidente” a Gorbachov (por la expansión de la OTAN hacia el este europeo); “hacia adentro”, por el oportunismo de Yeltsin a expensas de “Gorby”. El fin detonó todo tipo de deslealtades aunque hoy, a nivel de la opinión pública rusa, se crea que el héroe occidental de la culminación de la Guerra Fría, es el máximo traidor: el propio ex Secretario General del PCUS, el reformista Mikhail Gorbachov.

En cuarto término, más bien performativo, la caída fue una transición costosa y sin perspectiva alguna de éxito. Sólo los rusos saben la cantidad de capital humano que perdieron luego de 1991, es decir, una enorme migración masiva de gente, que se suma a las otras existentes durante el “socialismo real”, cuando no, las matanzas y la II Guerra. Agreguemos a ello, la enorme brecha de desigualdad social que se heredó de la era soviética y ahora agudizó.

El debate inconcluso

Pero claro, mientras predominaban la anarquía, el saqueo y la amenaza de separatismo de la era Yeltsin -“amigo” de EEUU-, con la expansión de la UE y OTAN hacia el este, los rusos quisieron recuperar el tiempo perdido, al menos desde el plano existencial. Hubo una enorme discusión identitaria acerca de “qué es Rusia”, algo que había sido interrumpido tras la Revolución Bolchevique. En un vasto país, donde la trayectoria histórica y la especificidad signada por la naturaleza y la tierra -la más extensa del mundo- marcan a fuego lo que es el carácter (o alma) de tal pueblo, el antagonismo entre eslavófilos versus occidentalistas volvía a emerger con fuerza inusitada. Se trataba de analizar y descifrar cómo encarar la globalización y por lo tanto, aparecían tres formas de mirar esa inserción: a) occidentalista (atlanticista-liberal); b) civilizacionista (eurasianista) y 3) nacionalista moderada (luego, putinista). Tras un breve “romance” con la primera (1992-1996), la elite rusa viraría, decepcionada con “Occidente”, hacia las opciones b) y sobre todo, c).

Plena expansión occidental (1992-2000)

Los noventa no podían ser peores para Rusia. Casi todos los Estados de Europa Oriental usaron como “chivo expiatorio” a la URSS para superar sus crisis identitarias, convirtiendo a Rusia, en una suerte de “paria” culposa por aquella herencia. Todos urgieron la necesidad de ingresar a la UE y a la OTAN, como si fueran la solución mágica a todos sus problemas históricos. En la propia Ucrania, en el referéndum crimeano, se votó mayoritariamente por mantenerse bajo jurisdicción de Kiev. En la larga crisis (europea) de los Balcanes, EEUU y la OTAN decidieron unilateralmente el destino de la región, a expensas de una Rusia destratada y hasta humillada. Como si todo ello fuera poco, la crisis financiera de 1998, les sirvió a los rusos para comprender que “Occidente nos presta para someternos pero no invierte lo prometido”. Mientras tanto, Rusia vivió cerca del infierno separatista (por Chechenia), una democracia presidida por un Presidente alcohólico y mafias que dirimían sus pleitos, en plena “democracia liberal” a plena luz del día, regando de sangre, las calles de Moscú y San Petersburgo.

La recuperación (2000 en adelante)

Al inicio del nuevo milenio, nadie podía imaginar que Rusia viviría otra etapa diametralmente diferente, tras la sensación de caos del período Yeltsin. Un cúmulo de factores contingenciales ayudó a que esto ocurriera. Los hubo institucionales como el mérito de la supervivencia de la ex KGB (FSB) -al menos, un poder organizado emergió para reencarrilar al país, sin entrar en valoraciones morales- y el peso de la Iglesia Cristiano-Ortodoxa, que pudo compensar o reequilibrar la forma y estilo de capitalismo que imperó en la Rusia postsoviética.

Lo hubo también político-personales. Nada de lo que pasó post 2000, puede explicarse sin la afortunada elección del “delfín” de Yeltsin:  Vladimir Putin. Su concepción de orden, luego legitimada a nivel externo, a partir del 11S de 2001, con “la guerra contra el terrorismo”, le daría un plus agregado a su popularidad doméstica. Pero económicamente, el “boom” de las “commodities” explicaría en gran medida, la reconstrucción rusa postsoviética.

Balance y perspectivas

Observándolo desde la culminación de 2021 e inicios de 2022, el fin de la URSS fue pacífico. Hubo improvisación pero el destino ruso quedó a salvo. No siguió la trayectoria de disgregación yugoslava.

Tampoco hubo réplicas ni mayor agresividad. Los episodios de Georgia (2008) y Ucrania (2014 en adelante), fueron la excepción, no la regla. La política exterior rusa fue casi siempre reactiva, a la defensiva,  no imperialista ni agresiva. Rusia toleró la expansión de la OTAN sin disparar un sólo tiro.

La convivencia con Europa está garantizada. Se trata de un mix especial de tensiones, negocios y turismo, pero esa misma interdependencia es el mayor reaseguro para que no vuelvan las guerras, a menos que haya un error de Kiev o Tbilisi.

Rusia no se permitió recorrer el camino de Alemania (desarrollo), pero tampoco el de China. La paz social fue privilegiada a rajatabla. Su propio camino apenas la puede depositar en el destino portugués. Pero Rusia es inmensa y no puede tampoco llegar allí. Buscará el desarrollo aplicando la Doctrina Sinatra: “a su manera” y, a pesar de Greenpeace, explotando el Artico, sobre todo, si continúa la tendencia al cambio climático.

Hay un mix social y moral que conforma a los rusos: no se trata de invocar ni exaltar la decadencia europea ni el carácter retrógrado de cierto Islam. La prioridad es la sacrosanta especificidad rusa.

En el horizonte social ruso, hay tres claros peligros: el anquilosamiento o la esclerosis bajo el putinismo al estilo de lo que fuera el estalinismo, sobre todo, si es que Putin se erige en el “Zar electo” hasta 2036; hay una gran incertidumbre respecto al futuro y el rol de la juventud rusa, que por un lado, estalla por libertades en las calles pero también admira los valores de la milicia y el machismo patriarcal y, finalmente, existe el gran desafío de grandes reformas estructurales postergadas por impotencia.

SOBRE LA CUMBRE VIRTUAL BIDEN-PUTIN

Esta es la entrevista que me hiciera la periodista Ana María Serrano, para la TV colombiana (Cablenoticias), en la noche del miércoles 8 de diciembre. Tema central: el encuentro virtual entre los Presidentes de Estados Unidos y Rusia, Joe Biden y Vladimir Putin, respectivamente, por las tensiones entre la OTAN y rusos a propósito de Ucrania.

DEL LADO NORRIS DE LA VIDA

Una vez más, una carrera de F1 -como la disputada hoy en el autódromo ruso de Sochi-, ofreció de todo. Amenaza de lluvia durante casi toda la programación, aunque sólo lloviera sobre el final, cambiando casi todo, remontadas espectaculares como las del holandés Verstappen (de último a 2do.) y de los finlandeses Bottas (de 17mo. a 5to.) y Raikkonen (de 13ro a 8vo.), el triunfo 100 de Hamilton -superando tras 14 años a Michael Schumacher- y sobre todo -aquí me detengo-, la debacle del joven Lando Norris. En efecto, el inglés, dirigiéndose con su Mc Laren a su primera  victoria, mandó a callar a su dirección técnica de boxes, prefirió seguir con gomas slicks mientras se largaba a llover y a dos vueltas, del final, terminó despistándose para caer finalmente al séptimo lugar.

Más allá de que el equipo fue en parte corresponsable del ahora consumado error, porque antes decidió continuar en pista tras cambiar apenas una vez, por neumáticos duros en el giro 29, a diferencia de Mercedes Benz y el resto de los teams, lo interesante del caso es la actitud de Norris, inédita en deportes de alta competición, pero que ofrece, creo yo, un costado más que humano y honorable de esa vocación tan superprofesional del automovilismo de máximo nivel. Haber desafiado a su box y arriesgado por llegar a la bandera final a cuadros, al no parar para reemplazar sus slicks por gomas de piso mojado, como se le indicaba, nos revela una personalidad de 21 años, capaz de enfrentar la adversidad e intentar superarla. Norris hoy debe atravesar la peor noche de su corta vida, no pudiendo dormir, arrepentido de haber hecho lo que hizo, quedándose prácticamente con las manos vacías, pero debe saber que sobrevendrán otras batallas y con la actitud de hoy, las vencerá.

Gloria y honor al joven Lando Norris, habrás aprendido la lección del Mar Negro y te lloverán los triunfos.

DE CLANES Y “SASSENACHS”

Puede que la causa que admire y me permita indagar acerca de la vida de esos pueblos (escoceses y rusos) tenga alguna relación con esa resiliencia respecto a la vida medieval. En efecto, a diferencia de buena parte del resto de Europa, salvo italianos y alemanes, Escocia y Rusia descubrieron y vivieron tardíamente la Edad Moderna, a la que arribaron, cruentamente, una a través de una batalla perdida (Culloden Moor) y la otra, a través de la Revolución Bolchevique, aunque tal vez, el antecedente de la liberación de la servidumbre decretada por el Zar Alejandro II en 1861, podría también ser considerada esa bisagra entre una era y la otra.

Outlander” (2014-2020) la serie de la norteamericana de origen latino, Diana Gabaldón, es muy interesante porque refleja el amor eterno a través del tiempo (siglos XVIII y XX) entre una dama inglesa (o “sassenach“, el calificativo despectivo en idioma gaélico con que se referían los escoceses a los forasteros ingleses) y un joven montañés guerrero y romántico de las Tierras Altas (Highlands), pero sobre todo, porque describe mejor que ninguna película hasta el momento, aquella transformación social en la que fenecía un mundo y advenía otro.

Por ejemplo, el capítulo V llamado “Rent refleja tales vicisitudes. En algún momento, parte del clan MacKenzie, liderado por Dougal, warchief y hermano de Colum el terrateniente  y tío de James (Jamie) Fraser, el protagonista de la serie, cuya cabeza tiene precio impuesto por los británicos, por agredir a un “Red Coat” (soldado “casaca roja”) se desplaza hacia las tierras bajo dominio de Colun, para cobrar la renta en dinero y especie (por ejemplo, animales) que los habitantes de ellas, les cedían cada temporada, a cambio de se seguridad. Esa era la forma de vida habitual por aquél tiempo (1743) en aquellas regiones de Europa, mientras los escoceses dependían de los ingleses, bajo el Acta de Unión de 1707, no obstante, habiéndose rebelado ya dos veces desde 1715.

La serie en ese capítulo V, mostraría cómo esa recaudación a cargo de Dougal, tenía un doble perfil: por un lado, implicaba, con la asistencia de un veterano abogado (Ned Gowan) formado en la Universidad de Edimburgo, pero ansioso por nuevas aventuras, engrosar las alforjas de su hermano, a cambio de su protección y vigilancia de esas aldeas y villorrios pastoriles, pero por el otro, era para su propio pecunio individual -y la de su banda-. En efecto, Dougal usaba a su propio sobrino con su espalda llena de cicatrices profundas debido a los latigazos de los “Red Coats” enfrente de su propia hermana, quien fuera violada por un oficial a posteriori, para sensibilizar a los campesinos que así, aportarían a aquel tesoro común. Sin embargo, luego, se descubriría que los escoceses no eran vulgares ladrones, sino que ese fondo encubierto, tenía intenciones políticas ocultas: financiar la causa jacobita, es decir, el regreso de un Rey Estuardo a la Corona británica -después de 1688-.

En aquel contexto, como queda dicho, los líderes de los clanes como los MacKenzie y los Fraser, mantenían sus dominios conduciendo a miles de siervos y sus familias, como verdaderos señores feudales, aún con demasiados recelos y reyertas entre ellos, mientras buena parte de aquellas familias apenas tenían para comer y vestirse. El robo era muy común por aquellos días pero también era habitual que los propios guardias del terrateniente, que lo “protegían” a su vez, de los soldados ingleses, abusaran de esposas e hijas de los siervos o extorsionaran a sus propios protegidos, máxime si ansiaban cobrar las recompensas por delatar ante las autoridades británicas, a quienes habían cometido algún delito en esos feudos.

Hablando de mujeres, la vida para ellas, era miserable. Solían ocupar un rol absolutamente secundario, sin ninguna formación, salvo que agradaran y enamoraran a algún caballero, de lo contrario quedarían sometidas a la hostil forma de vida en el campo, criando cerdos y gallinas y lavando ropa, con la orina de ellas mismas, para facilitar que la suciedad se desprendiera más fácilmente. Los jefes de los clanes accedían a las más jóvenes, aunque era muy usual, mantener parejas paralelas con quienes tenían hijos bastardos.

Los hombres cazaban, cuidaban y amansaban caballos en los establos, como lo hacía el joven Jamie  pero también bebían a raudales, máxime considerando las inclemencias de un clima hostil, frío y húmedo y caso nunca soleado.

Pero claro, la vida clánica tenía otros componentes tal vez hoy, dignos de nostalgia. El honor ocupaba un rango muy especial. Como muestra “Outlander“, los escoceses eran rudos y muy pendencieros, pero en numerosas ocasiones, eran capaces de pelear o sacrificarse con la tortura vía latigazos en la espalda, por defender el honor de una mujer, si alguien osaba llamarla “prostituta”. Lo mismo ocurría con las relaciones sexuales. No era raro que un hombre, como lo hizo Jamie Fraser, con la propia Claire Beauchamp Randall (la otra protagonista), se instalara toda una noche, aguardando semidespierto aún cansado, en la puerta de la habitación de una mujer, sólo para custodiarla de eventuales ataques de otros montañeses borrachos. Jamie llegó al extremo de dejarse violar por el oficial inglés “Black Jack” Randall en la cárcel para que éste libere a Claire.

Asimismo, los escoceses podían ser caballeros pero ello no impedía que fueran también apasionados y guerreros. O quizás al revés: el hecho de que fueran tan salvajes, a los ojos del resto de los europeos, sobre todo, los presumidos ingleses, los convertía en galantes y corteses.

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RUSIA Y “OCCIDENTE” EN TIEMPOS DE BIDEN Y DEL FIN DE LA ERA MERKEL

ENTREVISTA CON FEDERICO GYURKOVITS (SPUTNIK) SOBRE LA RELACION CONFLICTIVA ENTRE LA UNION EUROPEA Y RUSIA, POR EL CASO NAVALNY

VACUNA RUSA CONTRA EL COVID-19: ENTRE LA URGENCIA Y LAS “FAKE NEWS”

Me parece importante aclarar el panorama de la vacuna rusa Sputnik V, más allá de la operación mediática y manipulación política que hiciera el gobierno argentino, además de las fantasías y hasta delirios, que se formulan tanto oficialismo y oposición, desconociendo la seriedad e historia de la ciencia rusa. Por ello, lo mejor que he visto escrito, para no caer en fuentes rusas, en diciembre pasado, es un hilo en Twitter, del Grupo argentino de científicos “Ciencia Nuestra”, que aquí reproduzco:

Sobre la editorial de @nelsonalcastro sembrando dudas sobre la vacuna del Centro Gamaleya, Gam-COVID-Vac o Sputnik V. Dice Nelson Castro que los estudios de fase 3 concluyen en mayo de acuerdo a la página de clinical trials. Es verdad. Abrimos hilo:

Lo que omite @nelsonalcastro es que los de Pfizer terminan el 30 de julio, y lo mismo sucede con el resto. Lo que hay ahora para TODAS es un análisis preliminar de los estudios de fase 3 una vez que han llegado a un número de contagiados que permita hacer análisis de efectividad.

También dice que los estudios en >60 de fase 2 terminan el 30/12. Los estudios de fase 2 exclusivamente para >60, no son condición necesaria cuando ya han concluido el 12/08 para 18-60 años habiendo evaluado seguridad y eficacia y publicado internacionalmente con éxito.

Basta con hacer una fase 2/3 donde se evalúe desarrollo de anticuerpos y eficacia como han hecho otras. En el caso de Sputnik V a partir del 22/10 realizaron un reclutamiento de 110 >60 para ver seguridad e inmunidad por anticuerpos y células.

https://www.clinicaltrials.gov/ct2/show/NCT04587219?term=Gam-COVID-Vac&cond=Covid19&draw=2&rank=9

Los mismos han demostrado ser seguros y producir inmunidad, pero su medición es de hasta 42 días y con puntos de seguimiento a los de 90 y 120 días para ver si esa inmunidad perdura, sólo por eso en la página de “clinical trials” siguen abiertos hasta fin de diciembre.

Nadie dijo nada respecto a que la fase 2 de la vacuna de Pfizer analizó sólo 15 adultos >60 con la dosis y formulación actual y los siguió hasta el día 35. Y no se dijo porque en ambos casos está bien, teniendo en este punto, Gamaleya, más rigurosidad.

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33053279/

Más allá de este estudio, lo que tiene peso para que defina hoy la ANMAT es que el Centro Gamaleya inicio el 7/11 un estudio de fase 3, con >40mil voluntarios entre los que hay miles >60 para evaluar eficacia, y de los que ya hay resultados preliminares.

https://www.clinicaltrials.gov/ct2/show/NCT04530396?term=Gam-COVID-Vac&cond=Covid19&draw=2

En el reporte entregado por el Centro Gamaleya a la ANMAT el 2/12, en el rango etario de >60 sólo había 2 infectados, por lo que realizar análisis de eficacia no resultaba correcto por eso aún no se aprobó de emergencia para adultos mayores

Vale aclarar que el estudio de fase 3 publicado el 10/12 por Pfizer posee 20 infectados en >65 a través de los cuales analizan la eficacia en ese rango etario, un número bajo pero suficiente para su aprobación de emergencia en varios países incluso Argentina

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33301246/

Hoy nos encontramos a la espera de los números que dan resultado a los porcentajes de eficacia que se dieron a conocer anteayer por el Centro Gamaleya y que resultan prometedores siendo que han reportado más de 90% de eficacia para el rango etario >60 años.

Lo que es cierto es que tanto la vacuna Gam-COVID-Vac (Sputnik V) como la BNT162b2 (Pfizer) o la mRNA-1273 (Moderna) han sido aprobadas por distintos países previo a la publicación de los resultados de fase 3 en revistas internacionales.

En el caso de la de Pfizer la aprobó para aplicación en el Reino Unido el 2/12 y la publicación recién salió el 10/12. En el caso de la Sputnik, la ha aprobado la ANMAT para menores de 60 y en los próximos días esperamos se encuentre disponible la publicación internacional.

También Moderna estuvo en silencio durante su desarrollo y nadie dijo nada, de hecho todavía NO PUBLICÓ datos de Fase 3, sólo de Fase 1 y 2 al igual que el Centro Gamaleya. Sin embargo Moderna se encuentra aprobada por la FDA y se la ha aplicado el asesor del gobierno americano Fauci.

La vacuna de Oxford/AstraZeneca dio baja eficacia en fase 3 (~60%) y ha firmado convenio para combinar su vacuna con la Sputnik, sin embargo ningún medio ha levantado esta noticia después de haber anunciado la de Oxford como la mejor meses atrás.

Tampoco comunica que la aplicación de la vacuna de Pfizer se demora en Alemania debido a dudas en la cadena de frío durante su distribución. Recordemos que no es simple la logística para su distribución y aplicación dado que requiere -70°C.

Tengamos en cuenta que para TODAS las vacunas en general, hubo primero, sólo gacetillas de prensa, porque nos encontramos ante una emergencia sanitaria y en este momento del desarrollo de vacunas para presentar los papeles PARA USO DE EMERGENCIA, ninguna necesitó publicar todos sus datos.

Desde Ciencia Nuestra nos gustaría que todo fuera ideal y ver los datos pormenorizados de todos los voluntarios publicados antes de su aplicación. El Instituto Gamaleya, así como Moderna, AstraZeneca, Sinovac, Janssen, etc prometen publicar en revistas importantes. Ojalá que así sea.

Mientras tanto la ANMAT que tiene datos preliminares emite informes para no seguir mirando cómo sumamos muertos y podamos, más temprano que tarde, vacunar a la población argentina.

Estamos ante una situación de emergencia dónde los resultados preliminares, habiendo ya pasado las fases de seguridad correctamente, son entregados a los entes regulatorios previo a su publicación, siguiendo todos los pasos y regulaciones en los países donde se están aprobando”.

HAYEK, LAS DEBILIDADES Y LA FUNCION DE LA RAZON

El objetivismo es una doctrina racionalista muy difundida en Estados Unidos, a partir de su creadora, la rusa nacida en San Petersburgo y exiliada en tiempos del bolchevismo, Ayn Rand, pero también con una fuerte y creciente influencia en Latinoamérica y sobre todo, en Argentina, donde la familia Marty (Eduardo y sus hermanas María y María Juana), el ex Juez Ricardo Rojas y tantos otros, la han difundido. Obviamente, comulga con la rica y variada tradición liberal, pero al sostenerse en la racionalidad individual, genera dudas respecto a cuán consistente es tal apoyo, particularmente a la luz de las críticas que han lanzado filósofos austríacos de la talla de Friedrich August Von Hayek y Karl Raymund Popper, a dicho tipo de racionalismo -“ingenuo”-.

He aquí un listado o una suerte de decálogo de reflexiones de Ayn Rand a cargo de uno de sus seguidores más conspicuos, cuyo seudónimo es Mayo Von Höltz, sobre todo los más vinculados al tema de la racionalidad:

1. Elegiré amigos entre los hombres, pero no esclavos ni amos. Elegiré sólo a los que me plazcan, y a ellos amaré y respetaré, pero no obedeceré ni daré órdenes. Y uniremos nuestras manos cuando queramos, o andaremos solos cuando lo deseemos.
2. La felicidad es un estado de alegría sin contradicciones. Es posible sólo para el hombre racional, el hombre que sólo desea objetivos racionales, sólo persigue valores racionales y sólo encuentra su alegría en acciones racionales.
3. El hombre (cada hombre) es un fin en sí mismo, no el medio para los fines de otros. Debe existir por su propio esfuerzo, sin sacrificarse a otros ni sacrificar a otros para sí mismo. La búsqueda de su propio interés racional y de su propia felicidad es el más alto propósito moral de su vida.
4. Puesto que no existe tal entidad conocida como el público, ya que el público es meramente una cantidad de individuos, la idea de que el interés público va por encima de los intereses y derechos privados sólo tiene un significado: que los intereses y derechos de algunos individuos tienen prioridad sobre los intereses y derechos de los demás.
5. Los hombres sólo pueden tratar entre sí de dos formas: Armas o lógica. Fuerza o persuasión. Aquellos que saben que no pueden ganar utilizando la lógica, siempre han acabado por recurrir a las armas.
6. Ningún hombre puede tener el derecho de imponer a otro hombre una obligación no escogida, un deber no recompensado o un servicio involuntario.
7. Es fácil ver cómo donde hay sacrificios, alguien los está recogiendo. Donde hay servicio, alguien está siendo servido. El hombre que te habla de sacrificios está hablando de esclavos y amos, e intenta ser el amo.
8. Piedad por el culpable es traición al inocente.
9. Cuando uno observa las pesadillas de desesperados esfuerzos hechos por miles de personas que luchan para huir de los países socializados de Europa, de escapar a través de las alambradas, bajo el fuego de las ametralladoras, uno no puede seguir creyendo que el socialismo, en cualquiera de sus formas, esté motivado por la benevolencia y el deseo de alcanzar el bienestar humano.
10. Si quisiera hablar con vuestro vocabulario, diría que el único mandamiento moral que tiene el hombre es: Pensarás. Pero un ‘mandamiento moral’ es una contradicción en los términos. Lo moral es lo escogido, no lo forzado; lo comprendido, no lo obedecido. Lo moral es lo racional, y la razón no acepta mandamientos.

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EL PRIMER FRACASO LIBERAL EN RUSIA

Además de tener la superficie más grande del mundo, Rusia ha tenido una historia milenaria llena de cataclismos políticos que pocos países pueden siquiera emular.  Si bien hoy puede disfrutar apenas de 29 años de continuidad democrática (iliberal) pero democrática al fin, se trata de un muy breve período aún de su rica evolución. Ella ha sido rica pero en despotismos, algo que llamó la atención de Tocqueville y muchos europeos, que siempre la consideraron “salvaje” y “atrasada” por no seguir la trayectoria “normal” de los presuntuosos europeos. En diez centurias, Rusia ha vivido un Imperio zarista fuerte, cruel y expansivo, además de invasiones a su territorio, magnicidios y revoluciones con efectos sociales de gran magnitud. Lo que no ha tenido paradójicamente, es alguna experiencia que se precie de liberal o constitucional, al estilo de la anglosajona.

Sin embargo, en ese pobre derrotero institucional, pocos saben que a un siglo prácticamente de la tristemente célebre Revolución Bolchevique, de la que se cumplieron cien años hace apenas un trienio, se llevó a cabo otra revolución, pero de carácter liberal. La misma denominada “decembrista” porque se produjo en diciembre de 1825, fue protagonizada por oficiales del ejército zarista, aristócratas, que sorprendidos gratamente con las libertades civiles observadas durante su periplo en suelo francés, al ocupar dicho país, en ocasión de la caída de Napoleón Bonaparte, una década antes, pretendieron llevar adelante esa idea de cambio político, es decir, una Constitución liberal, una monarquía parlamentaria y la instauración del sufragio universal, en la propia Rusia autocrática y cristiana-ortodoxa de la familia Romanov.

Lo hacían motivados en principio por el propio Zar Alejandro I, el tercero de los Zares llamados “modernizadores” (tras Pedro el Grande y Catalina la Grande) quien los había ilusionado respecto a una posible sucesión en su hermano, el Príncipe Constantino. Este -de inclinación liberal-, a la sazón, se hallaba al frente del Zarato de Polonia -nación católica a la que Alejandro sí le había dado cierta autonomía inexistente en su propio país-. Pero la imprevista muerte de Alejandro, ante el casamiento de Constantino con una aristócrata polaca, que lo invalidaba como posible Zar, terminó depositando en el poder a Nicolás I, quien tenía una idea sustancialmente diferente a la de su padre y su tío, o sea, mantener una férrea autocracia sin cambio alguno.

El 26 de diciembre de 1825, en San Petersburgo, la revolución se produce, en función de tales expectativas y va cobrando vigor con los días a medida que los rebeldes se enteran del cambio, interpretado como una especie de usurpación del poder por parte de Nicolás, un joven débil de carácter, permanentemente temeroso y afecto a veleidades militaristas, como jugar a la formación de ejércitos, desde niño. El sofocaría la asonada hasta con cañonazos sobre los 3.000 oficiales y soldados rebeldes, incluso bombardeando el Río Neva congelado para que mueran ahogados. Salvo los cinco cabecillas que serían condenados a la horca, los demás decembristas (en ruso, Декабристы) serían penados con varios años de trabajos forzados en la lejana y fría Siberia, acompañados de sus valerosas esposas e hijos, sobre quienes se construyó una mítica historia.

Así tristemente terminaría aquella revolución genuinamente liberal rusa, cuya historia, poco conocida, sería difundida en una película reciente estrenada en 2019, llamada “Unión de la Salvación” (en ruso, Союз спасения), en honor a la logia secreta masónica de inspiración liberal española, creada en 1818, que conducirían Serguei Ivanovich Muravyov-Apóstol (en ruso,  Сергéй Иванович Муравьев-Апостол), Mikhail Pávlovich Bestúzhev-Ryumin (en ruso, Михаил Павлович Бестужев-Рюмин), Piotr Grigoryevich Kakhovsky (en ruso,  Пётр Григорьевич Каховский),  Pavel Ivánovich Pestel (en ruso, Павел Иванович Пестель) y Kondraty Fiodorovich Ryleyev (en ruso, Кондратий Фёдорович Рылеев) -el intelectual y poeta del grupo-, los cinco líderes de la rebelión, a la postre castigados con la máxima pena por el propio Zar Nicolás I.

Es contrafáctico pero si aquellos valientes oficiales aristócratas rusos hubieran triunfado aquellos días en San Petersburgo, Rusia se hubiera evitado el asesinato de Alejandro II (hijo de Nicolás I), las absurdas guerras de Crimea y la naval japonesa, el asesinato de Stolypin y con seguridad, la Revolución Bolchevique de 1917 -contra Nicolás II, bisnieto paterno de Nicolás I-. Demasiado dolor, sufrimiento, pesar, porque de haber tenido éxito, los Muravyov y Pestel pudieron haber ensayado un camino más moderado hacia una monarquía constitucional capaz de asegurar por primera vez, los derechos y las garantías individuales de los rusos, algo inédito en la historia de dicho país.

Hasta enero de 1992. Ni más ni menos. Como también soñó el genial poeta Aleksandr Pushkin, quien inspiró aquella revuelta, aunque el Zar Nicolás I omitió castigarlo -al menos de modo oficial- dada su enorme popularidad.