TURQUIA: ORIGINAL Y EXOTICA

Turquía es noticia en estos días de guerra en Ucrania, a propósito de su decisión de rechazar el ingreso de Finlandia y Suecia en la OTAN, a la cual también pertenece desde los tiempos de la Guerra Fría pero también por ciertas tensiones con Grecia a propósito de la cuestión chipriota.

Como es una de las dos únicas puertas abiertas a Rusia, hice escala allí en abril pasado, en ocasión de mi viaje a Moscú. Es interesante detenerse por un momento, para efectuar una semblanza acerca de la república turca de Erdogan y su actual momento.

Recorriendo la historia por ejemplo, como base para analizar el presente, hay que recordar que Turquía fue por siglos un Imperio, hasta el final de la I Guerra Mundial, que decretó el final del Imperio Turco-Otomano. Aunque con varios mitos por desterrar, podría afirmarse que los llamados “Jóvenes Turcos” primero (1908-1918) y el líder Mustafá Kemal Atatürk a partir de 1923, establecieron los pilares de una “república secular” -ya no imperial- y ese experimento está próximo a cumplir una centuria.

A la participación histórica de Turquía en la OTAN, hay que agregarle su permanente intención de formar parte de la Unión Europea (UE), sobre todo, desde los años noventa. Aunque por supuesto, tanto el prontuario que tiene Turquía en materia de DDHH como la cuestión greco-chipriota ya mencionada, bloquean la posibilidad del ingreso turco, lo cual, de lograrse algún día, convertiría al país, en el segundo en importancia detrás de su aliada histórica, Alemania, en términos de población, aunque mayoritariamente islámica.

A su posición geoestratégica relevante, como “bisagra” entre Europa y el Oriente, habiendo intentado tres veces, por ejemplo, invadir la capital austríaca (Viena), Turquía le agrega el plus de su modernización económica tan especial hacia el capitalismo, iniciada en los años ochenta por el tecnócrata de origen kurdo, Turgut Özal, Primer Ministro emergido del golpe militar de 1980 y luego Presidente electo. 

En efecto, el empresariado especialmente de la región de Anatolia, luce con un comportamiento especial, proactivo e innovador, destinado a brindar servicios y productos de calidad. Muchos de esos productos son nacionales y hasta típicos, tradicionales, fuertemente ligados a la cultura turca.Los turcos ya no son simples vendedores de alfombras. Kayseri es la ciudad modelo en cuanto a industrias del mueble y textil, exportando a cerca de un centenar de países: holdings poderosos fabrican cientos de miles de sillas y sofás-cama además de centenares de prototipos de lana vaquera, insumo para las marcas líderes a nivel mundial

Cuando uno asoma a esa infinita cantidad de negocios de especias y sabores de los más variados, incluyendo algunas hierbas para la potencia sexual masculina, se puede advertir que en Turquía, es perfectamente posible hacer converger la globalización con la identidad nacional. Es la misma sensación que tenemos cuando vemos las banderas turcas por doquier en las calles de Estambul, la proximidad de una mezquita con un rascacielos o un banco, la increíble modernidad del Aeropuerto Internacional Atatürk (en turco,  Istanbul Atatürk Havalimanı) y por qué no, el fenómeno de Turkish Airlines, omnipresente en poco tiempo, en los cielos del mundo, promocionada por nada más ni nada menos que Morgan Freeman.

Recep Tayyip Erdogan llegaría al poder en 2002, de la mano de un islamismo moderado pero pronto iniciaría un proceso orientado a desmontar la maquinaria de vigilancia institucional instaurado por los militares desde 1980. Ganaría sucesivas elecciones, incluso sufriría un golpe de Estado en 2016 pero lograría superarlo. Es un liderazgo nacionalista e islamista de indudable vigor político, comunicacional y electoral, que puede ser discutido en determinados círculos intelectuales y mediáticos de “Occidente”, pero que al igual que ocurre con el caso ruso (y Putin), no ofrece disidencia alguna en el ejemplo turco (y Erdogan).

Finalmente, el turismo es otra de las fuentes de ingreso más relevantes para la economía turca. Tanto las playas como las regiones montañosas, así como el encanto especial de Estambul y otras ciudades, le ofrecen al visitante extranjero, tanto occidental como latinoamericano, una gran diversidad, precios relativamente accesibles y una disposición especial de los habitantes locales, siempre tan adaptables al gusto e idioma de los turistas.

Entonces, si querés conocer y recorrer este destino aconsejable por su diversidad cultural y riqueza histórica, te aconsejo un bueno vuelo de Turkish Airlines con rumbo a la ex Constantinopla y adelante!!!

RUSIA Y “OCCIDENTE” EN TIEMPOS DE BIDEN Y DEL FIN DE LA ERA MERKEL

ENTREVISTA CON FEDERICO GYURKOVITS (SPUTNIK) SOBRE LA RELACION CONFLICTIVA ENTRE LA UNION EUROPEA Y RUSIA, POR EL CASO NAVALNY

GUAYAQUIL: LA CIUDAD DE LOS LIBERTADORES

Es una de las ciudades más modernas y pujantes de América Latina,
sin ser capital de un país, lo cual no dejó de acarrearle no pocos conflictos en su vasta historia. La misma que la tuvo como epicentro del único encuentro -y más importante- entre los dos Libertadores de América: los Generales José de San Martín (argentino) y Simón Bolívar (venezolano), el 26 de julio de 1822.

Monumento La Rotonda

Como ya lo he documentado, en el verano de 2018, con mi novia Ekaterina, en auto, luego de un largo paso por la costa brasileña, hasta el norte y luego descender hasta el sudoeste, atravesando la selva amazónica hasta llegar a la frontera peruana, me dispuse a hacer una modesta recreación del viaje sanmartiniano, en la campaña del Perú del siglo XIX. El sábado 27 de enero cruzamos el límite, llegamos a Cuzco el lunes 29 y a Lima, el miércoles 31. Subimos hacia el norte bordeando la costa del Pacífico, pasamos Trujillo (ciudad de casi un millón de habitantes) y Talara (125.000 habitantes) y finalmente, arribamos a nuestro objetivo de Guayaquil, el sábado 3 de febrero por la noche. Permanecimos una semana allí, recorriéndola además de visitar su playa más famosa, Salinas (35.000 habitantes).

Con más de 3 millones de habitantes incluyendo zona metropolitana, Guayaquil, “la Perla del Pacífico”, fundada en 1547, como astillero y puerto comercial de la Corona de España, bordeada por el Río Guayas, ha sido fundamental como centro neurálgico de la economía ecuatoriana en su faz independiente, dada la relevancia de su comercio marítimo, actividad mercantil y progreso industrial. El 40 % de las 1.000 empresas más grandes de Ecuador, se halla radicado en Guayaquil. Además, canaliza el 80 % del comercio exterior de todo el país y como es obvio, al ser una ciudad tan bonita y con tanta variedad, recibe muchísimo turismo nacional e internacional.

 

CHINOS

Cualquiera de nosotros los divisa inconfundibles en un aeropuerto internacional, sobre todo, europeo, en caravana y detrás de una traductora con una banderita de color rojo para que no se dispersen.

En el último año, 135 millones de chinos viajaron a través de los mares, gastando 261 mil millones de dólares, superando a todos las demás nacionalidades en el mundo, incluyendo los norteamericanos, quienes erogaron de sus bolsillos, 122 mil millones de dólares, de acuerdo a la Organización Mundial del Turismo, dependiente de la ONU. Unos 270.000 chinos viajaron al Reino Unido en el año 2015, un 46 % más que en 2014.

También los vemos en países lejanos como Argentina, donde conquistaron silenciosamente, comercios, kioscos, campos y hasta fábricas enteras. Ignorando realmente qué hacer con ellos, Trump los detesta como muchos norteamericanos lo hacían con los japoneses después de la II Guerra pero sobre todo, en los ochenta, cuando les inundaron el mercado de autos y electrodomésticos, haciendo quebrar cientos de empresas locales. Huntington imaginó en su famoso “choque de civilizaciones”, un enfrentamiento militar a escala global entre ellos y los norteamericanos, a partir del cual, las demás civilizaciones tomarían parte por uno u otro bando. Su idioma es el más hablado del mundo, superando al inglés y ya empieza a ser estudiado por millones de extranjeros en todo el mundo.

El comercio mundial desde hace más de dos décadas, ya no es el mismo a partir de la fenomenal irrupción del “dragón asiático”. Cientos de libros se escriben a menudo para dilucidar si detrás de semejante expansión, supuestamente “peaceful raising”, volverán las veleidades imperialistas de antaño, que tanto temen japoneses y coreanos, entre otros.

Son prácticos, no les interesan las cuestiones valorativas de cada país, tampoco las culturas nacionales, suelen adaptarse con una facilidad asombrosa y de a poco, van construyendo su propio “lobby” en cada uno de los casi 200 países con quienes mantienen relaciones. Su evolución interna es una verdadera incógnita a partir del ascenso de tanta clase media. No llegaron aún al umbral del desarrollo. Pero allí están: llegaron para quedarse en este mundo, que los ve por doquier. Constituyen el fenómeno demográfico de este siglo.

Ellos, los chinos.