COCINA RUSA (II): ENSALADA OLIVIER

En Argentina y no pocas regiones latinoamericanas, incluso las que no poseen diásporas rusas, como sí tiene nuestro país, se suele cocinar y comer la llamada “ensalada rusa”. Sin embargo, hay que reafirmar que ella no es tal, o, al menos, no es la original proveniente del gigantesco país eslavo.

En efecto, fue un cocinero ruso de origen franco-belga, Lucien Olivier (1838-1883), a quien puede considerarse como “el padre de la ensalada rusa”. Junto a un socio ruso, Yakov Pegov, abrió el restaurante “Hermitage” en pleno centro de Moscú, en 1864. Dedicado a la alta cocina francesa y con una decoración y servicio de lujo, el Hermitage se tornó famoso en el contexto de aristocracia moscovita. Allí, Olivier solía servir una ensalada hecha con carne cocida de pollo, perdiz o venado alternadas con capas de caviar, alcaparras y caldo en gelatina. Alrededor, llevaba colas de cangrejo y lengua de ternera, además de papas cocidas, huevos duros y pepinos, todo ello coronado por una mayonesa aderezada con mostaza y especias.

Al parecer, los clientes solían mezclarlo todo junto en el plato y el cocinero decidió servir la ensalada de ese modo, picada en trozos pequeños y con más salsa. Olivier se encerraba en un espacio especial de la cocina y nadie más tenía acceso cuando preparaba su ensalada. Se llevó el misterio de la receta -al menos, de una gran parte de ella- a la tumba porque falleció en 1883 y el restaurante se cerró en 1905.

De este modo, se hizo célebre tal comida en Rusia -sobre todo, incluso después que el propio Zar Alejandro II fue al Hermitage a probarla-, bajo el nombre popular de  “Ensalada Olivier” o en ruso, “Салат Оливье”.

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HACE 100 AÑOS, LENIN LLEGABA A RUSIA

Habiendo atravesado media Europa en guerra, en un tren blindado, financiado por los alemanes y procedente de Ginebra (Suiza), llegaba exactamente, un 16 de abril de 1917, a la Estación Finlandia, de la ciudad de Petrogrado (hoy San Petersburgo), Vladimir Ilych Uliánov (Владимир Ильич Ульянов) “Lenin” (Лéнин).

Tras un largo exilio, motivado por la persecución de la Ojrana (la policía secreta del Zar Nicolás II), a raíz de la condena a muerte de su hermano, el intelectual y activista lideraría el proceso revolucionario en pocos meses, lo cual supondría el desplazamiento de los sectores moderados, pro-demócratas-constitucionales en favor de los propios bolcheviques y la eliminación de la monarquía zarista, hasta culminar con el fusilamiento de toda la familia real en Ekaterimburgo en julio de 1918.

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YURI GAGARIN

Yuri Aleksieyievich Gagarin (Юрий Алексеевич Гагарин), nacido el 9 de marzo de 1934, en la región de Smolensk (hoy Rusia), fue un cosmonauta soviético, que se convirtió en el primer ser humano en viajar al espacio exterior. A esta proeza, la logró el 12 de abril de 1961, a través de la nave espacial Vostok.

Busto de Gagarin, en el Museo Cosmonáutico de Moscú.

Desde ella, pronunció sus célebres palabras: “Pobladores del mundo, salvaguardemos esta belleza, no la destruyamos”, adelantándose más de dos décadas, a las iniciativas pacifistas del reformador soviético, Mikhail Gorbachov.

Siete años después de su hazaña y tras haber sido reconocido y honrado por la URSS -y también fuera de ella-, murió en un accidente de aviación a bordo de MiG-15, aparentemente por un error humano, pero de otro piloto. En efecto, éste, que hoy cuenta con más de 80 años de edad, pero cuyo nombre se desconoce,  tras haberse desclasificado los documentos oficiales del ex Imperio soviético y según la cadena RT en 2013, tripulaba un Sukhoi Su-15, que se elevó a mucho menos metros de altura de lo normal, provocando una onda de choque supersónica que afectó al avión de Gagarin y su copiloto, haciendo que se estrellasen.

Gagarin está enterrado en la necrópolis de la Muralla del Kremlin en Moscú.

Музей космонавтики

A pesar de que eran tiempos de Guerra Fría, así lo reconocieron sus colegas de Estados Unidos.