REYES DE QATAR

El fútbol siempre da revancha y este domingo 18 de diciembre de 2022, disputada la final de la Copa del Mundo jugada en Qatar, demostró no ser la excepción. Como en Rusia 2018, Francia y Argentina volvieron a jugar, protagonizando una de las mejores definiciones que yo recuerde, por su ritmo cambiante y alta emotividad, pero a diferencia de cuatro años atrás, esta vez, el resultado, por penales, favorecería a nuestra Selección Argentina, que lograría así su tercera Copa en la historia de Mundiales.

Messi en la final perdida de Brasil 2014

Messi besando la Copa 2022

el camino a la gloria

la 3era. estrella ya bordada arriba del escudo nacional

Había razones para soñar como dije hace unas semanas atrás, sobre todo, en el peor momento de la Selección en este certamen, es decir, el inicial, luego de su derrota contra Arabia Saudita. pero aquellos motivos se fueron cimentando paso a paso, en cada uno de los 6 partidos hasta la final tan esperada, sobre todo, por y para Lionel Messi, para quien, éste era supuestamente, su último Mundial y por lo tanto, su última oportunidad (biológica) de ganarlo.

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TIEMPO Y RAZONES PARA SOÑAR

Cae la noche del sábado 26 de noviembre de 2022 en Argentina y seguramente, una sensación de alivio trasunta los hogares donde esta tarde toda la atención estaba fijada en el partido Argentina-México, en el Mundial de Qatar, ya que un resultado adverso a la Albiceleste, la hubiera dejado prácticamente al borde de su eliminación en primera ronda, como ocurriera hace exactamente 20 años en el certamen global de Japón-Corea del Sur.

Una actuación no muy convincente pero a la que le bastaron dos jugadas aisladas definitorias en favor del elenco de Messi, pudo darle vida extra a un equipo que había generado enormes expectativas para campeonar pero cuyo debut fatídico contra Arabia Saudita (1-2) el martes pasado, las había derrumbado como un castillo de naipes.

Habrá habido analogías circunstanciales entre aquel éxito de 1986 para ilusionar a muchos pero también hay quienes remitían al gran fracaso de 2002 y su cadena de eventos previos, similares a los de estas semanas anteriores a la inauguración del domingo 20. En cualquier caso, el de hoy pudo ser -o no- el partido bisagra para que la Selección halle su propio camino, reconstruya su mística y a partir de allí, encuentre el equipo para sustentar sobre bases sólidas, las expectativas desbordantes que genera. Quedan 5 finales si quiere alzar la Copa.

Hay algo muy importante que este grupo ha contagiado: unidad y sentido de pertenencia. En las lágrimas del DT Scaloni y su ayudante Aimar, quienes conocen de cerca las vivencias del fracaso, podemos vislumbrar el gran amor que le tienen a la Albiceleste. Harán lo imposible para tomar las decisiones más acordes a la consagración.

Eso espero en esta noche especial, en la que por primera vez, en 48 años, podré acostarme en mi cama, sin preocuparme por sacarme las lentes de contacto o siquiera las gafas. Puedo ver ahora sí, con mis ojos, al natural. Miren si no hay razones para tener fe en que podremos campeonar como en 1986. Todo es posible.

En el “Fan Fest” del Anfiteatro de la Ciudad de Villa María (Córdoba)

Ah, gran detalle: tanto Ayala, como Samuel y Aimar estuvieron en aquella Selección de 2002. Scaloni fue citado en la de 2006. Ellos quieren su revancha, ahora estando sentados en la banca.

ALEKANDR GOLOVIN: EL MEJOR DEBUT MUNDIALISTA

22 años, es ruso, nació en Kaltán (ciudad de 25.000 habitantes), en la Siberia Occidental, juega de puntero izquierdo, pero puede ser mediapunta, allí es donde, más libremente se desenvuelve. Hoy, debutó en su primer match mundialista contra Arabia Saudita, dio dos asistencias, estuvo involucrado en cuatro goles y marcó al final, un golazo de tiro libre, con el que coronó la goleada de 5 a 0 y que se transformó en el primero de tiro libre en un partido inaugural de una Copa del Mundo. Junto a Denis Cheryshev y Artëm Dziuba, cuando ingresaron, contribuyó a formar una delantera efectiva y temible.

Aleksandr Serguievich Golovin (en ruso, Александр Сергеевич Головин). Anoten este nombre porque estoy seguro que está llamado a reescribirlo en la gran historia en el fútbol, seguramente ya no en el ruso, donde juega en el CSKA de Moscú, sino en el europeo, tal vez Italia.

Golovin usa las medias semibajas, gambetea como un jugador latinoamericano, juega relajadamente, corre hasta con displicencia, pero tiene una gran inteligencia para desplazarse y ver bien posicionados a sus compañeros. Completísimo. Parece la reencarnación de Valery Karpin y Andrei Arshavin, los dos grandes jugadores del fútbol ruso, de las décadas del noventa y dos mil, respectivamente.

Hoy, Rusia jugó contra un adversario bastante más débil, pero cabe recordar que nadie confiaba en la Selección de Stanislav Cherchesov de flojo desempeño en la Eurocopa 2016 y los amistosos previos. Veremos su evolución en el transcurso de la primera ronda, aún le tocan los rivales más difíciles del Grupo, el Uruguay de Suárez y el Egipto de Salah, pero el debut de hoy fue muy prometedor y permite aventurar performances como la de la Eurocopa de hace una década atrás, cuando Rusia logró el tercer lugar.