“CRY MACHO”

En estas cuatro últimas décadas, he aprendido a admirar a Clint Eastwood por su posicionamiento político y hasta moral, que excede las bases y propuestas del propio Partido Republicano norteamericano, esté quien esté al frente, desde Reagan hasta Trump, pasando por George W. Bush (hijo). Sus ácidos cuestionamientos a “la generación de cristal”, la actual juventud, educada en una hipersensibilidad ante los más mínimos obstáculos y hasta criticas, son dignos de mi suprema aprobación. Incluso debo destacar su experiencia política en la gestión pública, como alcalde de Carmel, un pueblo distante a 180 kilómetros de San Francisco, entre 1986 y 1988, donde pasaría a la posteridad por sus obras eficaces que le cambiarían la cara a tal localidad californiana.

Pero el costado artístico de Eastwood también merece halagos y no por ello, de menor jerarquía. Por el contrario, en su labor como actor en más de 70 películas, desde aquellas hoy lejanas, como matón a sueldo en “Harry el Sucio” (1971) y “Magnum 44” (1973), como pistolero implacable en “Por un puñado de dólares” (1964), For a Few Dollars More”(1965), “The Good, the Bad and the Ugly” (1966) y “Los imperdonables” (1992) y ya del lado de la ley y la defensa del Estado, en “Firefox” (1982), Heartbreak Ridge (1986), “Un mundo perfecto” (1993) y “En la línea de fuego” (1993), Eastwood siempre sobresalió por su estilo de protagonista frío, pero con un estilo propio, de mucha sobriedad y hasta delicadeza. Ni hablar como director, destacándose con filmes como “Los puentes de Madison”(1996), Million Dollar Baby (2004), “Gran Torino” (2008), “La mula” (2018), “Richard Jewell” (2019) y su último estreno “Cry Macho” (este año), cautivando como pocos, la emocionalidad del espectador.

Porque si hay alguna gran virtud de Eastwood es la de reflejar con crudo realismo, las vicisitudes de la vida, los dilemas morales que plantea para cada uno de nosotros, nuestra opción de dudar y resolver, la posibilidad de afrontar con un temple especial los momentos aciagos, la actitud si se quiere estoica pero abnegada para uno mismo y los demás. No deja de estar presente en las últimas películas, incluyendo la comentada aquí, la especial simbiosis cultural que se da en Estados Unidos de hoy, entre latinos y anglosajones, ya sea por la cuestión drogas, la inmigración ilegal o sencillamente, los problemas de convivencia familiar que se reproducen particularmente en las regiones fronterizas con México.

“Cry Macho” no sólo aborda esa cuestión cultural, sino que además, plantea una relación intergeneracional especial, la que se da entre una ex estrella de rodeo y criador de caballos y un niño casi adolescente, sobre quien, el primero, en un viaje singular, le enseñará todo lo que sus propios padres desastrosos, uno y otro a cada lado de la frontera, no le supieron, pudieron ni quisieron transmitir: cómo ser un buen hombre.

En estos tiempos de tanta anomia y crisis de la autoridad paternal, pero también maternal, no es poco, pensando en cómo las personas adultas podemos todavía seguir siendo útiles para los jóvenes tan habituados a una especie de orfandad singular, cuasi autista, por lo que optan refugiándose en los videojuegos o cualquier otro escapismo virtual, ante la ausencia moral de sus padres, dada la crisis familiar que afrontamos hace décadas.

El valor significativo de las películas de Eastwood es ése: nos ejemplifica con su conservadorismo moral no trasnochado pero sutil, la necesidad de reivindicar esas enseñanzas que son válidas para todas las generaciones y también cualquier tipo de cultura.

HAYEK, LAS DEBILIDADES Y LA FUNCION DE LA RAZON

El objetivismo es una doctrina racionalista muy difundida en Estados Unidos, a partir de su creadora, la rusa nacida en San Petersburgo y exiliada en tiempos del bolchevismo, Ayn Rand, pero también con una fuerte y creciente influencia en Latinoamérica y sobre todo, en Argentina, donde la familia Marty (Eduardo y sus hermanas María y María Juana), el ex Juez Ricardo Rojas y tantos otros, la han difundido. Obviamente, comulga con la rica y variada tradición liberal, pero al sostenerse en la racionalidad individual, genera dudas respecto a cuán consistente es tal apoyo, particularmente a la luz de las críticas que han lanzado filósofos austríacos de la talla de Friedrich August Von Hayek y Karl Raymund Popper, a dicho tipo de racionalismo -“ingenuo”-.

He aquí un listado o una suerte de decálogo de reflexiones de Ayn Rand a cargo de uno de sus seguidores más conspicuos, cuyo seudónimo es Mayo Von Höltz, sobre todo los más vinculados al tema de la racionalidad:

1. Elegiré amigos entre los hombres, pero no esclavos ni amos. Elegiré sólo a los que me plazcan, y a ellos amaré y respetaré, pero no obedeceré ni daré órdenes. Y uniremos nuestras manos cuando queramos, o andaremos solos cuando lo deseemos.
2. La felicidad es un estado de alegría sin contradicciones. Es posible sólo para el hombre racional, el hombre que sólo desea objetivos racionales, sólo persigue valores racionales y sólo encuentra su alegría en acciones racionales.
3. El hombre (cada hombre) es un fin en sí mismo, no el medio para los fines de otros. Debe existir por su propio esfuerzo, sin sacrificarse a otros ni sacrificar a otros para sí mismo. La búsqueda de su propio interés racional y de su propia felicidad es el más alto propósito moral de su vida.
4. Puesto que no existe tal entidad conocida como el público, ya que el público es meramente una cantidad de individuos, la idea de que el interés público va por encima de los intereses y derechos privados sólo tiene un significado: que los intereses y derechos de algunos individuos tienen prioridad sobre los intereses y derechos de los demás.
5. Los hombres sólo pueden tratar entre sí de dos formas: Armas o lógica. Fuerza o persuasión. Aquellos que saben que no pueden ganar utilizando la lógica, siempre han acabado por recurrir a las armas.
6. Ningún hombre puede tener el derecho de imponer a otro hombre una obligación no escogida, un deber no recompensado o un servicio involuntario.
7. Es fácil ver cómo donde hay sacrificios, alguien los está recogiendo. Donde hay servicio, alguien está siendo servido. El hombre que te habla de sacrificios está hablando de esclavos y amos, e intenta ser el amo.
8. Piedad por el culpable es traición al inocente.
9. Cuando uno observa las pesadillas de desesperados esfuerzos hechos por miles de personas que luchan para huir de los países socializados de Europa, de escapar a través de las alambradas, bajo el fuego de las ametralladoras, uno no puede seguir creyendo que el socialismo, en cualquiera de sus formas, esté motivado por la benevolencia y el deseo de alcanzar el bienestar humano.
10. Si quisiera hablar con vuestro vocabulario, diría que el único mandamiento moral que tiene el hombre es: Pensarás. Pero un ‘mandamiento moral’ es una contradicción en los términos. Lo moral es lo escogido, no lo forzado; lo comprendido, no lo obedecido. Lo moral es lo racional, y la razón no acepta mandamientos.

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