HAYEK, LAS DEBILIDADES Y LA FUNCION DE LA RAZON

El objetivismo es una doctrina racionalista muy difundida en Estados Unidos, a partir de su creadora, la rusa nacida en San Petersburgo y exiliada en tiempos del bolchevismo, Ayn Rand, pero también con una fuerte y creciente influencia en Latinoamérica y sobre todo, en Argentina, donde la familia Marty (Eduardo y sus hermanas María y María Juana), el ex Juez Ricardo Rojas y tantos otros, la han difundido. Obviamente, comulga con la rica y variada tradición liberal, pero al sostenerse en la racionalidad individual, genera dudas respecto a cuán consistente es tal apoyo, particularmente a la luz de las críticas que han lanzado filósofos austríacos de la talla de Friedrich August Von Hayek y Karl Raymund Popper, a dicho tipo de racionalismo -“ingenuo”-.

He aquí un listado o una suerte de decálogo de reflexiones de Ayn Rand a cargo de uno de sus seguidores más conspicuos, cuyo seudónimo es Mayo Von Höltz, sobre todo los más vinculados al tema de la racionalidad:

1. Elegiré amigos entre los hombres, pero no esclavos ni amos. Elegiré sólo a los que me plazcan, y a ellos amaré y respetaré, pero no obedeceré ni daré órdenes. Y uniremos nuestras manos cuando queramos, o andaremos solos cuando lo deseemos.
2. La felicidad es un estado de alegría sin contradicciones. Es posible sólo para el hombre racional, el hombre que sólo desea objetivos racionales, sólo persigue valores racionales y sólo encuentra su alegría en acciones racionales.
3. El hombre (cada hombre) es un fin en sí mismo, no el medio para los fines de otros. Debe existir por su propio esfuerzo, sin sacrificarse a otros ni sacrificar a otros para sí mismo. La búsqueda de su propio interés racional y de su propia felicidad es el más alto propósito moral de su vida.
4. Puesto que no existe tal entidad conocida como el público, ya que el público es meramente una cantidad de individuos, la idea de que el interés público va por encima de los intereses y derechos privados sólo tiene un significado: que los intereses y derechos de algunos individuos tienen prioridad sobre los intereses y derechos de los demás.
5. Los hombres sólo pueden tratar entre sí de dos formas: Armas o lógica. Fuerza o persuasión. Aquellos que saben que no pueden ganar utilizando la lógica, siempre han acabado por recurrir a las armas.
6. Ningún hombre puede tener el derecho de imponer a otro hombre una obligación no escogida, un deber no recompensado o un servicio involuntario.
7. Es fácil ver cómo donde hay sacrificios, alguien los está recogiendo. Donde hay servicio, alguien está siendo servido. El hombre que te habla de sacrificios está hablando de esclavos y amos, e intenta ser el amo.
8. Piedad por el culpable es traición al inocente.
9. Cuando uno observa las pesadillas de desesperados esfuerzos hechos por miles de personas que luchan para huir de los países socializados de Europa, de escapar a través de las alambradas, bajo el fuego de las ametralladoras, uno no puede seguir creyendo que el socialismo, en cualquiera de sus formas, esté motivado por la benevolencia y el deseo de alcanzar el bienestar humano.
10. Si quisiera hablar con vuestro vocabulario, diría que el único mandamiento moral que tiene el hombre es: Pensarás. Pero un ‘mandamiento moral’ es una contradicción en los términos. Lo moral es lo escogido, no lo forzado; lo comprendido, no lo obedecido. Lo moral es lo racional, y la razón no acepta mandamientos.

11. El hombre no puede sobrevivir, salvo mediante su propia mente. Llega desarmado a la Tierra. Su cerebro es su única arma
12. Tener miedo a enfrentarse a un hecho es temer que lo peor es verdad.
13. ¿Qué es la grandeza? Contestaré: Es la capacidad de vivir de acuerdo a los tres valores fundamentales de John Galt: Razón, Propósito y Autoestima.
14. La realidad existe como un absoluto objetivo: los hechos son los hechos, independientemente de los sentimientos, deseos, esperanzas o miedos de los hombres.
15. Nunca te irrites con nadie cuando te diga la verdad.
16. El altruismo es la doctrina que exige que el hombre viva para los demás y coloque a los otros sobre sí mismo.
17. Se nos ha enseñado que el ego es sinónimo de mal y el altruismo el ideal de la virtud. Pero mientras el creador es egoísta e inteligente, el altruista es un imbécil que no piensa, no siente, no juzga, no actúa. Esas son funciones del ego.
18. La fuerza y la mente son opuestos. La moralidad termina donde empieza la pistola.
19. Tan sólo existe una forma de depravación humana: carecer de metas.
20. La racionalidad es el reconocimiento del hecho de que la existencia existe, de que nada puede alterar la verdad, y de que nada puede ser más importante que el acto de percibirla, que se llama pensamiento…
21. A través de los siglos hubo hombres que dieron los primeros pasos por nuevos caminos armados tan solo con su propia visión. Sus objetivos eran diferentes, pero todos tenían esto en común: El paso era el primero, el camino nuevo, la visión original, y la respuesta que recibieron.
22. El argumento de la intimidación es una confesión de impotencia intelectual.
23. Juro por mi vida y por mi amor por ella, que nunca viviré para otro hombre, ni pediré a otro hombre que viva para mí.
24. Si una vida pudiera tener un tema central, y creo que toda vida valerosa lo tiene, el mío sería una religión, una obsesión o una manía, o todo ello expresado en una palabra: individualismo. Nací con esa obsesión y nunca he visto ni conozco hasta el momento una causa más válida, incomprendida, aparentemente desesperada y trágicamente necesitada.
25. La minoría más pequeña del mundo es el individuo. Aquellos que niegan los derechos individuales no pueden pretender además ser defensores de las minorías.
26. Me pregunta usted: Exactamente, ¿por qué no cree usted en Dios? Porque no he encontrado argumento racional que apoye dicha creencia.
27. Aprende a valorarte, lo que significa luchar por tu felicidad.
28. Mantener una juventud que no se marchita es alcanzar al final de la vida la visión con la que empezó.
29. ¿Investigación científica libre? El segundo adjetivo es redundante.
30. Un místico es un hombre que ha rendido su mente en su primer encuentro con las mentes de otros. En algún momento de su lejana infancia, cuando su propia comprensión de la realidad chocó con las afirmaciones de otros, con sus órdenes arbitrarias y demandas contradictorias, cedió ante un miedo tan profundo a la independencia que le hizo renunciar a su facultad racional.
31. ¿Por qué siempre nos enseñan que lo fácil y malvado es hacer lo que queremos y que debemos disciplinarnos para reprimirnos a nosotros mismos? Es la cosa más difícil del mundo: Hacer lo que queremos. Y necesita del más elevado tipo de coraje. Quiero decir, lo que realmente queremos.
32. La necesidad del creador viene antes que la necesidad de cualquier posible beneficiario. Aún así todo, se nos ha enseñado a admirar al que reparte dádivas que no ha producido por encima de aquel que hace posibles las dádivas. Elogiamos un acto de caridad. Nos encogemos de hombros ante el éxito del productor.
33. No puede haber semejante cosa, en las leyes o en la moralidad: Acciones prohibidas a un individuo y permitidas a una muchedumbre.
34. No hay nada que pueda quitar la libertad a un hombre salvo otros hombres. Para ser libre, un hombre debe ser libre de sus hermanos.
35. Cada aspecto de la cultura occidental necesita un nuevo código ético -una ética racional- como condición previa para el renacimiento.
36. Conocer los propios deseos, su significado y sus costes, requiere la más alta virtud humana: Racionalidad.
37. La posibilidad de la inmoralidad humana no es la única objeción a la anarquía: Incluso una sociedad en la cual todos sus miembros fuesen completamente racionales e impecablemente morales, no podría funcionar en una situación de anarquía; Es la necesidad de leyes objetivas y el arbitrio de desacuerdos honestos entre los hombres el que necesita del establecimiento de un gobierno.
38. El hombre es la única especie viviente que tiene el poder de actuar como su propio destructor y es esa la manera en que mayormente ha actuado a través de su historia.
39. Quien lucha por el futuro ya lo vive en el presente.
40. Un inventor es un hombre que pregunta ¿Por qué? al Universo y no permite que nada se interponga entre la respuesta y su mente.
41. Soy una atea intransigente, pero no una atea militante. Esto significa que abogo por la Razón sin compromisos de ningún tipo y que lucho a favor de la Razón, no contra la religión. Debo también mencionar que respeto a la religión en sus aspectos filosóficos, en el sentido en que representa una forma temprana de religión.
42. Para decir: Yo te quiero, uno debe saber primero como pronunciar el Yo.
43. Ningún ser humano tiene el derecho de iniciar el uso de la fuerza contra otro.
44. Miles de años atrás, un gran hombre descubrió cómo hacer fuego. Probablemente fue quemado en la misma estaca que había enseñado a encender a sus hermanos.
45. El arte es una recreación selectiva de la realidad de acuerdo con los valores y juicios metafísicos del artista.
46. Soy romántica en el sentido de que presento al hombre como debería ser. Soy Realista en el sentido de que lo sitúo aquí y ahora, en este mundo.
47. ¿Cuál es el principio básico, el esencial, el crucial, que diferencia libertad de esclavitud?. Es el principio de acción voluntaria frente a la coerción física u obligatoriedad.
48. Una correa es una soga con lazos en ambos extremos.
49. Felicidad es ese estado de consciencia que procede del logro de los propios valores.
50. Las definiciones son las guardianas de la racionalidad, la primera línea de defensa contra el caos de la desintegración mental.
51. Un deseo presupone la posibilidad de la acción necesaria para su logro, Una acción presupone un objetivo digno de ser alcanzado.
52. No considere a los colectivistas como idealistas sinceros pero engañados. La propuesta de esclavizar a algunos hombres por el bien de otros no es un ideal; la brutalidad no es idealista, no importa cuál sea su propósito. Nunca diga que el deseo de hacer bien por la fuerza es un buen motivo. Ni la impetuosidad ni la estupidez son buenos motivos.
53. El capitalismo no es meramente práctico, sino que es el único sistema moral de la historia.
54. Defendemos el Capitalismo porque es el único sistema orientado hacia la vida de un ser racional.
55. Incluso si la contaminación fuese un riesgo para la vida humana, debemos recordar que la vida en la Naturaleza, sin tecnología, es un matadero al por mayor.
56. Es el mercado libre el que hace imposibles los monopolios.
57. Todas las razones que hacen que el inicio de fuerza física sea un mal absoluto, hacen que el uso defensivo de la fuerza sea un imperativo moral. Si una sociedad pacifista renunciase al uso defensivo de la fuerza, quedaría indefensa a merced del primer matón que decidiese ser inmoral.
58. Los Derechos Individuales son los medios de subordinación de la sociedad a la ley moral.
59. El anarquismo, como concepto político, es una ingenua abstracción flotante.
60. No soy primariamente una defensora del capitalismo, sino del egoísmo; y no soy primariamente una defensora del egoísmo, sino de la razón. Si uno reconoce la primacía de la razón y la aplica consistentemente, todo lo demás viene por descontado. Esto, la supremacía de la razón, era, es y será el principal interés de mi trabajo, y la esencia del objetivismo.
61. Veo al novelista como a una combinación de prospector de metales y orfebre. El novelista debe descubrir el potencial, la mina de oro, del alma del hombre, debe extraer el oro y entonces crear una corona tan magnífica como su habilidad y su visión se lo permitan.
62. Precisamente quería prevenirle contra el pecado del perdón.
63. La maldad del mundo se hace posible sólo por la sanción que tú le das.
64. Cuando el dinero deje de ser la herramienta mediante la cual los hombres se relacionan entre sí, los hombres mismos se convertirán en herramientas de otros hombres.
65. El hecho de que una persona pueda mantener contradicciones en su mente no significa que las contradicciones existan en la realidad.
66. Cuando el bien común de una sociedad es considerado como algo aparte y superior al bien individual de sus miembros quiere decir que el bien de algunos hombres tiene prioridad sobre el bien de otros hombres, aquellos consignados en el estatus de animales sacrificados.
67. La justificación moral del capitalismo yace en es el único sistema consonante con la naturaleza racional del hombre, que protege la superviviencia del hombre como hombre y que su principio gobernante es la justicia.
68. Mantener una contradicción en la mente conlleva tarde o temprano a una destrucción, semejante a un choque frontal a alta velocidad.
69. En una sociedad capitalista, todas las relaciones humanas son voluntarias. Los hombres son libres para cooperar o no, para llegar a acuerdos o no, como dicten sus propias convicciones, juicios e intereses individuales.
70. Sea cual sea su futuro, en el amanecer de sus vidas los hombres buscan una noble visión de la naturaleza del hombre y del potencial de la vida.
71. Ningún concepto que el hombre forme es válido a menos que se integre sin contradicción en la suma de su conocimiento.
72. El objetivismo es un sistema integrado de pensamientos, que define principios abstractos en los que el hombre debe pensar y actuar si es que quiere vivir la vida propia de un hombre. El “Objetivismo” es la filosofía para vivir en la tierra.”
Posted (en Facebook): Mayo Von Höltz VIII ®

Precisamente, aquí, voy a subrayar a modo de recordatorio, algunas de las objeciones de Hayek a la función de la razón humana, a partir de la relectura de su capítulo IV de su libro “Los fundamentos de la libertad” (“The Constitution of Liberty“), titulado “Libertad, razón y tradición”, obra publicada en 1959.

En primer lugar, Hayek diferencia dos tradiciones de la libertad, una, la anglicana o anglosajona; la otra, galicana o continental. La primera se basa en una interpretación de la tradición y las instituciones que han crecido de modo espontáneo y que sólo imperfectamente, son comprendidas. La segunda, en cambio, especulativa y racionalista, tiende a la construcción de una utopía que es ensayada en numerosas ocasiones pero sin alcanzar jamás el éxito. La crítica de Hayek a esta última, es muy relevante a la hora de evaluar el alcance de la razón humana y entender el fundamento de cualquier ataque al objetivismo. Tiene una halagadora presunción sobre los poderes ilimitados de la razón humana.

En segundo lugar, son también contrastantes las miradas respecto a la sociedad en uno y otro caso. En el primer ejemplo, hay un desarrollo social orgánico lento y semiconciente, a favor del método de la prueba y el error. En el segundo, el racionalista, se persigue y se trata de conseguir un propósito colectivo absoluto, sobre la base de un deliberado doctrinarismo, en pro de un patrón obligatorio válido para todos.

Cómo es entendida la historia para unos y otros, ayuda a comparar más eficientemente ambas posturas. Para los filósofos de la Ilustración Escocesa, enrolados en la corriente clásica no racionalista, el origen de las instituciones no reposa en planificación o invenciones, sino en la supervivencia de lo que tiene éxito. Como expresamente afirmaba Adam Ferguson, “las naciones tropiezan con instituciones que son producto de la acción humana, pero no la ejecución del designio humano”. En ellos hay un reconocimiento de nuestra inteligencia ordenadora pero en mucho menor cuantía, responsable del orden político de lo que se suele creer.  Sólo un proceso de crecimiento acumulativo donde la razón humana se desarrolla y puede operar con éxito, es deseable frente a otra concepción de la racionalidad como independiente y anteriormente existente, con un conjunto de hombres inteligentes que han inventado a las instituciones y el orden político.

Hay en todo ello, un reconocimiento de la relevancia de la dilatada experiencia. Esta descubre más lo que de buenas a primeras pudiera posiblemente prever el más sabio consejo humano. Por ejemplo, en torno a las leyes instituidas, basta que descubran los defectos, que nos provean alguna certeza y sea razonable su observancia, sin importar si aparece o no, el motivo concreto de su implantación.

Claramente, se fue desarrollando una teoría social demostrativa de que en las relaciones entre hombres y en sus instituciones complejas, metódicas y en sentido definido, encaminadas hacia determinadas miras, podía prosperar lo que se debía poco a un plan, lo que no se inventaba, sino que surgía de las separadas acciones de numerosos individuos que ignoraban lo que estaban haciendo. Un orden social que no es producto de una mente sobrenatural y eminente, sino de la evolución adaptativa.

En términos de la biología, fue ésta -y no al revés- la que, de la mano de Darwin, imitó el comportamiento social -vale la pena aclararlo-. En la evolución social, el factor decisivo no es la selección de las propiedades físicas y hereditarias de los individuos, sino la selección mediante la imitación y el aprendizaje de instrumentos, ideas prácticas y hábitos que tienen éxito.

Aquí observamos la diferencia fundamental entre la concepción racionalista y la evolucionista. Mientras la primera presupone que el hombre originariamente está dotado de atributos morales e intelectuales que le facilitaban la transformación deliberada de la civilización, como por ejemplo, piensa el objetivismo, la evolucionista aclara que la civilización fue el resultado acumulativo costosamente logrado tras ensayos y errores.

Como pensaban los ilustrados escoceses, la estructura artificial de la civilización descansa en los más feroces y primitivos instintos del hombre, pero amansados y controlados por instituciones que él ni había ideado ni controlar.

El problema básico de las teorías racionalistas como el objetivismo, es que presumen la existencia de una cierta propensión del individuo para la acción racional, así como en la natural inteligencia y bondad de dicho individuo. La tradición evolucionista en cambio, al concebir a la persona humana, como indolente, imprevisora y malgastadora, está más en línea con la tradición cristiana de la falibilidad y maldad del hombre.

Si bien Eduardo Marty suele argumentar en sus cuantiosos debates en el Facebook, que el objetivismo distingue convenientemente entre racionalidad y racionalismo, destacando la importancia de la primera en detrimento del segundo, resulta claro que los randianos confían en el instrumento de la razón como si fuera infalible.

En un reciente intercambio con Armando Javier Ribas (el hijo del -nuestro recordado- brillante cubano Armando de Jesús Paulino Ribas),  éste le recordó a Marty cómo a los individuos nos interesa básicamente cultivar la felicidad en un contexto de una vida buena y para ello, no apelamos a abstracciones filosóficas más o menos racionalistas, de cualquier signo ideológico. Ribas (hijo) parece así, acercarse aún más, igual que lo hacía su padre, a la utilidad del sentido común y la experiencia de tradición escocesa del orden social espontáneo, en lugar de la confianza (ingenua) en el uso de la razón, como suelen hacer, casi al límite del dogmatismo, los objetivistas.

Acerca de Marcelo Montes

Doctor y Magister en Relaciones Internacionales. Politólogo. Profesor universitario, área Política Internacional. Analista de la política exterior de la Federación Rusa. Investigador. Columnista de medios de comunicación escrita, radial y televisiva. http://consultoriayanalisisrrii.blogspot.com.ar/ https://twitter.com/marceloomontes
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