DE COMUNIDADES Y PIONEROS

Hace algunas semanas atrás, en ocasión de su última visita a Estados Unidos y Europa Septentrional, que debió interrumpir súbitamente por el ataque de Irán a Israel, Javier Milei se dio el gusto personal de encontrarse -fotos y saludos efusivos mediante- con su admirado, el excéntrico -como él- empresario tecnológico Elon Musk.

Sabemos que para el Presidente argentino, Musk representa al ícono del capitalismo global actual por su supuesta capacidad de innovación permanente. Si el economista checo-austríaco Joseph Schumpeter viviera, para Milei, no habría dudas que elegiría a Musk como el símbolo de “la destrucción creadora” del sistema de libre mercado. 

Lo que no advierte Milei pero sí lo hacía de sobra Adam Smith, el verdadero padre de la criatura ya en el siglo XVIII, que los empresarios jamás pueden endiosarse ni idealizarse. Son apenas seres de carne y hueso, legítimamente ambiciosos pero, como reconoció el propio Alberto Benegas Lynch (hijo) hace 4 años, jamás exentos de buscar prebendas y privilegios que les permitan reinar sin competir con otros. En otras palabras, nunca hubo ni habrá, excepto por poco tiempo -mientras asciendan en el favor del consumidor- empresarios con vocación eterna ni mucho menos amor por el libre mercado. Eso, no es ideológico, sino un dato estructural e histórico, algo que le cuesta mucho reconocer a Milei, que vive en una permanente nube de gases -cuando quiere-. Claro, Musk no es la excepción.

El problema es que Milei, si fuera un liberal coherente -que no lo es- podría mejor reconocerse e identificarse con verdaderos pioneros. No es necesario viajar a Austin (Texas) para conocer alguno. Están presentes en nuestro propio país. A apenas 300 o 400 km de CABA, en la Costa Atlántica, hay varios. Claro, ya no viven, pero están sus descendientes y legados. Los Peralta Ramos, Bunge y Gesell, entre otros, fundaron ciudades o pequeñas localidades a fuerza de enjundia, vocación, compromiso y sobre todo, amor por el país, su belleza y clima, incluso desafiando, vientos, bosques, dunas, etc. La historia de Carlos Idaho Gesell (1891-1979), hijo de Silvio Gesell, un economista de origen germano-belga, fundador de la “Economía Natural”, un libertario más libertario que los actuales que se autoperciben así, admirado por Einstein, Keynes e Irving Fisher entre otras prominentes figuras, que adoraba la naturaleza y soñaba con formar una “comunidad “en el verdadero sentido de la palabra, es fascinante en tal sentido.

Si Milei se dedicara a difundirla en esos ámbitos que pisa muy de vez en cuando, como las escuelas, donde se desmayan sus alumnos -mal nutridos- y él sigue hablando, como si nada, seguramente la famosa “batalla cultural” en la que dice estar empecinado, podría ser mucho más sincera y hasta más productiva si quiere lograr una Argentina más capitalista pero también más igualitaria.

Con tipos como Musk, todo es más acorde con los ritmos de la “sociedad líquida” y por consiguiente, más efímero. Argentina podrá ser Nigeria, subastada al mejor postor, a cambio de ventajas culposas que cederemos para que vengan estos nuevos “piratas del siglo XXI” a cambio de nada -para nosotros- y todo -para ellos-, pero jamás Irlanda, como proclama desear Milei.

Si rindiéramos tributo a los pioneros nacionales, a quienes se quedaron y están enterrados aquí, probablemente, habría no sólo sensación de legado, sino de vigencia de un espíritu genuinamente nacional, que motivara a las generaciones venideras a quedarse y levantar nuestro querido país, sobre pilares mucho más sólidos. Además, claro está, de proyectar la construcción de sociedades más cohesionadas, más armónicas y con la serenidad necesarias y suficientes destinadas a lograr un futuro venturoso como nos merecemos los argentinos. Como las que soñaba Don Carlos Gesell.

POR QUE EL SEGUNDO NOMBRE DE CARLOS GESELL?

MI LUGAR (ARGENTINO) EN EL MUNDO

Así como tengo una canción que me representa cabalmente, tengo mi lugar ARGENTINO en este mundo. Cariló, al ladito de Ostende y Valeria del Mar, con esos bosques singulares, muy cerca del mar.

Ese mix me fascina, mucho más incluso que la conjunción de la montaña y el mar, como suele haber en algunos lugares de Chile, Brasil (con sus sierras o morros) y el Mar Mediterráneo. Sólo el Báltico ruso con sus dunas y bosques, incluyendo animales salvajes, puede ofrecerme un paisaje a lo Cariló.

Cada vez que puedo, me escapo a esas bellezas y el fin del verano en el Hemisferio Sur, me ofrecía tal posibilidad: no la desaproveché. Desde que en 1974, mi curioso y aventurero padre nos hiciera conocer a toda la familia, la belleza de aquellos médanos, cuando Pinamar era virgen y no por lo tanto, carecía de la urbanización actual, con una frecuencia de diez años, generalmente en pareja, voy allí y me quedo algunos días. Lo suficiente como para volver a la rutina laboral, con la mayor energía.

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RECORRIENDO EL PERU DEL DAKAR 2019

Desde que hace más de un lustro conocí Perú, no me canso de disfrutarlo cuando lo recorro. Su gran geografía, variada, diversa, contrastante, sobre la que ya escribí en otras ocasiones en este sitio, no dejan de deslumbrar o conmover al visitante ocasional. Como los corredores de esta última edición de la famosa competencia Rally Dakar, que se disputa todos los años en enero, ya en Sudamérica, debido a la profunda inestabilidad política que sufre África, su continente original, seguramente lo han vivenciado en estas últimas semanas. Han conocido las dunas interminables, las tierras secas cuasi lunares del país, sus sierras, sus costas allende el Océano Pacífico, con playas vírgenes, sólo tocadas por la naturaleza.

Independientemente de los comentarios que puedan hacerse por la organización exclusiva de semejante evento de envergadura mundial, a cargo del país incaico y si estuvo o no a su altura, incluso los debates sempiternos en las redes sociales, entre chilenos y peruanos burlándose mutuamente de la capacidad deportiva y hasta cultural de ambos países “hermanos” -separados de modo trágico desde el siglo XIX por la Guerra del Pacífico-, está claro que holandeses, rusos, españoles, checos, polacos, australianos, franceses, británicos, bielorrusos y todos aquellos otros extranjeros que compitieron en el Dakar, se llevarán un recuerdo imborrable de este Perú 2019.

Es que detrás de la innumerable cantidad de sentimientos que aquellos audaces corredores experimentaron a lo largo de dos semanas, ya sea, alegría, ansiedad, frustración, desazón, desesperanza, desencanto, tensión, etc., había un paisaje apropiado, listo para cobijar tales emociones. En su rica fisonomía, a pesar de que el Dakar sólo recorrió un cuarto de la misma, Perú ofrece un suelo y una naturaleza agreste, salvaje, hostil para la vida humana: así la vivimos en carne propia en cada uno de nuestros viajes inolvidables.

En estos videos, podrán apreciar parte de esa belleza. Tales imágenes nos ahorrarán las palabras.