“EL ULTIMO DE LOS MOHICANOS”

Siempre me fascinaron los procesos sociales que se resisten morir ante el avance de aquellos que se aproximan para instalarse. La novela de James Fenimore Cooper, no retrata precisamente, “un choque de civilizaciones” a lo Huntington, sino más bien, lo contrario. Esboza la posibilidad de cercanías o semejanzas entre indios, mestizos y blancos, ya sea colonos americanos como oficiales y soldados británicos y franceses. El contexto o ambiente del libro, es la guerra de los Siete Años (1756-1763), entre la victoriosa Inglaterra y la derrotada Francia en Europa, trasladada al continente americano, donde ambas potencias peleaban por la posesión de Canadá y la región de los Grandes Lagos en el territorio septentrional de la actual Estados Unidos.

Los protagonistas de esta historia de 1757, son el riflero mestizo “Ojo de Halcón” (Hawkeye) o “Carabina Larga” y sus amigos, los indios mohicanos Chingachgook y su hijo Uncás, que se enredan sin desearlo en las batallas, del lado de colonos, delaware (o “mingos”) e ingleses, dirigidos por el Teniente Coronel George Munro, cuyas hijas Alicia y Cora, se enamoran de los dos primeros, a pesar de que Alicia está semicomprometida con el oficial “casaca roja”, el Mayor Heyward. En la vereda opuesta, están los franceses del caballero honorable Mayor Louis Joseph Marqués de Montcalm y sus indios aliados, los hurones, que comerciaban su lealtad a cambio de negocios con los blancos. El personaje principal de este flanco militar, es el pérfido y sanguinario indio, Magua, el guía y jefe de los hurones.

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EL PROYECTO SOLAR IMPULSE ES UNA REALIDAD

Estamos en tiempos de Donald Trump Presidente y seguramente, esta era marcará cierto traspié para quienes piensan en términos de calentamiento global y la necesidad de nuevas energías renovables, pero aún así, habría que recordar los avances ya dados en la materia, a lo largo de estos últimos años. Por ejemplo, el Proyecto Solar Impulse, nacido en Suiza en el año 2004.

El año pasado, los pilotos Bertrand Piccard y André Borschberg fueron los encargados de volar un avión propulsado sólo con energía solar fotovoltaica, sin gastar una gota de combustible, durante 17 meses, deteniéndose en 17 ciudades, circunnavegando así el globo terráqueo. Piccard y Borschberg se turnaron para pilotear la nave, que alcanzó su última parada en Abu Dhabi, desde donde habían partido en marzo de 2015. El poder del sol les permitió recorrer aproximadamente 43.000 kilómetros. Su aterrizaje final, el lunes 26 de julio de 2016, sucedió un día después del cumpleaños de Amelia Earhart, la primera mujer que voló sóla a través del Atlántico en 1932.

Según National Geographic, el trayecto más largo que recorrió Solar Impulse fue de 8.924 kilómetros, desde Nagoya, Japón, hasta Hawaii, Estados Unidos, y duró 118 horas. Este trayecto le dio al citado piloto Borschberg, el récord mundial del vuelo ininterrumpido en solitario más largo.

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YURI GAGARIN

Yuri Aleksieyievich Gagarin (Юрий Алексеевич Гагарин), nacido el 9 de marzo de 1934, en la región de Smolensk (hoy Rusia), fue un cosmonauta soviético, que se convirtió en el primer ser humano en viajar al espacio exterior. A esta proeza, la logró el 12 de abril de 1961, a través de la nave espacial Vostok.

Busto de Gagarin, en el Museo Cosmonáutico de Moscú.

Desde ella, pronunció sus célebres palabras: “Pobladores del mundo, salvaguardemos esta belleza, no la destruyamos”, adelantándose más de dos décadas, a las iniciativas pacifistas del reformador soviético, Mikhail Gorbachov.

Siete años después de su hazaña y tras haber sido reconocido y honrado por la URSS -y también fuera de ella-, murió en un accidente de aviación a bordo de MiG-15, aparentemente por un error humano, pero de otro piloto. En efecto, éste, que hoy cuenta con más de 80 años de edad, pero cuyo nombre se desconoce,  tras haberse desclasificado los documentos oficiales del ex Imperio soviético y según la cadena RT en 2013, tripulaba un Sukhoi Su-15, que se elevó a mucho menos metros de altura de lo normal, provocando una onda de choque supersónica que afectó al avión de Gagarin y su copiloto, haciendo que se estrellasen.

Gagarin está enterrado en la necrópolis de la Muralla del Kremlin en Moscú.

Музей космонавтики

A pesar de que eran tiempos de Guerra Fría, así lo reconocieron sus colegas de Estados Unidos.

LA LLEGADA DEL HOMBRE A LA LUNA

Tras despegar un 16 de julio de 1969, de la Tierra, desde Cabo Cañaveral (Houston, Estados Unidos), la nave espacial norteamericana Apolo XI, llegó a la Luna, cuatro días después. Neil Armstrong, Edward “Buzz” Aldrin -ambos pisaron su superficie- y  Michael Collins eran los tripulantes en aquel viaje histórico. Contrariamente a lo que se cree, el hito se retransmitió a través de un Observatorio cercano a Canberra (Australia) y no desde una base de Estados Unidos. Con cinco años de edad, yo era una de las 600 millones de personas que vimos el evento por TV.

El 24 de julio, se produjo el amerizaje de los tres pilotos en las aguas del Océano Pacífico, a 1.500 km de las Islas Hawaii, siendo recibidos por el entonces Presidente Richard Nixon.

No pertenecí a las generaciones como las de mis padres y abuelos, que vivieron dos Guerras Mundiales, la Crisis del ’30, las guerra de Corea y Vietnam, gran número de golpes militares, la Revolución Cubana, etc. pero yo, sin saberlo, sería testigo privilegiado de este hecho único en la historia civilizatoria, que encabezaría la secuencia de muchos otros, más inclinados a la paz y la cooperación global, que al conflicto.