LA PRISION DE LOS REYES

Europa, siglo XVIII, sí, el mismo llamado de “la Ilustración” o de “las Luces”, en el cual, se suponía, sobre todo, a partir de la Revolución Francesa, la razón humana se impondría sobre la religión y la superchería. A la luz del siglo XXI en el que vivimos, se supone que hemos involucionado un poco, no?, sobre todo, para los neohegelianos que piensan la vida y el mundo en términos teleológicos.

Vuelvo al contexto. Aquel fue el primer siglo de la historia de la humanidad, en el que comenzaba a ser incómodo nacer y mantenerse como rey. Tras la Revolución Inglesa instaurando la especial “república” (o dictadura parlamentaria) de Oliver Cromwell (1599-1658) y la Gloriosa Revolución de 1688 que depositó en el trono británico, a un príncipe holandés (Guillermo de Orange, luego Guillermo III) y su esposa María (luego María II), lenta pero inexorablemente, empezaría a prevalecer el axioma de “el rey reina pero no gobierna”. Una verdadera crisis de identidad sobrevolaría las cortes europeas, empezando por la propia inglesa.

No en vano, tres historias, recogidas por el cine, ilustrarían las enfermedades, los pesares, las depresiones y hasta las desventuras y/o desdichas de tres monarcas: la inglesa Ana (la primera como tal de la Gran Bretaña unificada), el inglés Jorge III y el danés Cristián VII.

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EL ENORME COSTO QUE PAGA UN GENIO: “BOBBY” FISCHER

De repente, en 1975, sin perder, le cedió el cetro al joven maestro soviético Anatoli Karpov (luego, ganador en 160 juegos en una década), fue detenido por la policía por vagabundear en Pasadena (California), se aisló durante años y tras reaparecer en los noventa, en la ex Yugoslavia, por desafiar las sanciones occidentales, del mismo gobierno que antes lo apañó como su “niño mimado” contra el comunismo soviético y ahora lo castigaba, terminó asilándose en Islandia, donde murió a los 64 años de edad en 2008, en la más absoluta soledad y abandono. Ese fue el último tramo de la vida, no de un perdedor, sino el de un exitoso ganador y campeonísimo del ajedrez mundial, entre 1972 y 1975, Robert Thomas “Bobby” Fischer. La parte que no describe la película “La jugada maestra” -en inglés “Pawn Sacrifice”-, estrenada en 2014, protagonizada por Tobey Maguire (el mismo de “El hombre araña”), en el papel del deportista estadounidense y Liev Schreiber, el actor judío americano que habla perfecto ruso, encarnando a Boris Spassky, el ajedrecista con quien rivalizaba Fischer, entre otros.

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