BRASIL: UNA GRANDEZA CON PIES DE BARRO (PARTE II)

Sao Paulo, la capital de América Latina. Rival de Rio de Janeiro en la propia Brasil. Claro, esa puja histórica entre paulistas y cariocas intentó ser resuelta con la creación de la artificial Brasilia, la nueva capital del país, erigida en 1960, gracias al arquitecto Oscar Niemeyer.

Sao Paulo es el centro productivo, corporativo, industrial, comercial y hasta financiero de Brasil: allí se encuentra la todopoderosa FIESP, el lobby desarrollista más importante del país y por qué no del MERCOSUR, el mismo que envidiaría cualquier industrialista argentino.

También es la capital del Estado del mismo nombre, hoy gobernado por el médico Geraldo Alckmin y como Municipio, es administrado por Joao Doria Junior, una especie de “zar de los medios” -a lo Marcelo Tinelli-, aunque con un componente empresarial y hasta católico practicante, de los que el conductor y showman argentino carece. Doria fue el presentador de un programa televisivo “reality”, “O Aprendiz”, de formato muy parecido al que popularizara el actual Presidente de Estados Unidos, el populista Donald Trump, cuando alternaba en los grandes medios norteamericanos.

Precisamente, Alckmin y Doria, pertenecen al PSDB, gran partido tradicional brasileño, más bien centro-derechista, que ayuda a formar gobierno a las sucesivas coaliciones, incluyendo el PT de Lula y Dilma Rousseff y que hoy sigue sosteniendo a pesar de la ola anticorrupción que lo envuelve y las protestas que pretenden hacerlo caer, a Michel Temer, el Presidente sin dudas, más impopular de la historia democrática del país, desde 1985.

Los números de Sao Paulo, ciudad fundada en 1554, por dos curas jesuitas, Manuel Da Nóbrega y José de Anchieta, realmente conmueven. Es la séptima ciudad más poblada del mundo, con 12 millones de habitantes y el octavo mayor aglomerado urbano del mundo, porque sobrepasa, con las ciudades de sus alrededores, los 21 millones de habitantes. Además, es el 11 % de todo el PBI brasileño y es el décimo mayor PBI del mundo.

Claro, aquí es donde nuevamente se destaca la grandiosidad de Sao Paulo, en parte, asentada sobre bases frágiles. Todo este poder económico y político descrito, sirve para consolidar una Brasil proteccionista que se niega a abrir su economía como lo hizo Chile ya en los setenta y ochenta. Podría decirse que si Santiago es la capital latinoamericana de la economía abierta globalizada, sitial al que pueden aspirar en el futuro cercano, Lima y Bogotá, Sao Paulo es la capital latinoamericana del mercadointernismo en su más vívida expresión.

Edificios y más edificios altos, de las décadas del setenta y ochenta, la época del famoso “milagro brasileño”, el de los economistas liberales Roberto de Oliveira Campos y Antonio Delfim Netto, que no fue. En realidad, Sao Paulo concentra los edificios más altos de todo Brasil, como las Torres Mirante do Vale (170 metros de altura), Itália (165), Altino Arantes (161) y Jabuticabeiras (158), entre otras.

Vitalidad, movimiento, ruido, aunque mucho menor al de Buenos Aires.

Hay cemento pero también verde. En términos culturales, Sao Paulo es la urbe lusófona más grande del mundo, superando a la capital portuguesa, Lisboa, pero posee un gran mix étnico y religioso, el más importante de Brasil, debido a la gran inmigración de italianos, árabes y libaneses recibida a fines del siglo XIX, con el boom del café por ejemplo, en Campinas. Merced a esa gran influencia italiana, Sao Paulo cuenta con una red amplísima de pizzerías a lo largo y ancho de su vasta superficie.

El transporte público es moderno, confortable y limpio. Sin ninguna necesidad de Metrobus ni ninguna otra alternativa sin mayor sentido. Sao Paulo cuenta con la tercera flota de taxis más grande de América Latina (unos 6 millones de vehículos) y la mayor flota de helicópteros del mundo por lo que, su infraestructura de helipuertos supera por ejemplo, a la de Nueva York.

Igual que en otro de los BRICS, Rusia, los gatos también se lucen en la vidrieras paulistas.

La noche sobre la majestuosa y tradicional Avenida Paulista adquiere un significado especial. Allí se ve la pujante clase media brasileña comiendo y bebiendo en bares y restaurantes, ya más relajados, además de los emblemáticos edificios y casas antiguas de los otrora “barones del azúcar”, en referencia especial a la oligarquía de los ingenios azucareros del período colonial en el siglo XIX, los mismos de los que el ya citado alcalde Joao Doria desciende.

Obviamente, estamos en una de las capitales del deporte mundial, tanto a nivel futbolístico como automovilístico.

En Sao Paulo, residen las sedes de tres grandes clubes de futebol en Brasil, que son Sao Paulo, Corinthians y Palmeiras, cada uno con su respectivo Estadio gigantesco: Morumbí, Pacaembú y Allianz Parque. Aquí se jugó el Mundial de Fútbol en 2014 pero también en 1950.

Asimismo, se corre una de las últimas carreras del calendario anual del Mundial de F1, en el Circuito denominado en honor al malogrado piloto brasileño José Carlos Pace, en Interlagos. Hablando de desafortunados pilotos de F1, claro, en Sao Paulo nació en 1960, el gran “Mágico” Ayrton Senna Da Silva, enterrado en el cementerio de Morumbí, desde su accidente en Italia, el 1 de mayo de 1994. Ayrton es considerado desde el año 2000, como el Héroe Nacional de Brasil, según una encuesta conocida ese año. Son también paulistas, otros destacados ex corredores, como el gran campeón Emerson Fittipaldi y los menos consagrados Rubens Barrichello, Felipe Massa y Helio Castroneves.

Aquí me despido de esta megalópolis latinoamericana y mundial, que superó ampliamente mis expectativas iniciales. Su clima es templado, por lo que pueden visitarla a lo largo del año, aunque debo confesarles que el enero que nos tocó este 2017, fue tremendamente húmedo.

 

Acerca de Marcelo Montes

Doctor y Magister en Relaciones Internacionales. Politólogo. Profesor universitario, área Política Internacional. Analista de la política exterior de la Federación Rusa. Investigador. Columnista de medios de comunicación escrita, radial y televisiva. http://consultoriayanalisisrrii.blogspot.com.ar/ https://twitter.com/marceloomontes
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