ISABEL II: CUANDO LLEGO EL FINAL

Fueron 70 largos años de un total de 96, para una mujer que fue educada para tomar las riendas simbólicas de un país que acababa de dejar de ser Imperio, bajo su reinado. Su polémica figura, liderando una familia bastante escandalosa, adquiere mayor relevancia institucional por los tiempos que le tocó vivir, aunque sólo será recordada como popular sólo por los británicos. Probablemente, los tiempos que vendrán para la monarquía que tanto se esmeró en proteger como para su país, serán por qué no, convulsivos. Para que no lo sean, dependerán del temple y sabiduría de su hijo y sus nietos, sí, los mismos que conservan en grado diferente, la rebeldía de su ex nuera, Lady Diana Spencer, la Princesa de Gales, la “Reina de Corazones”.

MI BREVE SEMBLANZA EN RT (1 hora 44 a 1 hora 49)

LADY DI, “LA PRINCESA DEL PUEBLO”, 20 AÑOS DESPUES

El 31 de agosto de 1997, Lady Diana Spencer, Princesa de Gales y aspirante al trono británico, merced a su unión matrimonial con apenas 19 años de edad, con el Príncipe Carlos (12 años mayor que ella) de la Familia Windsor en una celebrada ceremonia en 1981, fallecía a causa de un aún misterioso accidente automovilístico en un túnel de París (Francia), junto a su reciente novio, el multimillonario egipcio Dodi Al-Fayed, tras una intensa persecución de “paparazzis” en motos.

La “Reina de Corazones”, una plebeya londinense, una simple maestra de escuela había captado el interés del mujeriego solterón Charles en 1977 y dos años más tarde, noviarían hasta el mencionado casamiento a plena pompa. Pronto, conquistaría el favor popular de los británicos, como ningún miembro de la familia real lo hacía desde tiempos inmemoriales, con la expectativa de que su llegada al trono tarde o temprano, implicaría una fenomenal renovación de la institución milenaria. Pero tanto el recelo de su nueva familia como su relación con el propio Carlos, al poco tiempo, empañada hasta su destrucción, por su relación histórica paralela (desde 1970) con Camilla Parker-Bowles, obstaculizarían esos planes.

Con el nacimiento de sus dos hijos, William (en 1982) y Harry (en 1984) y el transcurso de los años, Diana se las ingenió para esquivar semejante peso vivencial, un verdadero calvario palaciego, incluyendo el acoso sensasionalista de la prensa inglesa, la denuncia de sucesivos amantes, bulimia nerviosa, intentos de suicidios y la propia separación de facto, ya al sexto año, de Carlos. Desarrolló su propio perfil principesco, se dedicó a cultivar una diplomacia cultural -conocida fue su lucha contra las minas antipersonales en todo el mundo-, fue aclamada por toda la comunidad de ex colonias británicas y logró una fuerte penetración mediática que en no pocas ocasiones, rivalizó y hasta opacó a la de todos los Windsor, incluyendo a su suegra, la legendaria Reina Isabel II.

Continúe leyendo