RECORRIENDO EL PERU EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI

Conocí Lima en noviembre de 2013 y volví a recorrerla junto al sur peruano, en el verano de 2016. En ambas ocasiones, me sorprendió gratamente el grado de avance económico y social que logró el país, con una trayectoria que si bien, salvando las distancias, es diferente a la de otrora enemigo, Chile, intentó imitar la consecución de sus pilares básicos y algunos de sus resultados.

En efecto, la sociedad peruana, también pragmática, a su manera, demostró una vez que le encantan los escritores y la literatura, pero no los vota. En 1990, una vez que se había iniciado la transición democrático-capitalista chilena, tras su exitosa embestida contra la nacionalización bancaria emprendida por el entonces Presidente Alan García –casado con una cordobesa de apellido Cafferata Norés- del antiimperialista partido APRA, el célebre Mario Vargas Llosa pasó a liderar el Movimiento FREDEMO y encabezaba las encuestas presidenciales, contra los partidos tradicionales. Ganó la primera vuelta donde terminó enfrentando a otro “outsider” sorpresivo, el ingeniero rural, el japonés “Chino” Fujimori, quien en un increíble e inexplicable giro del destino, le terminó arrebatando la Presidencia al escritor. Así como hay un Chile, antes y después de Pinochet, aunque hoy ya esa figura cobra enorme lejanía, ese hecho del resultado de los comicios presidenciales de 1990 en Perú, marcó a fuego la historia política del país “hermano” de los últimos 26 años.

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