ADELE, OTRA VEZ AL RUEDO

Hace unas 3 o 4 décadas, una separación (y mudanza) era una especie de velorio personal -adulto- y así lo reflejaba ABBA por ejemplo, en “One of Us” o “The Winner takes it all”.
Hoy -o ayer- esta cantante británica -americanizada-, de excelente voz, pero letras no tan convincentes, refleja el hecho en términos de lamento y fragilidad cuasi adolescente.
Pero me pregunto, a los 33 años se sigue considerando una niña? Como suele afirmar Clint Eastwood, cabe hablar de una “generación de cristal”?
En fin, estamos presenciando cambios generacionales de gran magnitud y formas de ver la vida, muy singulares.

O seré yo el ingenuo y existen más de 170 millones de razones “verdes” para actuar y expresarlo de esa forma artística?