LA PRINCESA INDIA “CIVILIZADA”

Los actuales son tiempos de xenofobia y de rechazo a otras identidades que no sean las nuestras, aunque paradójicamente, estemos en medio de un proceso globalizador de magnitud. Sin embargo, que se encuentren dos personas de sendos mundos absolutamente diferentes, puedan entenderse y hasta enamorarse, es aún posible. Lo era también hace cuatro siglos atrás y sin mediar Internet, smartphones ni aviones.

La historia de Pocahontas, la princesa india, llevada al cine por Walt Disney y que no marcó mi infancia pero sí la de mi hija mayor, demuestra lo descrito. En efecto, ella falleció hace exactamente 400 años, en alta mar, cuando volvía de Inglaterra, culminando así, una vida, que no fue feliz, como solían mostrar los protagonistas de los cuentos de hadas.

 

Nacida en 1595, en el seno de la tribu tsenacommacah, perteneciente a la confederación algonquina, su verdadero nombre era Matoaka, que significa en su idioma tribal, “divertida o traviesa”. Su padre era el jefe de la tribu, Powhatan, en el contexto de unas 15.000 almas paganas, que vivían “felices”, gracias al maíz y el tabaco.

En abril de 1607, conoció a un colono inglés -instalado en la ciudad de Jamestown-, el capitán John Smith, a quien aparentemente la niña india, salvó la vida, cuando estaba por ser condenado a muerte por los miembros de su tribu. Más allá de este evento particular, cuya verdadera naturaleza, aún hoy, es materia de controversia, Smith trascendió enormemente y hasta la historia de Disney, recrea una novela de amor con la princesa india, que estuvo lejos de plasmarse en la realidad.

Es cierto que Smith volvió a Inglaterra, para reponerse de una herida de pólvora, mientras indios y colonos empezaron a intercambiar bienes y convivir en una cierta armonía en ese rincón de lo que hoy sería el Estado de Virginia. Es fácil deducir que los ingleses le mintieron a la india respecto al capitán, diciéndole que había muerto en la travesía, con el fin de que lo olvide, considerando la enorme diferencia de edad.

En marzo de 1613, Pocahontas se trasladó a una tribu cercana, que pactó con los powhatan pero fue raptada por una nuevo grupo de inmigrantes ingleses. En Chesterfield, mientras esperaba ser intercambiada por los rehenes de su tribu, fue socializada en el trato con los blancos y evangelizada, aprendió el idioma inglés y recibió su nuevo nombre de Rebecca. Rechazando el regreso a su tribu por la escasa valoración de su padre, permaneció con los blancos y entabló relación con un viudo mucho mayor que ella, John Rolfe, quien se dedicaba a cultivar tabaco de buena calidad. Pronto y a posteriori de la autorización del gobernador a Rolfe para que se case con una ex pagana (ya casada con un indio a sus 15 años), contrajeron matrimonio, el 5 de abril de 1614. El 30 de enero de 1615, nacería el hijo de Lady Rebecca y John Rolfe, llamado Thomas.

Como la colonia no lograba atraer más mano de obra ni apoyo financiero por parte de la metrópoli, otra vez Pocahontas sería “usada” como moneda de cambio. En esta ocasión, la harían viajar junto con su marido e hijo, hacia Londres, con el objeto de ser “exhibida” en la corte de Jacobo I y la reina consorte Ana, para demostrarle a los anglosajones, que “los indios podían vivir pacíficamente y hasta ser domesticados”. Era el “mito del buen salvaje”, en pleno siglo XVII.

Se dice que tras la ostentosa y publicitada visita al Palacio de Whitehall, Pocahontas volvió a ver a John Smith en las calles de Londres.

Sin embargo, ella no podría volver a ver a su tierra natal, porque en el viaje de regreso, y producto tal vez de sufrir las consecuencias del contacto con la civilización blanca (y sus bacterias y microbios), contrajo una extraña fiebre (producto de tuberculosis, viruela o simplemente neumonía) y falleció el 21 de marzo de 1617 en el propio barco, con apenas 22 años de edad.

Está enterrada en la parroquia de Saint George, en Gravesend (Kent). Smith murió 14 años más tarde que ella.

Com puede verse, una historia nada parecida a la que nos entregó el cine, ya sea en las dos películas animadas de Disney, “Pocahontas” (1995) y su secuela de 1998, como “El nuevo mundo” (2005), dirigida por Terence Malik.

 

Mientras tanto, Thomas Rolfe fue educado en Inglaterra y volvió a las colonias en 1640, siendo uno de sus emprendedores más exitosos, convirtiéndose en un agricultor de tabaco que amasó una gran fortuna.

Acerca de Marcelo Montes

Doctor y Magister en Relaciones Internacionales. Politólogo. Profesor universitario, área Política Internacional. Analista de la política exterior de la Federación Rusa. Investigador. Columnista de medios de comunicación escrita, radial y televisiva. http://consultoriayanalisisrrii.blogspot.com.ar/ https://twitter.com/marceloomontes
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