LA HISTORIA BRITANICA A TRAVES DEL CINE

A lo largo de mis clases en Sistemas Políticos Comparados, cuando expongo el caso británico y su tan singular evolución histórica, suelo aburrir a mis alumnos, con enorme cantidad de menciones de películas y series europeas y norteamericanas, que se han detenido en diferentes episodios de aquélla. En tiempos de “Brexit” y de eventuales divorcios, respecto a Europa y Escocia misma, bien vale recordar cómo el cine a lo largo de décadas, ha expuesto esa variada historia.

Por ejemplo, si alguno de Ustedes, quiere conocer los orígenes de la Britania, esa isla poblada por tribus del norte de Europa, como los celtas, sajones y normandos, sometidos al dominio del Imperio Romano, pueden ver “La última legión”, con los actores ingleses Colin Firth y Ben Kingsley. La película trata sobre el ocaso del reinado de Rómulo Augústulo, cuando precisamente fueron los pobladores de las islas, los que devenidos en soldados del Imperio Romano decadente, intentaron resistir en inferioridad de condiciones, los embates de los bárbaros. Tal vez, los británicos hayan heredado esos genes guerreros de los romanos y mezclándolos con los de sus invasores, lograron forjar ese temple y capacidad de resistencia original, que han mostrado a lo largo de siglos.

Tanto “Rey Arturo”, en su versión más moderna, con Clive Owen, como “Los Caballeros de la Tabla Redonda”, en su versión más antigua, con Rod Taylor y Ava Gardner, son otras menciones ineludibles a la hora de planear sobre la historia británica, en sus inicios, sobre todo, describiendo al legendario rey y su grupo de nobles leales. “Ivanhoe” y “Robin Hood” son también films obligados, retratando en estos casos, las historias de otros nobles, ya sea en su versión de caballero guerrero -en el primer ejemplo- o de ladrón justiciero -en el segundo-, en tiempos de Cruzadas heroicas y reyes contrastantes como los hermanos Plantagenet, Ricardo Corazón de León y Juan Sin Tierra.

Una película como “Corazón Valiente”, con Mel Gibson, describe la historia de otra brava nación, como la escocesa, también habitante del norte de las islas, pero en permanente colisión o dificultosa convivencia con los ingleses.

Ya pasando la romántica Edad Media, llegamos a la Edad Moderna, en donde Inglaterra, sobre todo, pasaría a sobresalir, trascendiendo sus fronteras. “Los Tudor”, con el irlandés Jonathan Rhys Meyers,  es una serie muy interesante que retrata los tiempos del Rey Enrique VIII, aquel déspota que se esposó varias veces con mujeres a las que luego, condenó a muerte. Una de ellas, la segunda (Ana), es el centro de atención de la película “La otra Bolena”. “Thomas More” describe la vida de Santo Tomás Moro, amigo, confesor y ministro de Enrique VIII, que pierde su vida, condenado por aquél, por haberse negado a aprobar su divorcio y posterior disputa con el Papado. Finalmente, las dos “Elizabeth”, con Cate Blanchett, recorren tanto en su versión más doméstica, como en la de política exterior (la guerra con la España del ultracatólico rey Felipe II y la derrota de la Armada Invencible), la vida de la Reina Isabel I, consagrada por entero a la supervivencia y desarrollo posterior de su Estado.

Tanto “El libertino”, con Johnny Depp, como la más vieja, “Cromwell” con el irlandés Richard Harris como protagonista, son dos filmes que describen la vida de la Inglaterra del siglo XVII, donde reinan los Jacobo y los Carlos Estuardo, déspotas que tratan de imponer su credo religioso oficial y por ello, encuentran una feroz resistencia en el Parlamento, en el que hallan representación no sólo los nobles sino algunos burgueses o sectores de clase media que empezaban a alcanzar notoriedad pública. El tema de las libertades civiles empieza a cobrar lenta pero vigorosa presencia en el debate político inglés de la época.

Para aquellos interesados en el rico siglo XVIII, tanto “La duquesa” con Keira Knightley, como “La última locura del Rey Jorge”, son buenos filmes sobre temáticas generales abordadas desde las vidas privadas de una noble inglesa y un rey muy famoso, respectivamente. En la primera película, en tiempos donde a la mujer le estaba vedada toda posibilidad de actividad política, Georgiana Cavendish, la Duquesa de Devonshire, debe afrontar la vida bígama de su esposo, aunque para esquivarla, elige el camino de la militancia política. En el segundo, se puede observar aún en un rey que fue el primero de su familia alemana en usar el inglés como lengua materna y apenas reinaba y nada gobernaba,  cómo la pérdida de las colonias americanas del norte, hicieron mella en su cuerpo, provocándole una extraña enfermedad como la porfiria, hasta que logró superarla a duras penas.

Otro film digno de destacare es, “Barry Lyndon”, película de Stanley Kubrick, basada en un libro de William M. Thackeray, estrenada en los años setenta, narrando las aventuras de un irlandés mujeriego, que se enlista como soldado del ejército británico y pelea en los campos de batalla europeos durante la Guerra de los Siete Años.

Un párrafo especial merece la película “Himno a la libertad” (“Amazing Grace”), protagonizada por el actor galés Ioan Gruffudd, acompañado entre otros, por Michael Gambon, Ciaran Hinds, Toby Jones y Benedict Cumberbacht, que aborda la biografía de una figura política egregia del parlamentarismo inglés de fines del siglo XVIII y primeras tres décadas del XIX, William Wilberforce. Este miembro de la Cámara de los Comunes, amigo del Premier más joven de la historia británica, William Pitt, dedicó buena parte de su vida política, a la abolición legal del comercio de esclavos y otras causas nobles que reformaron para siempre, el sistema político de las Islas, como la educación gratuita, el mejoramiento de las prisiones y la prevención del maltrato a los animales.

“Waterloo”, describiendo la gran batalla de junio de 1815, sobre suelo belga, en la que se definió la historia de Europa en el siglo XIX, en la que ingleses, holandeses y prusianos bajo el mando del Duque de Wellington doblegaron a las francesas del Emperador Napoléon Bonaparte.

Volviendo a las eternas luchas entre escoceses e ingleses, tanto “Rob Roy”, con el irlandés Liam Neeson, la norteamericana Jessica Lange y el inglés Tim Roth, como “Bonnie Prince Charlie”, que data de los años sesenta al igual que “Secuestrado”, basada en la novela de Robert Louis Stevenson, con un ascendente actor por aquel tiempo, Michael Caine,  son películas recomendables.

En el siglo XIX, ya en la era postnapoleónica,“El hermoso Blummel”, con Stewart Granger, describiendo las andanzas del noble mujeriego del mismo nombre, cuya amistad con el voluminoso Rey Jorge IV, es bien recordada, considerando su estilo vanguardista en la moda de la corte imperial. Con el mismo actor, Granger, se grabó “El patriota”, ambientada en 1815, en tiempos de los primeros graves conflictos entre los ingleses y los irlandeses católicos.

Sobre ese último tema, otra vez Liam Neeson, protagonizaría un film revelador de tales luchas: “El precio de la libertad”, aunque ya en las primeras décadas del siglo XX, cuando Irlanda del Sur (Eire) logra su ansiada independencia.

“La joven Victoria”, con Emily Blunt, describe la vida sentimental de la Reina Victoria y su esposo Alberto, quien murió a temprana edad y dejó viuda a la joven monarca, también consagrada al engrandecimiento de su Estado, como Isabel I.

Los años de la Segunda Guerra Mundial, tan especiales para los británicos por el efecto dramático y desgarrador de las bombas voladoras V2, enviadas por los nazis, a suelo de las Islas, para minar la voluntad de sus habitantes, serían bien abordadas por “Operación Crossbow”, en 1965, con actores de la talla de George Peppard, Trevor Howard, Jeremy Kemp, Tom Courtenay y Anthony Quayle. Sin embargo, el gran héroe político de la guerra, como Winston Churchill, sería tratado por el cine en años recientes: en 2009, con el film “Churchill at war”, con Brendan Gleeson y este año, con dos filmes, “Churchill”, con Brian Cox y Miranda Richardson  y “La hora más oscura”, con Gary Oldman.

La última parte del siglo XX, sería abordada con filmes como “En el nombre del Padre”, “El boxeador” -ambas con Daniel Day Lewis y, “Durmiendo con el enemigo”, con Harrison Ford, los tres tratando la temática del conflicto norirlandés. “Thatcher”, una película donde se luce la norteamericana Meryl Streep, protagonizando a la primera Primer Ministro mujer de la historia británica, la hija de un verdulero, que impuso su “revolución conservadora”, cuyo cimientos todavía continúan vigentes en el Reino Unido actual. Tanto “Trainspotting”, como “Tocando el viento”, con el escocés Ewan Mc Gregor como protagonista en ambas películas, describen algunas de las consecuencias sociales de las duras políticas de los años ochenta. Aún con toda la carga negativa de algunos de aquellos impactos, siempre aflora en los guiones británicos, alguna moraleja o lección positiva y hasta toque de humor, que realmente muestra la sensibilidad de aquel pueblo, muchas veces y, de manera injusta, evaluado como excesivamente frío.

“La Reina”, con Helen Mirren y James Cromwell, describiendo la vida de la Reina Isabel II, quien cumplirá 91 años en abril próximo y es la monarca de mayor longenvidad en la historia británica, habiendo superado hace un par de años, a la Reina Victoria. Vía la omnipresente Netflix, una serie, “The Crown”, sobre su vida, también se estrenó el año pasado. En la temática monárquica postmoderna, “Diana, la princesa del pueblo”, estrenada en 2013, con Naomi Watts, describe los últimos años de la trágica vida de la Princesa Diana Spencer, la madre de William y Harry, los herederos del trono de los Windsor.

Acerca de Marcelo Montes

Doctor y Magister en Relaciones Internacionales. Politólogo. Profesor universitario, área Política Internacional. Analista de la política exterior de la Federación Rusa. Investigador. Columnista de medios de comunicación escrita, radial y televisiva. http://consultoriayanalisisrrii.blogspot.com.ar/ https://twitter.com/marceloomontes
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