CASO ARANGUREN O EL VALOR SIMBOLICO DEL GOBERNANTE

Hace muchos años en Argentina, se discute acerca de la probidad ética de su clase política; las denuncias de corrupción, sobre todo, contra los opositores de turno, son un clásico; se lo juzga y evalúa negativamente al propio Poder Judicial por su manipulación política e ineficacia a la hora de resolver las causas vinculadas.

El gobierno de Mauricio Macri, desde diciembre de 2015, ha instalado un discurso oficial, por el cual, se ha relacionado la corrupción crónica con el estado de subdesarrollo y atraso también estructural, por el que atraviesa Argentina, hace décadas. Son apenas dos ejemplos más notorios de esa embestida en la que se ha empeñado con ahínco, la transparencia con la que se ha encarado la consecución de obras públicas como repavimentación o construcción de rutas y autopistas, para evitar cartelizaciones, sobornos o caminos cobrados sin culminarlos y la lucha contra los precios oligopólicos de laboratorios medicinales en los contratos contra el seguro universal de los jubilados y pensionados (PAMI).

Continúe leyendo