EL “CUBO MAGICO” DE ARGENTINA

Lejos de ser un juego, se trata de un laberinto horrible y decadente que lleva años y nadie puede descifrarlo. Así lo llamó brillantemente un economista argentino llamado Rodolfo Santángelo, para aludir a la gran cantidad de distorsiones macroeconómicas entreladas que tiene el país: déficit fiscal, déficit comercial, atraso cambiario, tasa de interés creciente, elevada presión fiscal (para el que la paga), costos (logísticos y laborales) altísimos para producir, subsidios para más de la mitad de la economía nacional, etc. Es un desaguisado, donde si el gobierno de Macri toca alguna de esas variables, afecta a la otra o las otras. Producto de todas ellas, que generan un verdadero desastre macroeconómico generalizado, se produjeron enormes despropósitos, impensados en un “país normal”.

Por ejemplo, observando las cuentas públicas, mientras se le engañó a la sociedad argentina, habituada a vivir mucho más allá de sus posibilidades (de productividad y consumo), comunicándole que había superávit fiscal y comercial, incluyendo desendeudamiento externo, entre 2003 al 2007, ese éxito pírrico se lograba con subsidios cruzados como los que comentaremos a continuación, con tarifas de servicios públicos por debajo de precios razonables, con cortes de luz y gas en las industrias, que los pagaban en mayor medida que los consumidores de la clase media. Como si ello fuera poco, también se recurría a la virtual confiscación de los ahorros previsionales de 9 millones de argentinos, pasaron a administrar desde el ANSES (la caja oficial de manejo de los fondos jubilatorios), burócratas dependientes del poder político de turno.

Continúe leyendo