EL MAS NOBLE DE LOS SENTIMIENTOS: LA VENGANZA EN “MONTECRISTO”

El filósofo escocés y profesor de Teología Moral, Adam Smith dice en su poca conocida -pero más brillante- obra, “Teoría de los Sentimientos Morales” que la venganza es un sentimiento moral de indignación natural de las personas ante una injusticia o un daño infligido a otro, que surge por empatía, y que para que las sociedades avancen, antes que cualquier otra cosa, ese sentimiento moral debe estar “sujeto” o restringido, de tal manera de no volver a la época de las cavernas, debe canalizarse a través de la justicia, como único método de aplacar esa sed de venganza.

Además, Smith asume que su famoso protagonista cuasi novelesco de su libro, el llamado “espectador imparcial” asume plenamente el resentimiento de la víctima, al considerar que su pasión se rige por los principios de la propiedad y la justicia. Se sostiene que el resentimiento no sólo cumple un rol central en la teoría del castigo de Adam Smith, en la medida en que permite retribuir, disuadir y rehabilitar al victimario sino que, además, aporta a la discusión contemporánea sobre el perdón y la reconciliación, pues convoca la posibilidad de superar el resentimiento y restablecer las relaciones sociales entre el agresor y la víctima.

Todo ello puede decirse de la venganza como sentimiento moral pero en el plano de las relaciones sociales. Qué ocurre con él, volviendo al territorio estrictamente vinculado a la vida privada?

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