PAISITOS: HAY UNO EN EUROPA Y SE LLAMA SUIZA

Cuando llegamos a la Car Terminal de Berna, luego de un ameno viaje nocturno desde Milano, en un Flixbus conducido por un divertido chofer llamado Martin, junto a mi novia Ekaterina, no podíamos creer el espectáculo de una parada de buses -llamarle estación o terminal es un despropósito y una vergüenza para aquéllas en el mundo que sí lo son-.

Cuando luego en el transcurso del día, me trasladé al centro de Berna, para efectuar el cambio de euros por francos suizos, tampoco podía caer de mi asombro. Esa pequeña ciudad era la capital de un país tan famoso y rico, que acaba de levantar el secreto bancario, la piedra angular de su idiosincracia, además de la relojería fina, Guillermo Tell y ahora Yan Sommer, el gran modelo (perdón, arquero) de la Selección Suiza?

Más nos gustó Zúrich, con su fisonomía típicamente europea central -allí residieron entre otros, Albert Einstein, Carl Jung, Richard Wagner, Thomas Mann, James Joyce, Vladimir Lenin, Tina Turner y Kimi Raikkonen- y mucho más aún, Ginebra, “la capital de la paz”, con su lago famoso, su Avenida Presidente Wilson (en honor al fundador de la Liga de las Naciones, que funcionara allí, además de los numerosos organismos de la ONU que aún alberga y la Cruz Roja Internacional) y habiendo sido el lugar de natalicio del gran filósofo iluminista Jean Jacques Rousseau -cuyo padre también era relojero-. Gran centro financiero europeo y cuna del calvinismo, Ginebra es la tercera ciudad en calidad de vida y la cuarta más cara del mundo.

En la Estación de Trenes en Zúrich

Ginebra (1)

Ginebra (2)

Ginebra (3)

Ginebra (4)

Hoy, Suiza atraviesa un período de radicalización conservadora. Dentro y afuera de la UE, país federal, pacifista a ultranza, la gobierna una coalición de extrema derecha que ha aumentado su dosis discursiva de euroescepticismo y hasta xenofobia. Por supuesto, en nuestra breve estadía, no vimos negros, ni africanos ni musulmanes, en la cantidad o magnitud de Francia o Italia, aunque las estadísticas marquen que los inmigrantes suman un 20 % de la población total.

Es el espejo junto a Noruega, donde quisiera verse el Reino Unido, si plasmara su Brexit, pero yo me llevo la imagen de campos ordenados, con casitas de miniatura, con sus autos respectivos y una vida más que placentera, aunque en una escala muy pequeña, por no decir insignificante.

Y de inmediato, pienso en los suizos que vinieron a Argentina, los hermanos Alemann (economistas), los colonos que poblaron Esperanza en Santa Fe y tantos otros, como los Lehmann y los Reutemann. Argentina es la comunidad más grande de suizos en América Latina: 15.000. Otros apellidos ilustres son la malograda poetisa y escritora que se suicidara en Mar del Plata, Alfonsina Storni, el médico Enrique Pichón Riviere, los ex Presidentes Carlos Pellegrini y Néstor Kirchner y en mi adoptiva Rosario, el ex gobernador santafesino e intendente de la ciudad, Hermes Binner, el médico cardiólogo y ex “Puma” (selecionado de rugby) José Luis Imhoff y el tenista oriundo de Roldán (originariamente Bernstadt o “Nueva Berna”, traducido del alemán), Eduardo Schwank.

Me despido con un video de Zúrich, desde un dron.

Acerca de Marcelo Montes

Doctor y Magister en Relaciones Internacionales. Politólogo. Profesor universitario, área Política Internacional. Analista de la política exterior de la Federación Rusa. Investigador. Columnista de medios de comunicación escrita, radial y televisiva. http://consultoriayanalisisrrii.blogspot.com.ar/ https://twitter.com/marceloomontes
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